Muere Adolfo Ruiz Díaz, técnico de ElPozo y el Mínguez Sáez Cartagena en los 90
El paraguayo fallece a los 67 años en su Asunción natal tras toda una vida dedicada a su deporte; triunfó como entrenador en el Playas de Castellón
El paraguayo Adolfo Ruiz Díaz, quien fuera entrenador de ElPozo Murcia (1991-93) y del Mínguez Sáez Cartagena (1998-2001), falleció este viernes a los 67 años en Asunción, su ciudad natal. Luchó durante los últimos años contra una dura enfermedad que le apartó del fútbol sala, el deporte en el que tanto brilló, primero como jugador y después como entrenador. Su huella, además, es imborrable en otras dos ciudades españolas, Toledo y Castellón, donde el paraguayo brilló junto a su hermano Mario, con quien vino a España en 1984 tras conquistar seis ligas paraguayas con el San Alfonso de Barrio Obrero, un histórico del fútbol sala de su país.
La primera experiencia de Adolfo Ruiz Díaz en la Región fue en ElPozo Murcia. Fue entrenador del conjunto charcutero durante la temporada 1991-92, en la que los murcianos fueron subcampeones de Liga. Aquel equipo liderado por Vicentín jugó la primera final de su historia ese año, perdiéndola frente al Caja Toledo. En enero de 1993, tras una mala racha de resultados, Adolfo fue destituido y lo sustituyó en el banquillo su hermano Mario Ruiz Díaz. Ambos habían brillado juntos como jugadores en Toledo, en Córdoba y en Castellón.
Más tarde, Adolfo Ruiz Díaz aterrizó en el banquillo del Playas de Castellón, donde antes había triunfado como jugador. Y como entrenador fue «una figura muy importante», tal y como destacó este viernes el actual Bisontes Castellón en una nota de pésame. «Su compromiso y talento ayudaron a sentar las bases del éxito que culminaría en las legendarias décadas del Playas de Castellón», añadió el club castellonense en su comunicado.
Los inicios del Mínguez
A Cartagena llegó en el verano de 1998, unas semanas después del histórico ascenso a División de Honor del Mínguez Sáez en la eliminatoria ante el Móstoles. Tres temporadas se mantuvo en el banquillo del conjunto cartagenero en una época donde todo era nuevo para el club. La Bombonera registraba llenazos históricos cada quince días y con jugadores de perfil bajo y discretos presupuestos el equipo conseguía siempre la permanencia sin pasar apuros.
A sus órdenes estuvieron al principio los Nino, Curro, Nacho, Jordi, Luciano, Sergio, Pedrín, Uge, Toledano, De la Cruz y compañía. Él fue clave en la llegada de Cecilio y Javi Matía, los dos primeros 'cracks' del fútbol sala cartagenero. El nivel de la plantilla fue mejorando poco a poco, con los fichajes de Cacao, Minique, Carlos Sánchez, Nilo, Neto y el propio Vicentín. Pero en 2001, con la entrada de GMI Polaris en el club, Adolfo no fue renovado.