¿Puede el banco modificar el límite de las tarjetas de crédito?
El Banco de España explica qué ocurre en caso de que tu entidad establezca un tope en la cantidad de dinero que puedes gastar
Ana de Dios
Lunes, 25 de diciembre 2023, 16:33
Las tarjetas de crédito y débito se han establecido como uno de los métodos de pagos más utilizados, sobre todo entre los más jóvenes. No tener que preocuparse de acudir a un cajero para sacar dinero en efectivo e incluso pagar con el móvil, hace más atractiva esta forma de abonar las compras y transacciones.
Sin embargo, a pesar de todas las ventajas que tiene su uso, es cierto que su utilización puede suponer algunos riesgos, como por ejemplo, no ser conscientes de los gastos que estamos realizando. La verdad es que es muy común pasar la tarjeta o el móvil por el datáfono y en cuestión de minutos olvidarse del importe que acabamos de gastar. Por no hablar de la posibilidad de ser víctimas de una estafa.
Es por ello, que para evitar tener que enfrentarse a alguno de estos problemas, exista la opción de establecer un máximo de efectivo disponible en una tarjeta, tanto para frenar el ímpetu derrochador de los titulares de la cuenta, como para impedir a los delincuentes poder acceder a grandes cantidades de dinero.
¿Es posible que el banco modifique este límite?
Según señala el Banco de España, salvo en los casos en los el contrato acordado con tu entidad bancaria se disponga de alguna cláusula específica, en las tarjetas de débito el límite natural es el saldo de la cuenta asociada y en las de crédito, el concedido.
No obstante, es muy común que en los contratos de las tarjetas de ambas modalidades suele establecerse un límite de disposición, normalmente diario, que sirve para delimitar la responsabilidad de cada una de las partes en caso de uso no autorizado. Por lo que, en estos casos, el tope es una medida de seguridad.
Por ello, tal y como explica el Banco de España en su página web, se considera «contrario a las buenas prácticas» que unilateralmente las entidades modifiquen al alza los límites de disposición de las tarjetas. Es más, en el caso de que esto suponga un problema para el cliente a la hora de utilizar la tarjeta, la entidad emisora debería asumir no solo la cantidad que exceda del límite, sino el importe total de la operación en la que se excedió y de las operaciones que pudiera haber posteriormente, porque si el banco no hubiera modificado al alza el límite esas operaciones no se habrían producido.