El talento hostelero se apoya en la tecnología

¿Es la tecnología una aliada del sector hostelero? La respuesta parece orientarse al sí. La digitalización no es ajena a un sector tan importante para la Región de Murcia y su economía y se instaura en sus diferentes restaurantes para hacer más fácil el trabajo diario de su personal, contribuyendo a agilizar algunas de las tareas más repetitivas y que menos vinculadas están al talento humano.

El auge de los pedidos a domicilio hizo que muchos establecimientos hosteleros encontraran una manera de sacar más partido a sus productos, llevándoselos directamente a casa a través de las numerosas empresas que trabajan en este ámbito. Ahí fue donde la tecnología demostró su potencial: en una simple aplicación móvil se puede comprobar toda la carta y añadir los productos como si de cualquier otra compra 'online' se tratara. A tan solo un clic, se hace el pago y el personal del restaurante prepara el pedido para que llegue hasta su hogar. Ante esta forma de hacer pedidos que ya gran parte de la población ha automatizado, especialmente la más joven, no es de extrañar que cada vez sea más común encontrar restaurantes que permiten a los propios clientes añadir a un carrito sus diferentes platos. Con el código QR de escaneo de la carta se puede seleccionar, uno a uno, cada plato de las diferentes secciones con las que cuenta y, cuando ya se ha elegido qué entrantes, principales, bebidas o postres protagonizarán la velada gastronómica, un botón de enviar hace que la comanda llegue directamente al personal, que comprueba que el pedido es correcto y pasa a cocina. Así, cada nuevo añadido se realiza a través de la aplicación, con un personal que comprueba y pone en marcha la petición, pero que deja el tiempo necesario para poder consensuar sus preferencias gastronómicas. Una evolución de las PDA que ya en su día supusieron un salto tecnológico frente a las tradicionales libretas de comandas.

Empiezan a aparecer también en estos restaurantes los primeros robots, orientados a la recogida de platos sucios (gracias a la colaboración de los propios comensales) y a la entrega de algunos de los pedidos, estando en todo momento supervisados por el personal para asegurar su correcto funcionamiento.

Ambas innovaciones tecnológicas en el sector hostelero, lejos de ser enemigas, se convierten en un respaldo extra para los profesionales de este sector, a la vez que despiertan curiosidad en un comensal que cada vez más busca una experiencia que disfrutar y contar.

Frente a la innovación, se mantiene la tradición en muchos de estos restaurantes, que conservan el encanto de las costumbres 'de toda la vida', cuyas comandas se apuntan en libretas o memorizan unos camareros que conocen a la perfección a sus clientes, haciendo de esta cercanía su propio reclamo gastronómico.

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