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De izquierda a derecha: Irene Montero (Unidas Podemos), Aitor Esteban (PNV), Maria Jesús Montero (PSOE), Cayetana Álvarez de Toledo(PP), Inés Arrimadas (Ciudadanos) y Gabriel Rufian (ERC), antes del debate electora. Efe
Cayetana Álvarez de Toledo a Irene Montero: «Me está acusando de justificar una violación»

Cayetana Álvarez de Toledo a Irene Montero: «Me está acusando de justificar una violación»

Cataluña y el feminismo elevaron la tensión de un bronco debate a seis, que monopolizó Cayetana Álvarez de Toledo y en el que PP y Ciudadanos unieron sus fuerzas contra el PSOE

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Miércoles, 17 de abril 2019, 01:01

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La quinta jornada de la campaña electoral finalizó este martes con un tenso debate entre los segundos espadas de las seis fuerzas con grupo propio en el Congreso en la última legislatura. Dos horas de rifirrafe en el que PP y Ciudadanos hicieron frente común contra el PSOE y sus políticas y en las que las posibles alianzas postelectorales sobrevolaron en todo momento el plató de Prado del Rey, que subió de temperatura con Cataluña.

Siguiendo el camino marcado por Albert Rivera, Inés Arrimadas volvió a tender la mano a los populares para desalojar a Pedro Sánchez de la Moncloa. Un ofrecimiento al que la candidata del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, no respondió de forma directa aunque en numerosas ocasiones recurrió a Andalucía como ejemplo del modelo de gobierno que quiere para España.

La periodista se convirtió en la protagonista indiscutible del cara a cara televisivo, que estuvo marcado por la decisión de la Junta Electoral Central de suspender el debate que iba a enfrentar a los cinco aspirantes a la Presidencia en Atresmedia. Álvarez de Toledo dejó las propuestas en campaña para Pablo Casado y se lanzó al cuerpo a cuerpo con sus contrincantes, especialmente con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, a la que puso en el centro de su diana. «¿Descarta el indulto a los golpistas?», preguntó hasta tres veces a la socialista. «Respete a la Justicia», se limitó a responder Montero.

Los indultos

El desafío independentista y el debate territorial sirvieron a PP y Ciudadanos para compartir argumentos y munición contra el PSOE y su líder. «Sánchez fue investido con los votos de un prófugo de la Justicia», inquirió la candidata del PP a Montero. «Es un peligro público», contraatacó Arrimadas.

De frente, la ministra trataba de esquivar lo dardos y las pullas que le llegaban de los dos lados del tablero. Unidas Podemos y Esquerra quisieron también poner a Montero contra la cuerdas a cuenta de las posibles alianzas futuras. «¿Pactarán con Ciudadanos?», fue la muletilla de Gabriel Rufián.

Pero la socialista resistió como pudo los envites y se dedicó a recitar las medidas que el Gobierno ha puesto en marcha en estos diez meses. En vista de que Montero no le respondía, la dirigente liberal aclaró al republicano que no habrá acuerdo después del 28 de abril por mucho que los números den. «Tranquilo que no», insistió Arrimadas.

'No es no'

No se lo creyó la número dos de Unidas Podemos, Irene Montero, que alertó de que un gobierno de las «tres derechas» supondrá la «pérdida de derechos asentados en España». La dirigente morada evitó el fuego cruzado y se dedicó a desglosar su programa. Pero las palabras de Álvarez de Toledo criticando el consentimiento afirmativo que promueve el PSOE en el Código Penal la soliviantaron.

«Si una mujer no dice que sí, todo lo demás es no. ¿Si no es sí, también es no? ¿El silencio también es no? ¿Seguro que ustedes dicen que sí hasta el final?», insistió la dirigente popular.

«Quiero decirle a las mujeres que si gobierna la derecha vendrá Cayetana a decirles que no es para tanto que nos violen, que hay que decir que no hasta el final», respondió Montero. La reacción de su adversaria fue aireada. «¿Me está acusando de justificar la violación? Atrévase», le contestó la candidata del PP bajo la amenaza de denunciarla. Pero Moreno no se retractó. «No puede decir a una mujer que tiene que dar consentimiento hasta el final. Vaya a los tribunales si quiere».

De espectador de fondo, un atónito Aitor Esteban, que consiguió enviar su mensaje entre golpe y golpe. El representante del PNV defendió los intereses del País Vasco, sobre todo el concierto vasco que Ciudadanos amenaza, y expresó su hartazgo por el uso que se hace de Euskadi como «arma electoral arrojadiza».

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