La cultura gastronómica regional se une sobre la mesa

Los mejores momentos se comparten sobre una mesa, en ese concepto de dedicar tiempo a las personas más cercanas con los mejores manjares, donde nunca falta un buen brindis. Y en la Región de Murcia, gracias a su diversidad de materias primas y el carácter innovador de los productores alimentarios, el sabor está asegurado, a la par que el cuidado de la salud.

En una región emprendedora como esta, y con una capacidad de superar cualquier obstáculo, los productores emplean su visión de mercado en la fabricación de los productos que llegan hasta esas mesas. Muchas de estas compañías fueron pioneras hace décadas atrás, y en todo este tiempo han tenido que ir adaptando sus productos y su actividad a las nuevas tendencias; una tarea nada fácil, pero que han superado con creces. El consumidor, además del sabor auténtico, busca cada vez más cuidarse, conocer la procedencia de cada producto e incluso la conciencia social de las empresas a las que compra. Eso ha hecho que la Responsabilidad Social Corporativa esté cada vez más presente en el tejido empresarial que gira en torno a la hostelería, así como la búsqueda de nuevas fórmulas que sean cada vez más naturales, con menos aditivos, e incluso respetuosas con el medio ambiente.

Eso ha influido en la variedad de las gamas. La apertura del concepto 'eco' fue uno de los grandes cambios para el sector, que poco a poco lo ha integrado en su ADN empresarial para que el cliente conecte con sus valores. De ahí, la adaptación a las intolerancias y alergias alimenticias, cada vez más presentes, para que cualquier consumidor tenga la opción de ingerir sus productos favoritos. Pero más allá de eso, la innovación se ha plasmado en nuevos sabores dentro de estas gamas, creando experiencias gustativas diferentes e irresistibles.

Y todos estos productos confluyen en los restaurantes, lugares de encuentro que garantizan, bocado a bocado, una vivencia que es mucho más que gastronomía. El tejido hostelero de la Región de Murcia, que celebra el día de su patrona Santa Marta, se caracteriza por su variedad, pero en todos ellos prima el valor de apostar por los productos de la tierra, aprovechando la cercanía con la huerta y el mar. Esa frescura hace que la experiencia gustativa sea impecable, ya que la profesionalidad y la creatividad de sus chefs son el ingrediente que añaden para conseguir el plato perfecto.

En cualquier rincón de la Región, la hostelería hace bandera de una tierra que centra su foco en todo tipo de paladares, potenciando lo autóctono pero también dejando entrar influencias internacionales, tanto para acercarlas con toda su autenticidad hasta aquí como para fusionarlas con la cocina tradicional y crear nuevas recetas. Por eso no es de extrañar que las Estrellas Michelin y Soles Repsol no dejen de dar alegrías año tras año en este territorio.

Más allá del sabor, el consumidor tiene cada vez más en cuenta el entorno. Estos restaurantes cuidan al detalle sus instalaciones, creando un confort que se respira con solo entrar por la puerta. Los colores, el mobiliario, la cubertería y mantelería, todo confluye para crear una imagen agradable para la vista, como anticipo de lo que le espera al gusto. La calidez de estos entornos es fundamental para asegurar que el cliente se sienta como en casa y quiera repetir experiencia. De hecho, muchos de estos restaurantes acaban siendo un sitio de parada habitual para muchos clientes que por cuestiones de trabajo tienen que comer fuera a menudo y necesitan un lugar donde poder conectar con sus sabores favoritos.

Este interiorismo en los restaurantes cambia según el concepto de restaurante y las zonas en las que se ubique. Algunos muestran en grandes vitrinas el producto fresco para aportar esa confianza al cliente cuando se acerca hasta su restaurante, como son predominantemente productos del mar, carnes o vegetales; otros crean atmósferas y lugares concretos para tomar una foto y que las redes sociales generen su propio efecto llamada, y los hay que mantienen esa distribución tradicional, del restaurante de toda la vida, que fomenta el concepto de hogar. Pero en la costa, las vistas cambian y los conceptos también, con locales abiertos al mar, con grandes cristaleras que permiten sumergirse en ese entorno, al igual que sucede en entornos de naturaleza y vegetación, entre valles y montañas.

Cualquier experiencia en estos espacios cuenta con aliados que aunque para el cliente parecen invisibles, su función es fundamental para asegurar la calidad del servicio. Se trata de empresas auxiliares que aseguran que estos espacios cuenten con todas las medidas de seguridad necesarias, tanto en caso de incidentes como en la prevención de plagas. Lo principal sigue siendo ofrecer el mejor servicio, con los mejores productos y con la seguridad alimentaria que merece. Y para eso la Región de Murcia es garantía de éxito.

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