El UCAM dice adiós a Europa cayendo ante un Unicaja superior

El UCAM llegó hasta donde las fuerzas le llegaron en una 2022-23 convertida en una montaña rusa que ha registrado más picos en la competición europea que en la doméstica. En esta, los murcianos estiraron la racha de su anterior participación para hacer del Palacio un feudo donde encadenar 16 victorias locales. Hasta hoy. El Unicaja de Ibon Navarro, técnico con que el UCAM viajó hasta la 'Final Four' en 2018, dejó al equipo murciano a solo un triunfo de igualar el máximo como local de 17, en poder del Mónaco de Euroliga.

Por opuestos estados de forma, el UCAM lo tenía más que difícil ante un Unicaja que es favorito al título de Champions League y que pasa cual rodillo allá por donde va, recuperando el ritmo que le hizo coronarse campeón de la Copa menos de dos meses atrás. Veinte minutos fueron los que le aguantó el UCAM, que no pudo competir mucho más con varios de sus jugadores a los que la temporada se les está haciendo extremadamente larga. El caso más acusado, el de un McFadden que, después de ser el jugador más diferencial del UCAM durante varios meses, se quedó en cero puntos el día que más falta hacía, y muchos fueron los que costó en el otro lado, siendo atacado constantemente daba igual quién fuera su asignación en un inmisericorde Unicaja ante las debilidades murcianas.

No dio opción en la segunda parte, donde construyó su victoria ladrillo a ladrillo y paciente, siguiendo a rajatabla su plan de partido. Pero tampoco opuso toda la resistencia deseada el UCAM, que perdía por una diferencia no definitiva, como son diez puntos a cinco minutos del final (68-78, minuto 35), pero sin ninguna fe para perseguir el triunfo, dándose un grotesco final ante Unicaja que jugaba a placer frente a un entregado UCAM para abultar y mucho el marcador hasta los más de veinte puntos de diferencia final.

Como en el Carpena, el Unicaja también comenzó golpeando primero esta noche (5-12, minuto 5), de nuevo con la idea de atacar a McFadden y buscando llegar hasta abajo en los primeros ataques. La novedad de Chiozza dio algo más de dinamismo al equipo de Sito, especialmente en estos primeros minutos coincidentes con Trice y, con los triples entrando (5/10 en el primer cuarto), el UCAM también se animó en defensa para acabar el primer cuarto por delante (20-16).

Más de del doble de lanzamientos del UCAM en los diez primeros minutos habían sido desde el triple. Podía ser pan para hoy y hambre para mañana. Y así fue. Siguieron los universitarios tentados a lanzar continuamente de tres pese a la bajada de porcentajes (llegaron a registrarse hasta quince triples cuando solo iban cuatro tiros de dos), y un Unicaja que triangulaba de maravilla con su faro Kravish iluminando los ataques cajistas desde el poste alto le daba la vuelta (27-30, minuto 16).

Probó Sito con Sakho, su pívot más móvil, para capear el daño sufrido en el juego a partir de los pívots visitantes. El Unicaja había hecho caer una y otra vez al UCAM en la trampa de cambiar de defensor en los bloqueos indirectos, pero las canastas fáciles se acabaron con el partido entrando en cierta barrena. Solo había tirado el UCAM dos tiros libres en el primer cuarto, pero trece fueron en este periodo. Los triples de Perry, y dejarse cinco de sus puntos desde la línea, el motivo de no ver a los murcianos por delante al descanso (40-40).

El Unicaja volvió de vestuarios metiendo miedo. Aumentó el nivel físico en un partido en el que ya estaban saltando chispas y, sin el UCAM preparado para una salida así, un parcial de 0-7 llamaba al prematuro tiempo muerto de Sito (40-47, minuto 23). Algo debía estar queriendo transmitir el entrenador que sus jugadores no entendían, pues se vio más de una bronca del técnico a sus pupilos, algunas indisimuladas (sobre todo a Radovic y Pustovyi), ya que ponía los dos pies en la pista.

El UCAM sabía que aguatar veinte minutos a este Unicaja ya era un logro, y que la primera herida de la segunda parte podía llegar a ser mortal. Punto a punto, los de Navarro fueron aumentando su máxima diferencia. El equipo local mostraba síntomas de debilidad y las prisas no son buenas consejeras. McFadden seguía anulado y unos minutos de abuso de Djedovic sobre él fueron su sentencia. Anderson apenas tenía aclarados desde su favorito lado izquierdo. Y Thomas, el último en salir, llegaba fresco para con su baloncesto diésel hacer daño. A dos minutos de final del tercer cuarto, dos tiros libres de Perry ponían la primera diferencia de dos dígitos (53-63, minuto 28).

El partido se había teñido de verde y morado. El UCAM no tenía ideas, pero tampoco el poder de ejecutarlas ante tal diferencia de físico. Los unos contra uno a que eran forzados los jugadores universitarios, lejos de situaciones ventajosas, eran la exposición definitiva a la superioridad malagueña. Solo unos minutos de conexión entre Chiozza y Pustovyi, desaparecido hasta entonces, aplazaban la sentencia (60-69, final del tercer cuarto).

Como en el periodo anterior, el UCAM tardó casi cuatro minutos en anotar su primera canasta en juego. Y, también igual que antes, se dejaba tiros libres de por medio (20/31 desde la personal). El Unicaja seguía a lo suyo, y ahora era Barreiro quien tenía minutos de dominio, evidenciando la fatiga del UCAM en una jugada en que cogió un rebote ofensivo entre tres cariacontecidos universitarios.

Una canasta de Radovic y un triple de Rojas lo volvieron a dejar en solo diez (68-78, minuto 35), motivo del tiempo muerto de Ibon Navarro. Pero las caras decían que algo no iba bien. Sito agotó su último tiempo cuando aún quedaban más de tres minutos, pero volvía con pérdida de Trice al límite de agotar la posesión. Hasta ahí llegó la lucha, a excepción de un Rojas que seguía empleándose con dureza hasta llegar a pasar lo mismo que en Málaga, con el Unicaja ya con los dos pies en la 'Final Four' (73-92, minuto 39). Esta vez la trifulca fue con Kravish, destapándose una de mayores dimensiones que implicó a diferentes jugadores de ambos equipos e, incluso, al preparador físico universitario, descalificado. Cuando todo parecía volver a la calma, unos gestos de Thomas provocaron la ira de los locales, en especial de Radovic.

Más de diez minutos estuvo parado el partido para poner un desagradable punto final a la andadura europea del UCAM. Si será hasta pronto, lo que queda de Liga Endesa lo dirá.