La digitalización del último adiós

¿Está el sector funerario sujeto a los mismos retos que el resto de actividades económicas? El tejido empresarial que engloba este ámbito también se encuentra inmerso en una transformación que aborda temáticas como la sostenibilidad, la eficiencia y la digitalización. Lejos de ser un sector estancado en las mismas prácticas, sus profesionales buscan estar a la vanguardia e innovar para que un momento tan importante y sensible como el último adiós, sea lo más fácil posible para las familias en todo lo que tiene que ver con las gestiones y trámites necesarios en el momento en que pierden a un ser querido. Pero también en el modo en el que se va a realizar esa despedida.

En la última década, la tecnología ha supuesto una de las principales herramientas de transformación, buscando una mayor eficiencia en cada actividad y una mayor agilidad a la hora de realizar trámites. En el caso de las funerarias, también se ha convertido en una aliada perfecta para la propia empresa, que permite desvincular procesos rutinarios de la presencialidad en sus propias instalaciones y así facilitar los tiempos a las propias familias.

Es por eso que el salto a internet de esas empresas es cada vez mayor, contando con su propia web donde gracias a la tecnología y la digitalización, pueden firmar los contratos y autorizaciones 'online'. Además, cuentan con sus propias tiendas 'online', donde quienes quieran tener un detalle con el difunto y sus familiares lo pueden tener a un solo clic: reservar ramos de flores, joyas y otros recuerdos para el difunto. Una opción que es especialmente útil para familiares y allegados que no se pueden desplazar hasta el velatorio pero que aún así quieren mostrar su afecto.

En los últimos años, el tradicional libro de recuerdos se ha transformado en una pantalla donde familiares y amigos pueden dejar su dedicatoria y que vaya apareciendo a modo de carrusel, recordando momentos y dedicando sus palabras de cariño. Incluso la propia familia puede autorizar qué comentario se muestran para todos aquellos que se acerquen hasta el velatorio. Unas firmas que los familiares pueden conservar en memoria de su ser querido.

La innovación no solo es tecnología, sino que implica tener una visión de armonía de este proceso. Por eso, los tanatorios están modernizando sus instalaciones para conseguir un mayor confort, con una estética que produzca sosiego y calma, ampliando sus servicios con nuevas instalaciones que rompen con el concepto tradicional para facilitar el proceso de duelo. La arquitectura gana peso en el sector, y también incluso el interiorismo.

El hilo musical es uno de los aspectos que más se cuidan en estas instalaciones, especialmente enfocado al acceso a los tanatorios, para que pasear por sus jardines o entornos naturales, cada vez más frecuentes en estos edificios, permita crear una sensación de paz visual y acústica. La decoración, el sonido, y los colores del entorno contribuyen a esa serenidad que tan necesaria es en estos momentos.

En estos entornos, los columbarios han ganado peso en la última década. Se trata de estructuras diseñadas específicamente para albergar urnas funerarias que contienen las cenizas, y que los mismos tanatorios albergan en sus instalaciones. Las propias urnas tienen en la innovación una herramienta de transformación, pasando de formatos clásicos a multitud de diseños y opciones que honren la memoria del difunto y adquieran un mayor índice de personalización.

Pero la innovación también es apostar por el planeta y la sostenibilidad. Las empresas, al igual que el resto de sectores, buscan reducir su huella de carbono y ser más sostenibles en su actividad, ofreciendo respuesta a los retos generales de la sociedad. Instalaciones más 'verdes' y vehículos que se impulsan de energías más limpias muestran el compromiso del sector funerario con los objetivos mundiales en esta materia.

Según la Radiografía del Sector Funerario que realiza la Asociación Nacional de Servicios Funerarios (Panasef), en 2022, que es el último registro del que se poseen datos, fueron 463.133 las defunciones que se produjeron en España, un 2,75% más que en 2021, siendo el de mayor número de la última década si no se tiene en cuenta la pandemia de 2020. La demanda se centró en 1.269 fallecimientos al día, con 571 incineraciones. Este último aspecto se mantiene estable en estos años, al igual que el número de ceremonias laicas y religiosas, siendo este segundo el mayoritario.

España dispone de más de 537 hornos crematorios, que siguen creciendo año tras año, permitiendo realizar más de 1.800 incineraciones en una jornada laboral, lo que permite responder perfectamente a la demanda actual.

El mercado funerario generó en 2022 en España 1.653 millones de euros, un incremento del 1,44% con respecto al año anterior, lo que supone 23 millones de euros más.

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