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Regata de la pasada edición de la Cartagena Vela Clásica. C. V. C.

La aristocracia de la vela regresa a Cartagena

La VIII edición de la Cartagena Vela Clásica reunirá en mayo a latinos, dornas gallegas, bateles vascos, llaudes catalanes y barcas de La Albufera

Lunes, 18 de marzo 2024, 00:50

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Decenas de velas triangulares surcarán del 24 al 26 del próximo mes de mayo las aguas de Cartagena. La aristocracia de la vela clásica dibujará una vez más un cuadro espectacular en la emblemática y extensa bahía del puerto cartagenero. La VIII edición de La Cartagena Vela Clásica ya calienta motores. Organizada por la Federacion de Vela de la Region de Murcia (FVRM), con el apoyo del Real Club de Regatas de Cartagena, del Club Náutico de Santa Lucia y la colaboración del Instituto de turismo (ITREM), la Autoridad Portuaria y el Ayuntamiento de Cartagena. Los muelles del puerto y su bahía concentrarán a un buen número de embarcaciones latinas y clásicas que acudirán a este encuentro que ya está consolidado en el panorama nacional.

Junta a la flota latina regional de 21 palmos de Santa Lucía (Cartagena), se unirán los botes del Mar Menor de 33 y 42 palmos y algunos venidos de Galicia, País Vasco, Cataluña, Baleares, Valencia y Alicante. Será un museo flotante en el que se podrá disfrutar con una muestra del patrimonio murciano declarado BIC (bien de interés cultural inmaterial) y del resto de comunidades donde aún se conserva esta forma tradicional de navegación, con las particularidades propias de cada zona marítima. Es algo digno de ver, desde luego.

En la Región de Murcia destaca el esfuerzo que hacen los armadores del Mar Menor con su flota de 33 y 42 palmos por mantener viva la llama de la vela latina en la laguna desde distintas asociaciones deportivas. Asimismo, en Cartagena es el Club Náutico de Santa Lucía quien conserva esta afición con su flota de veloces botes de 21 palmos y que mantienen un amplio calendario a lo largo del año. Es en esta cita anual de la clásica que empezó su andadura en el 2009 en el Mar Menor, donde la flota latina de la Region se reúne con los botes de 21,33 y 42 palmos.

El cartel

Se volverán a ver maniobras difíciles entre los tripulantes, en las que la coordinación y la pericia son fundamentales

La vela latina fue tras su invención uno de los adelantos más importantes de la navegación. Desde su origen, esta vela permitió ceñirse más al viento y por tanto hacer los recorridos más cortos. Anteriormente los barcos aparejaban velas cuadras que solo permitían navegar con vientos portantes o de aleta que hacían de la navegación un arte a veces demasiado complicado.

Auténticas joyas del mar

La edición del año pasado estuvo representada por alrededor de 40 embarcaciones, entre latinos, dornas gallegas, bateles vascos, Llaudes catalanes o barcas de La Albufera. Todas ellas auténticas joyas, heredadas y conservadas por sus armadores con mimo desde hace varias generaciones. A estos botes más pequeños se unieron otros veleros de esloras más grandes y que hicieron las delicias de los asistentes con sus maniobras dentro de la dársena. Una imagen de Cartagena que recordaba las postales antiguas de principios del siglo pasado.

La Cartagena Vela Clásica no es una regata al uso. Aquí no siempre llegar el primero es lo prioritario. Estos armadores y aficionados son amantes orgullosos de sus barcos y de sus historias, algunas de ellas centenarias. Aunque el espíritu competitivo también existe, no es el objetivo más importante.

Patrimonio bien conservado

Sabedores de poseer un patrimonio único, salidos de manos artesanas y que requieren cuidados especiales, los armadores asisten a estos encuentros con el deseo de exhibir y participar de su afición con otros amantes de la madera, el barniz, el bronce o las formas particulares de sus botes. Es un patrimonio náutico digno de conservar.

Este año la organización mantiene unas expectativas altas de participación, con los imponderables de este tipo de eventos donde las condiciones meteorológicas permitan la llegada de barcos que tienen traslados más largos que las embarcaciones normales. Según los organizadores, no es fácil la realización de este tipo de concentraciones debido a la dificultad del traslado de barcos, unos por mar y otros por tierra y que requiere de un gran esfuerzo por parte de armadores y tripulantes.

En el puerto se volverán a ver, por tanto, esas maniobras difíciles entre los tripulantes de los latinos donde la coordinación y la pericia es fundamental. No hace más de 50 años alguno de estos botes se hacía a la mar para pescar en el Mar Menor o en el Mediterráneo. Así, Cartagena se convertirá durante unos días en un museo flotante del que podrán disfrutar los visitantes en los muelles y un espectáculo inigualable de velas clásicas en el mar.

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