Cartagena y Ferrol, tan lejos y a la vez tan cerca

En la costa de la provincia de A Coruña llueve prácticamente cada día. Es más normal que los días amanezcan oscuros que soleados. En el otro lado de la Península, nada se parece. El clima casi desértico y el cálido sol ilumina el paisaje a diario. Sin embargo, más allá de las diferencias geográficas, a las ciudades de Ferrol y de Cartagena les une una interesante historia de amistad y muchas características comunes.

Ambas localidades están hermanadas desde diciembre de 1973, cuando se hicieron entrega entre ellas de presentes. Ferrol regaló un cruceiro a Cartagena, actualmente instalado en la Calle Real. La ciudad del sureste correspondió a la gallega con un molino de viento, que fue desmantelado posteriormente. El año pasado, se celebró precisamente junto al cruceiro el 50 aniversario de la hermandad.

Carlos III, rey de España en el siglo XVIII, otorgó la distinción a Ferrol de 'Ciudad Departamental'. También Cartagena es capital de su correspondiente departamento marítimo. Ambas, una atlántica y otra mediterránea, son ciudades eminentemente volcadas al mar y cuya historia, tradición y cultura no se explicaría sin su existencia.

Cartagena y Ferrol tienen una importante tradición militar y el trasvase entre los trabajadores es muy común. Es curiosa la similitud entre la Calle Real de una localidad y la Calle del Rastro, ambas adyacentes a las bases navales. Hay militares cartageneros residiendo en Ferrol y viceversa y esto viene sucediendo desde hace tiempo. Algunos de ellos, además, recorrerán los más de 1.000 kilómetros de distancia para ver el encuentro este sábado.

Los astilleros son, además, empresas fundamentales en ambas localidades. Navantia tiene una importante presencia tanto en Ferrol como en Cartagena y son las únicas instalaciones de la empresa en todo el país junto con las de la Bahía de Cádiz.

En lo referente al fútbol, ninguno de los dos equipos ha sido capaz de jugar, jamás, en la élite nacional. Son clubes huérfanos de Primera, a pesar de que son ciudades con bastante tradición futbolística. El Racing de Ferrol, noveno clasificado, vive una temporada extraordinariamente dulce tras ascender el pasado curso. Sus mejores años los vivió en el pasado siglo, especialmente hasta el 1972, cuando descendió de Segunda. Desde entonces, apenas ha vivido ocho temporadas en el fútbol profesional, con una presencia habitual en Segunda B e, incluso, bajando a Tercera en 2010 y en 2018.

También en esto es similar la localidad gallega a la de la Costa Cálida. El Efesé no es un habitual en Segunda, donde apenas ha tenido un par de incursiones en el siglo XXI. Cuando han llegado, les ha sido extremadamente difícil consolidarse y, cada vez que han caído, a los cartageneristas les ha costado un mundo regresar.