El 'boom' del porcino triplica en diez años el promedio de cerdos por granja

Y es que en un decenio se ha pasado de contabilizar en la ganadería porcina murciana un total de 1.636.122 cabezas a disponer de hasta 2.366.928, lo que marca un espectacular incremento de más de 730.000 unidades. Unas cifras que se explican también dentro del propio proceso de concentración productiva al que se ha encaminado el sector para ganar tamaño, con el objetivo de elevar la rentabilidad de una actividad que resulta cada vez más difícil de alcanzar para los pequeños ganaderos ante unos precios ajustados y unos costes elevados.

Unas condiciones muy complicadas que son generales para toda la ganadería y que se reproducen en el conjunto de España, donde la disminución de explotaciones sucede en una proporción similar, aunque en el caso de la Comunidad la tasa de repunte de cabezas de cerdo duplica con suficiencia la cosechada en el país, que fue del 21,8%.

Aunque en volumen absoluto, el liderazgo del país en porcino lo mantiene Cataluña con casi 8,2 millones de cabezas, seguida por Castilla y León (4.4 millones), Aragón (4.1), Castilla-La Mancha (2,7) y Andalucía (2.5 millones). Mientras que justo por detrás de la Región se encuentran Extremadura (1,68 millones), Galicia (1,4 millones) y Comunidad Valenciana (1,38 millones de cabezas).

No obstante, tampoco se puede obviar, en cuanto a los números exactos, que existe un cierto desfase de actualización, ya que a lo largo de 2021 se impulsaron nuevos proyectos de cebaderos. Precisamente, la organización Ecologistas en Acción ha presentado recientemente alegaciones a tres macrogranjas de porcino, en Fuente Álamo, Lorca y Caravaca de la Cruz, ante la Dirección General de Ganadería, Pesca y Acuicultura de la Comunidad.

Asimismo, colectivos vecinales en diferentes municipios han mostrado su rechazo frontal a la instalación de explotaciones en su territorio, así como a la expansión de otros existentes. Es el caso del movimiento social en la comarca del Altiplano contra una instalación junto al Monte Arabí.

Porque existe una gran preocupación por el impacto ambiental de las macrogranjas en cuanto a las emisiones de amoniaco y de metano, así como por lo vertidos de purines cargados de nitratos que pasan al suelo y a los acuíferos. Aunque desde el sector ganadero siempre han defendido el estricto cumplimiento de la legislación. Igualmente, la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesa y Medio Ambiente ha reivindicado su labor inspectora, junto al compromiso de ofrecer ayudas para la modernización de las explotaciones.

El término macrogranja se refiere a las instalaciones con más de 2.000 cerdos de cebo de más de 30 kilos o de más de 750 cerdas que tienen que comunicar sus emisiones anuales (registro PRTR) y disponer de una autorización ambiental integrada positiva.

En este sentido, la citada organización ecologista denunció que el pasado año de las 175 macrogranjas que tienen en la Región el registro PRTR, no llegó a ser publicada ninguna inspección.

Por lo que se refiere al segmento de la ganadería ecológica, como sistema que busca proporcionar al consumidor alimentos frescos de calidad, mediante la utilización óptima y racional de los recursos, junto al respeto al medio ambiente, el bienestar animal y sin emplear sustancias químicas de síntesis, solo existe certificada una explotación de porcino, con apenas 288 cabezas.