La campaña electoral ha llegado a su fin y las diferentes propuestas están encima de la mesa. No podemos adelantar los resultados pero, según nos ... dicen las encuestas, no es esperable que haya mayorías absolutas, por lo que, quien quiera gobernar, va a necesitar el apoyo de terceros. Ese será el 'escaño de oro': aquel que sirva para garantizar la gobernabilidad.
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Obsérvese que aquí lo importante ya no es tanto el número de escaños, cuanto el uso que se haga de ellos. Un solo escaño puede ser clave para condicionar una legislatura. En esta Región lo sabemos bien: hace dos legislaturas (2015-2019), Ciudadanos supo 'jugar' con esos escaños de oro y logró dar una impronta positiva a aquella legislatura, en la que se promovieron importantes reformas y salieron adelante leyes por unanimidad en la Asamblea. El contraste con lo visto en esta legislatura es desolador.
Pues bien, en estos momentos de reflexión, me preocupa sinceramente en manos de quién caerá ese 'escaño de oro'. Si al final son los partidos más a los extremos los que juegan ese papel, creo que el nuevo ciclo político será continuación de lo que venimos viendo -polarización y degradación institucional-. Por otro lado, Ciudadanos lo tiene difícil, pero si los electores le vuelven a dar la oportunidad de ser la 'bisagra', esperemos que sepa aprovecharla para imprimir un tono moderado y constructivo. También cabría una tercera opción: que los grandes partidos abandonaran las trincheras para facilitar la gobernabilidad, ya fuera con unos acuerdos de legislatura de mínimos –a cambio de una abstención–, ya fuera con un gobierno de gran coalición (algo que hoy me parece impensable).
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