Líderes de la economía regional piden adaptar la formación al mercado y menos presión fiscal

Recuperar sus fortalezas y aprovechar sus ventajas comparativas son los movimientos estratégicos que necesita la Región de Murcia para retomar la etapa en la que alcanzar la media nacional en Producto Interior Bruto (PIB) y renta por habitante. Para ello, empresarios y economistas proponen una hoja de ruta que incluya la reducción de la burocracia, la atracción de talento y facilidades para la implantación de nuevos proyectos. Estos fueron algunos de los retos que se mencionaron el pasado miércoles en el desayuno informativo que Deloitte y LA VERDAD organizaron en Murcia para desgranar y analizar la transformación de la economía regional.

Este encuentro, moderado por el periodista Manuel Buitrago, jefe del Área de Local del diario, tuvo lugar con motivo del 20 aniversario de la apertura de la primera oficina de la empresa de servicios profesionales en la Comunidad. Cabe recordar que su llegada, en 2004, coincidió con el periodo de mayor crecimiento de la economía regional; ese año, el PIB de la Región se elevó por encima de la media nacional (2,9%/2,7%).

Con el objetivo de regresar a la posición preferente de hace dos décadas, en la sede del periódico se reunieron Luis Alberto Marín, consejero de Economía, Hacienda y Empresa; Gerardo Yagüe, socio director de Deloitte en la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia; Enrique Egea, socio responsable de Deloitte en la Región de Murcia.

También estuvieron Tomás Fuertes, presidente de Grupo Fuertes; Javier López Gil, director general de Hefame; Javier López Cerrón, director general de Grupo Orenes, y José María Martínez, CEO de Grupo Corporativo Caliche, que hicieron una foto fija de la situación actual y propusieron actuaciones de mejoras significativas.

Repitió con ahínco el consejero Marín que en la Región de Murcia confluyen dos variables con un denominador común que está despertando el interés de las grandes compañías multinacionales. Se da la circunstancia que es la comunidad más joven de España, cuya población mayor de 65 años representa solo el 17%, y que en un radio de 150 km existen siete universidades y 93 centros de enseñanza profesional, «lo que significa un personal muy cualificado», incidió.

Yagüe sugirió formar a la población en función de las necesidades de la sociedad y el mercado, con el propósito de romper la dicotomía actual, marcada por la sobretitulación y, al mismo tiempo, la falta de personal cualificado. En este sentido, la Cátedra Interuniversitaria Ecosistema Murcia Innova (EMURI), en la que colabora Grupo Orenes, fomenta la competitividad del tejido empresarial y fortalecer la colaboración entre la universidad, la administración y la empresa.

Además, Martínez puso el acento en el salario emocional, que se ha convertido en una prestación importante para los empleados, sobre todo para las nuevas generaciones, dado que fomenta el sentido de pertenencia al lugar de trabajo. Al respecto, Fuertes se mostró partidario de premiar la productividad de los trabajadores, porque «lo que vale es la eficacia», subrayó.

Coincidieron López Gil y López Cerrón en las escasas conexiones nacionales e internacionales de la Región, que, a su juicio, restan atractivo como destino laboral. «Nos cuesta atraer talento, tenemos que convencer mucho a la gente», lamentó el director general de Hefame, a lo que su homónimo de Grupo Orenes indicó que, de mejorar las comunicaciones, se instalarían más proyectos empresariales e incluso la conurbanización Murcia-Alicante se erigiría como la tercera área metropolitana de España. «La conectividad es imprescindible», apostillaron.

Uno de los asuntos que puso de acuerdo a los ponentes fue la necesaria reducción del estatus fiscal en la Comunidad Autónoma para el crecimiento de la economía regional. «Sin género de duda, hay que revisar y reducir la presión fiscal», aseguró el CEO de Grupo Corporativo Caliche, argumentado que España es el segundo país de toda la Unión Europea en el que más subió esta tasa entre 2019 y 2023: «Nos hace ser menos competitivos que nuestros competidores europeos y mundiales».

