Nickel se erige como tercer mayor proveedor de dinero en metálico de la Región

El rápido avance de Nickel se debe a que convierte estancos, administraciones de lotería, locutorios y oficinas de divisas en cajeros de barrios, pueblos, pedanías y zonas turísticas. Estos puntos se concentran de momento en la capital murciana (29 'puntos Nickel'), Lorca (13) y Cartagena (12), así como en municipios medianos, como San Javier, San Pedro del Pinatar, La Unión y Caravaca, entre otros. El plan de Nickel es expandirse en pedanías y pueblos durante los próximos meses hasta superar los 150 puntos antes de que concluya 2025 .

«No buscamos ser la competencia de los bancos. Simplemente ofrecemos servicios financieros allí donde otros los cierran», declara Mónica Correia, CEO de Nickel en España.

«Muchos clientes han abierto su cuenta en Nickel para recuperar el acceso al efectivo cerca de sus casas, algo que, tras la clausura de sucursales, muchos han perdido. En un número creciente de municipios encontramos que solo nuestros clientes tienen la posibilidad de retirar o ingresar dinero en sus cuentas sin necesidad de desplazarse varios kilómetros», explica Correia.

Formar parte de la red de este neobanco requiere un estudio de viabilidad que lleva entre 8 y 10 semanas para que sea autorizado por el Banco de España. Estancos, administraciones de Lotería, locutorios y oficinas de cambio de divisas tienen prioridad, dada su amplia presencia en ciudades y municipios turísticos. Más adelante se incorporarán gasolineras, bares y supermercados.

Nickel nació en Francia en 2014 y desde 2017 pertenece a BNP Paribas, el banco más grande de Europa. Tras su éxito en el país vecino -al año siguiente ya era rentable-, en 2020 inició su expansión dentro de España. La entidad responde al cierre de sucursales (ya han desaparecido 1.455 en la Región de las 1.979 que había en 2008), la imposición de productos financieros adicionales y comisiones que pueden ascender hasta los 240 euros al año.

En su lugar, Nickel ofrece por 20 euros al año una cuenta con IBAN en la que domiciliar ingresos, pagos y efectuar transferencias (las versiones Premium y Metal ofrecen dichas prestaciones en el extranjero). Tal cuenta va asociada a una tarjeta de débito Mastercard para pagar en establecimientos y sacar o ingresar dinero en metálico en cualquier 'punto Nickel' más cercano. El coste para el cliente oscila entre 50 céntimos por reintegros y el 2% de la cantidad en caso de ingresos, entre otras operaciones, que incluyen reposición de tarjeta y solicitud de certificados de cuenta. Con ello se remunera al local por formar parte de la red del neobanco.

Para ser cliente no se pide nómina, ni ingresos recurrentes o mínimos, ni ninguna otra condición. Tampoco que el cliente sea español. Puede darse de alta cualquier persona con pasaporte.

El neobanco no vende otro producto más allá que su cuenta. Para abrirla solo hay que descargar la 'app', en la que hay un buscador que indica el 'punto Nickel' más cercano. Antes de acudir, hay que registrarse para obtener un código. Este se comunica 'in situ' en el 'punto Nickel', donde el encargado tiene que verificar la identidad. Tras ello, abre la cuenta bancaria y entrega al nuevo cliente su tarjeta en cinco minutos.

A partir de ahí, la relación con Nickel puede ser por canales digitales -web y 'app'-, desde donde se puede hacer toda la operativa bancaria (ver movimientos, efectuar transferencias...); también a través de un servicio telefónico y en cada 'punto Nickel'.

Mónica Correia resalta que la buena acogida de Nickel se debe a la facilidad con la que se puede abrir cuentas bancarias. Su entidad pretende ser un agente financiero esencial para personas mayores -las más proclives a usar efectivo-, inmigrantes que necesitan de forma inmediata una cuenta donde ingresar sus nóminas, habitantes de pueblos y pedanías e, incluso, quienes van de excursión a zonas rurales o costeras.

El neobanco prevé contar en un plazo de dos años con 2.500 'puntos Nickel' en España. Ahora tiene 1.700. «Esta cifra es un reflejo de que satisfacemos una necesidad real y de que vamos por el buen camino», resalta Mónica Correia. Por ello prevé un mínimo de 600.000 clientes españoles en los próximos 24 meses, merced a su experiencia en la distribución de dinero en metálico (ya tiene 3,5 millones a nivel europeo).