La creación de marcas en la Región cae casi un 19% bajo la incertidumbre económica

Hay que remontarse a una década atrás –bajo la anterior crisis financiera– para hallar una cifra similar a la de 2022, con las 1.255 instancias a la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) de 2013. La actual incertidumbre económica y el impulso de las marcas blancas, a raíz del alza de precios, ha forzado a las firmas de la Región a centrarse en las enseñas existentes. La competencia es dura y paradójica. La cuota de mercado de las marcas de distribuidores ya abarca el 49,5 % de las compras cotidianas, resalta la consultora NielsenIQ, pese a que se han encarecido el doble que las propias de los fabricantes, ya que partían de niveles más bajos.

Existen 21.202 marcas en vigor en Murcia. Solo las provincias de Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Alicante y Málaga la superan. De cada diez enseñas registradas, cinco son para compañías y pymes, cuatro para autónomos y solo una para emprendedores.

La protección de la OEPM confiere el derecho a impedir que otras firmas comercialicen productos con el mismo nombre, o que empleen denominaciones y logos similares que confundan. Uno de los indicadores del dinamismo empresarial es el registro de marcas a efectos publicitarios. Su proliferación indica que aparecen nuevas empresas y que las existentes se expanden tras poner en marcha más líneas de productos y servicios.

El ritmo de creación de marcas murcianas tocó fondo en 2010, con solo 963 peticiones. El máximo histórico se dio en 2006, cuando se presentaron 1.707. A partir de 2012 (hubo 1.102 peticiones en aquel año) empezó a crecer el número de instancias a la OEPM hasta llegar al parón actual.

La industria alimentaria lidera las peticiones. En este aspecto destacan bodegas, conserveras y queserías, así como elaboradores de licores, zumos, embutidos, ultracongelados y golosinas, que constantemente sacan productos que necesitan ser publicitados como novedosos. A ellos se unen firmas textiles y de calzado.

Resulta frecuente la confusión entre marca comercial y nombre comercial. El primer caso es un signo que permite a los empresarios distinguir sus productos o servicios respecto a los demás competidores. Así, los logos se han convertido en instrumentos esenciales para difundir marcas por medio de la publicidad convencional y las redes sociales. El nombre comercial, sin embargo, es el signo o denominación que identifica a una empresa en el mercado y que sirve para distinguirla de las demás firmas que desarrollan actividades idénticas o similares.

Los nombres comerciales son independientes de los de las sociedades que son inscritos en registros mercantiles (constituyen un requisito esencial para franquiciadoras, por ejemplo). Funcionan en la práctica como títulos de propiedad industrial. La duración de la protección es de diez años que pueden ser renovados de manera indefinida.

Murcia presentó el año pasado 262 solicitudes de registro de nombres comerciales, un 16% menos respecto a 2021. Los confinamientos obligaron a muchas empresas a reinventar su imagen a la hora de promocionar y comercializar sus productos vía internet. Fueron 621 entre 2020 y 2021. El restablecimiento del comercio tradicional ha aminorado el ritmo de creación, aunque se mantiene relativamente alto, puesto que hace solo un lustro no se pasaba de 160 solicitudes al año.

Los sectores que más nombres comerciales presentan son los de hostelería, moda, alimentación e informática. Están en vigor 2.387 denominaciones protegidas por la OEPM en la Región. Resulta una cifra muy baja si se tiene en cuenta que existen 4.854 compañías y pymes murcianas, a las que se podrían sumar 39.533 microempresas y profesionales autónomos.