El UCAM es superior al Baskonia y declara intenciones ante la Liga Endesa

Y es que el momento trampolín del baloncesto en Murcia pasa por propiciar un salto significativo con victorias como las de esta noche. Ante un grande de la competición y de Europa, haciendo efectivo el plan de partido y con perfecta comunión entre equipo y grada.

El UCAM venció al Baskonia yendo por delante en el marcador los 40 minutos de partido. Ofreciendo diferentes registros ante un equipo que también se estrenó con victoria el fin de semana pasado, pero que, cuando más negro pintaba todo, solo parecía capaz de entregar el balón a Markus Howard y que su genio decidiera. Y el ex NBA estuvo al nivel: 23 puntos con su mejor versión en el último cuarto, en el que anotó 17. No importó a un UCAM que siempre se movió en diferencias alrededor de los diez puntos.

Desde el mismo salto inicial el partido tomó la tonalidad beige de la equipación de hoy del UCAM, que vestía como visitante por un problema de logística vitoriano. Su comienzo de partido fue mucho más ambicioso que el de un equipo azulgrana que daba, quizás, demasiada confianza a alturas tan prematuras a jugadores que no le tiran del carro.

Sito salió con todo. Con más músculo y centímetros a su servicio que el año pasado, apostó por una defensa que encimaba con riesgo (doce tiros libres para el Baskonia en el primer cuarto), pero también con éxito. Los de Peñarroya perdían seis balones y fallaban diez de sus doce tiros en los primeros diez minutos mientras el UCAM salía al galope (18-13, final del primer cuarto). Y, en el segundo cuarto, tardaba más de tres minutos en anotar.

El UCAM, con un desorientado Caupain y un fallón Sant-Roos a los mandos, bajaba el ritmo ofensivo, pero seguía liderando bajo tableros permitiéndose no tirar de Diagne, titular de la pretemporada y que solo jugó en la segunda parte, minutos de auténtica conexión con el público. Con Howard contenido y, por consiguiente, el Baskonia el perdido, la recta final de primera parte con Hakanson y Ennis mandaba el partido a un receso con la máxima diferencia a favor (38-24, descanso).

24 puntos en 20 minutos para uno de los equipos de baloncesto más electrizante del continente hacían del equipo visitante uno que vestía como el Baskonia, pero que no era el Baskonia. El que volvió de vestuarios sí pareció ser el auténtico equipo vitoriano, con mucho más colmillo a la hora de penetrar, apretar en defensa y buscar correr. También, menos especulativo en juego y rotaciones. Y, de hecho, en el tercer cuarto metió los mismos 24 puntos que en toda la primera parte.

Pero en Murcia siempre había una respuesta con el general sueco Ludde Hakanson el balón en las manos. Un líder de rictus serio, al que sus jugadores asienten cuando manda, como si ya supieran lo que va a decir, pero él se lo repite igualmente. Galones para no hacer cundir el pánico con un equipo de Euroliga enfrente en su versión más física. Y, por supuesto, Ennis. Un anotador que, además, toma buenas decisiones. 17 puntos para él y otros tantos para Dustin Sleva, con la desvergüenza que pide su rol. Pasaba el tiempo y el mejor Baskonia no recortaba a un UCAM que recuperaba su máxima de catorce puntos de diferencia con el momento de más éxtasis del partido: una jugada en la que Ennis se lanzaba en plancha al suelo para tocar un balón que llevaba al contraataque y que Hakanson culminaba con triple. El tiempo muerto de Peñarroya reconocía la debilidad y permitía la celebración (54-41, minuto 27).

No se dejaba amilanar el UCAM por un Baskonia más guerrero. No este año. Kurucs, que no necesita anotar para hacer grandes partidos, llevó loco a todo el equipo de Peñarroya con sus contactos y su verborrea. Y personalmente a Howard, al que saca 25 centímetros, hasta su explosión final.

El UCAM dominó al Baskonia apretando y corriendo. Se dejó para el final otra de sus señas de identidad, el rebote ofensivo, pero llegó. Siete de sus doce capturas en llegaron en el último cuarto. Algunas, sin necesidad de traducirse en más puntos, ya servían al UCAM para acercarse a la victoria, dejando pasar un tiempo que el Baskonia no tenía. Manteniendo el martirio de los tiros libres hasta el bocinazo final, el empuje de Howard hizo no tan descabellado el milagro cuando en los últimos 70 segundos la diferencia estaba en siete. Pero otro ataque largo, culminado con triple de Ennis, fue la sentencia. 38 segundos no daban para más. El Palacio celebra y pide más a tres días de otra cita, el sábado a las 20.45 ante un Tenerife al que el año pasado ganó tres de sus cuatro duelos y que llegará sin conocer la victoria.