Al hilo, el socio director de Deloitte en Comunidad Valenciana y Región de Murcia abogó por medir la política fiscal para que «un exceso de regulación no acabe estrangulando la capacidad de emprender y de crear valor y riqueza». Una visión que compartió Javier López Gil, quien instó a las administraciones a «regular lo mínimo y crear un canal directo con las pymes para que sean más productivas, que motivará que haya más consumo».

Como respuesta, el consejero de Economía, Hacienda y Empresa comentó que «antes del verano» el Gobierno regional va a anunciar la cuarta ley de simplificación administrativa, para reducir la burocracia y facilitar la actividad a las empresas: «Vamos a ser una de las comunidades españolas con menos trámites administrativos y la tercera con menor cuota de IRPF», presumió. Durante su intervención, también se quejó del actual sistema de financiación autonómica, que crea una brecha de 1.100 millones de euros entre Murcia y la región mejor financiada de España, uniprovincial y con la mitad de habitantes. «Si recibiéramos ese dinero, podríamos invertir más», añadió.

Otro de los retos acuciantes de la economía es la inteligencia artificial, que ya está presente en la actividad diaria de varias compañías, por ejemplo, para gestionar la previsión de la demanda, dado que ofrece mayor precisión y capacidad de respuesta. Debido a las ventajas de la IA en la productividad empresarial y tras una reflexión profunda acerca de su impacto, Deloitte, a nivel mundial, invertirá en los próximos años miles de millones de euros para introducir la IA en los modelos de negocio, modo de relacionarse las firmas con los clientes y forma de prestar servicios, adelantó Gerardo Yagüe.

No obstante, Egea señaló el tamaño de las compañías como uno de sus grandes hándicaps a la hora de invertir en ámbitos necesarios y estructurales, como la transformación digital, la sostenibilidad o la inteligencia artificial. Es el caso de las pymes, a las que pueden resultarles complicado llevar a cabo este proceso por la falta de recursos económicos y humanos, disponibilidad y confianza, entre otros motivos.

Para revertir esta realidad, los 4.200 socios -todos pymes- de Hefame se benefician del respaldo que les brinda estar bajo su paraguas, el modelo cooperativo: «Como empresa tractora, les proporcionamos herramientas de productividad y eficiencia, las cuales, en el último tiempo, les han servido para mejorar sus procesos, facturación y economía financiera», afirmó Javier López Gil. Algo parecido le sucede a Grupo Orenes, que cuenta con una red compuesta por 5.700 proveedores, la gran mayoría son pymes y autónomos, a los que apoya «para que la sinergia con nosotros sea mayor», reconoce López Cerrón. Aconsejó también a administraciones, tejido productivo y ciudadanía «vendernos mejor» con el fin de que la Región de Murcia proyecte una imagen positiva al exterior, para que las empresas y grupos de inversión descubran el potencial de este territorio, del que «se quedan sorprendidos cuando vienen», apuntó.

A renglón seguido, el socio responsable de Deloitte en Región de Murcia comentó que los sectores regionales que están suscitando el interés de los fondos son, entre otros, el de transporte y el agrícola, que han cerrado importantes operaciones en los últimos años. Aun así, alentó a que «seamos también los murcianos quienes busquemos las oportunidades de inversión y concentración fuera de la Región, para tener más relevancia y mantener la posición de liderazgo en nuestras industrias». Al respecto, José María Martínez abordó el tándem perfecto que realizan esos sectores, no solo porque el hortofrutícola representa el 70% de la actividad del transporte, sino también porque juntos llegan a casi un centenar de países e incluso conquistan nuevos mercados. «Esa robustez se ve en todo el mundo», alardeó.

A esto se suma el turismo, que está ganando enteros en la economía regional, tal y como lo resaltó Tomás Fuertes, quien vislumbró «un desarrollo que quisiéramos coger» para el segmento de sol y playa, que se extiende desde El Mojón (límite con Alicante) hasta Cala Reona (límite con Almería), con una longitud de 250 kilómetros, de los cuales 73 pertenecen al Mar Menor. «Hay un nicho en el Levante que está por cubrir; nos lo han demostrado Benidorm y Torrevieja», argumentó.

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