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Siguen las buenas noticias en los despachos de la cúpula directiva de Nvidia en Santa Clara (California, Estados Unidos). Los resultados financieros son positivos: las ... cuentas cuadran y siguen sorprendiendo. Ni siquiera las restricciones a las ventas en China han logrado frenar su hegemonía en el mundo de la inteligencia artificial (IA). La compañía estadounidense ingresó algo más de 39.000 millones de euros en el primer trimestre de su ejercicio fiscal, un 69% más que en el mismo periodo del año anterior.
La cuenta de resultados muestra que la firma continúa creciendo con fuerza, impulsada por la demanda de sus chips especializados en IA, fundamentales para el desarrollo y la implementación de aplicaciones como ChatGPT, de OpenAI. Es en este segmento donde la compañía liderada por Jensen Huang muestra todo su poderío. La división de centros de datos —que abarca su tecnología más avanzada— no da señales de desaceleración: sus ingresos crecieron un 73% interanual, hasta alcanzar los 34.620 millones de euros.
Así, la cuenta de resultados trimestral refleja una ganancia de 16.600 millones de euros, un 26% más que el beneficio de los tres meses precedentes, cuando alcanzó los 13.190 millones. Aunque la cifra habría sido mayor si las tensiones geopolíticas y la guerra tecnológica y comercial con China no afectaran a los productos de la compañía.
Desde que la Casa Blanca hiciera público que Nvidia necesitaba una licencia de exportación para sus procesadores H20 —un chip diseñado específicamente para sortear las restricciones a China—, la medida ha supuesto un duro golpe a sus cuentas, restando un 15% a su capítulo de ingresos. Aunque sus estimaciones previas se han rebajado en casi 1.000 millones de euros —porque ha podido reutilizar otros materiales—, Nvidia incurrió en un cargo de casi 4.000 millones de euros por esta prohibición.
Las ventas de estos circuitos integrados ascendieron a más de 4.000 millones de euros en el trimestre, antes de la entrada en vigor de la nueva normativa, a mediados de abril. La compañía se quedó sin facturar más de 2.000 millones de dólares adicionales en ingresos por el H20 en el primer trimestre, y en el segundo perderá ventas por un importe de alrededor de 7.500 millones adicionales, según ha comunicado.
Aun así, los números presentados por Nvidia han estado por encima de las previsiones de los analistas de Wall Street.
«La demanda global de la infraestructura de inteligencia artificial de Nvidia es increíblemente fuerte», afirmó el CEO de Nvidia. De hecho, su división de centros de datos es la gran fuente de ingresos de la compañía. Ocho de cada diez euros que llegan a sus cuentas son gracias a este negocio.
Pero cada vez cobra más peso la división de automoción, a medida que esta industria acelera su digitalización y la adopción de la IA. Nvidia no solo permite entrenar los cerebros de modelos como Gemini o ChatGPT, también se encarga de dar forma a los futuros coches autónomos.
Esta división reportó un crecimiento en las ventas del 72%, alcanzando los 510 millones de euros. Por su parte, el negocio de visualización profesional de la compañía —que incluye chips para diseño 3D, así como los recientemente lanzados ordenadores de escritorio DGX Spark y DGX Station para IA— creció un 19%, hasta alcanzar los 450 millones.
La división de videojuegos de la compañía, que incluye sus chips para juegos 3D, creció un 42% interanual, hasta alcanzar los 3.360 millones de euros, impulsada por el lanzamiento de la nueva consola Nintendo Switch 2.
Las acciones de la empresa reaccionaron al alza tras la publicación de los resultados, con subidas superiores al 3%, impulsadas por los buenos datos y por el anuncio del aumento en la producción de Blackwell, su microprocesador de última generación para IA.
China representa un mercado estratégico para Nvidia, especialmente en el ámbito de centros de datos, donde la demanda de hardware sigue en expansión. Aunque la compañía no detalla sus ventas por país, fuentes del sector señalan que el mercado chino representó el 13 % de sus ingresos en 2024.
Renunciar a este mercado no es una opción para la tecnológica con sede en Santa Clara, California. «Limitar el acceso a tecnología estadounidense es un error», advirtió Huang en declaraciones recientes. La compañía ha optado por adaptar su estrategia: fabricar productos que cumplan con los requisitos legales, aunque eso implique rediseñar chips para mercados concretos.
Según Reuters, Nvidia está desarrollando un chip específico para China que entrará en producción en junio. Se trataría de una unidad gráfica basada en la arquitectura Blackwell, con un precio previsto entre 5.500 y 7.000 euros, muy por debajo del modelo H20, que se vendía entre 8.500 y 10.500 euros.
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«China concentra el 50% de los desarrolladores de inteligencia artificial del mundo. Es esencial que, al diseñar nuevas arquitecturas, trabajen con tecnología estadounidense», sostuvo Huang en un evento celebrado en Taiwán.
La presión competitiva también se intensifica. Nvidia ha perdido cuota de mercado en China: del 95% en 2022 ha caído al 50% actual, con actores locales como Huawei ganando terreno. A ello se suma la irrupción de nuevos desarrolladores, como Deepseek, que hace apenas tres meses sorprendió al sector con una alternativa más asequible y con prestaciones comparables a las de OpenAI.
En un intento por suavizar las tensiones, Washington ha anunciado en los últimos días una posible flexibilización de las restricciones, lo que permitiría a Nvidia acceder a nuevos mercados geográficos. Oriente Medio figura entre las regiones con mayores opciones de apertura, aunque los analistas coinciden en que su impacto económico en las cuentas de la compañía será limitado a corto plazo.
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