El limón rompe la tendencia y reduce la superficie 1.560 hectáreas en 2 años

Y es que, según la cifra oficial de hectáreas totales de limón en España publicada por el Ministerio reflejan que en 2024 se cultivaron 50.559 hectáreas, cuando en los ejercicios 2022 y 2023 se alcanzaban 52.119 y 51.337, respectivamente. Se trata por tanto de un descenso del -3% en el último bienio, que es extrapolable a la Comunidad. Aunque lo más importante es que «refleja un cambio de tendencia significativo», tal como se recoge en el análisis que la asociación empresarial ha compartido internamente con todos sus asociados.

Los datos de cultivo en el país, con la Región de Murcia a la cabeza como principal zona productora, junto a la Vega Baja alicantina, reflejan que en los ocho años anteriores (entre 2014 y 2022) se produjo un incremento de hasta 14.621 hectáreas, es decir, un 39% más. Y es que fueron muchos los que se lanzaron a la llamada 'fiebre del oro del limón' ante los elevados precios que se llegaban a pagar.

Después de años de crecimiento del sector, lo que acontece ahora es «una reestructuración que afecta en primer lugar a los pequeños productores con explotaciones antiguas, con problemas de rentabilidad y que no están vinculadas a un operador comercial o una cooperativa», tal como asegura el director general de Ailimpo a LA VERDAD.

No obstante, aunque porcentualmente la diferencia de superficie no es todavía muy elevada, las cifras ministeriales muestran claramente como la crisis de sobreproducción de limones que padeció el sector en la campaña pasada, cuando se superaron las 1.560.000 toneladas, ha supuesto finalmente una reacción en el campo, lo que podría ser un indicador de un cambio de ciclo. Claro que, tal como señala José Antonio García, «para afirmar que estamos ante un cambio estructural es necesario analizar cómo evolucionan las ventas de plantones en los viveros».

A partir de ahí, se podría concluir que «las cosas vuelven a su sitio», añade. Pero lo que sí resulta incuestionable es que existe una reacción a la crisis por parte de los pequeños productores, en especial en los casos de fincas viejas y con cosechas de menor calidad. Así como también se dedica menos inversión en fincas con mayor rentabilidad en otras actividades.

Si se analizan los datos ministeriales por variedades, los datos reflejan un descenso de la superficie entre 2022 y 2024 de un total de 637 hectáreas en el caso del limón fino (-2%) y de 923 hectáreas en el caso del limón Verna (-4,6%), una variedad con un peso tradicional en territorio murciano. Hay que tener en cuenta que es única en el mundo, ya que se cultiva únicamente en España, al ser autóctona y originaria de la Vega del Segura, aunque también haya en Andalucía.

Precisamente, la previsión de 300.000 toneladas de producción de limón Verna para la campaña 2025 –iniciada en abril y que concluye este mes de junio– se ha cumplido, con un fruto de excelente calidad que ha permitido garantizar el suministro a los mercados. Porque esta variedad se convierte en el único limón realmente fresco para los consumidores europeos en este momento del año. Una singularidad que le da un carácter especial.

Aproximadamente, en dos semanas estará concluida esta campaña de Verna, que estará así en el nivel de toneladas previsto. Aunque este año es cierto que se acabará antes de lo habitual, ya que se empezó muy pronto, el 1 de abril, lo que significa casi cuatro semanas de adelanto sobre el calendario habitual –finales de abril–. Por otra parte, en cuanto al volumen de producción, se constata un desplome aún mayor en esta variedad, ya que la cosecha en 2023/24, la campaña anterior, fueron 405.000 toneladas.

La campaña del limón fino tuvo también menos cosecha de la esperada, además de finalizar pronto. De ahí que, ante un aforo inicial de fino de 980.000 toneladas, el balance final fue de apenas 726.000. La explicación para ese resultado se debe a varios factores, según indica José Antonio García, que apunta a una «reducción efectiva de superficie de cultivo, huertos menos productivos debido a las pérdidas económicas de la campaña 23/24, impacto de plagas que afectaron al cuaje y desarrollo del fruto, en general, menos tamaño promedio de la fruta, además del impacto de episodios de heladas».

España garantiza de este modo el suministro de limón producido con los estándares europeos (calidad, sostenibilidad, trazabilidad y seguridad alimentaria). Se trata, además, de un limón 100% fresco que en 48-72 horas pasa del árbol al supermercado, mientras que las alternativas de producciones procedentes del hemisferio sur tardan en llegar desde el campo a la tienda un mínimo de 25-30 días.

Desde Ailimpo, insisten en que seguirán analizando todos los datos relativos a superficie de cultivo y producción de plantones con el objetivo de que «el conjunto del sector del limón (productores, cooperativas, exportadores e industrias) disponga de una información veraz y contrastada sobre la situación actual de este cultivo».