«Cuando llego a casa y veo mis moratones, sé que ese día he entrenado duro»
Juan Antonio Saura, de Mar de Cristal, también se proclamó campeón de Europa júnior el pasado fin de semana. «Sueño con llegar a los Juegos y no es imposible», dice
El triunfo de Paula Vergara en el Europeo de clubes de Castellón del pasado fin de semana no fue el único éxito del taekwondo cartagenero en el torneo que sirvió para cerrar la temporada. Juan Antonio Saura, deportista de 17 años que es miembro del Club de Artes Marciales de Cartagena, también se colgó la medalla de oro en el Europeo. Él también es júnior y compite en la modalidad de combate olímpico.
PEQUEÑA BIOGRAFÍA
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Nombre y Edad Juan Antonio Saura. Tiene 17 años. Es de Mar de Cristal.
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Su modalidad Combate.
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Club Club Artes Marciales de Cartagena.
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Entrenador Rafa Alcázar (CAR Los Narejos) y Elena Matrán (Artes Marciales de Cartagena).
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Su currículum 1º en el Open de Madrid, 3º en el Open de Pontevedra, 1º en el Turquía Konya Children, 5º en el Europeo cadete de Estrasburgo, campeón de España cadete en 2015, 1º en el Open de Benicassim, 3º en el Open de París, 3º en el Open de Serbia y campeón de Europa júnior en 2018.
-¿Cómo fue el campeonato?
-Empezó torcido. Porque todos nos pesamos el día anterior a la competición y solo uno tiene que volver a pesarse en la mañana de la competición. Y me tocó. Pero no perdí la concentración e hice un buen torneo. Además, en la final me saqué una buena espina que llevaba clavada. Le gané a un chico de Andalucía que fue quien me ganó en las semifinales del Campeonato de España de este año, en Córdoba, y me dejó sin final. Hice un buen Europeo y es una buena manera de cerrar el año.
«He estado cuatro años interno en el CAR de Los Narejos y me he perdido muchas cosas en mi vida»
«Practico un deporte de contacto, pero no he tenido nada grave. Solo esguinces y problemas en las muñecas»
-Ha terminado su etapa como júnior y ahora empieza lo más difícil. Tiene que pelear con los mejores del país. ¿Se ve preparado?
-Sí. Me queda mucho por aprender, desde luego. Pero este año ya he participado en dos campeonatos de categoría sénior. En Ciudad Real conseguí la medalla de bronce y en Valencia me eliminó el campeón en un combate igualado.
-Su modalidad es olímpica. ¿Se ve en unos Juegos o es una quimera?
-Es mi sueño desde niño. Y no es imposible. No estamos hablando de un objetivo inalcanzable. A partir de 2019 empiezo a puntuar en torneos nacionales e internacionales y tengo que ir haciendo camino. Lógicamente, los de Tokyo me llegan muy pronto, pero tengo tiempo para progresar y acercarme a los mejores de aquí a 2024.
-¿Cuándo empezó?
-Con 5 años, en Los Belones. Allí practican un taewkondo básico y yo quería combate. Me recomendaron ir a Cartagena y con 8 años empecé a competir. Con 10 años, en mi primer campeonato fuera de la Región, gané la medalla de plata en el Open de Andalucía.
-Ha estado interno en el CAR de Los Narejos, ¿verdad?
-Sí, cuatro años. Desde 2013 a 2017. Ahora me paso todo el día allí, entrenando y estudiando, pero por la noche voy a dormir a casa.
-¿Ha renunciado a muchas cosas por el taewkondo?
-A muchísimas. Nunca he ido a un viaje de estudios, por ejemplo. Y a mis amigos de siempre los he perdido. Ellos se van quedando atrás porque tú no vas a su ritmo. No sales de fiesta con ellos y al final te acabas relacionando con deportistas del CAR, que llevan la misma vida que tú. Pero esto no lo cambio por nada. No podría vivir sin taekwondo. Pronto tendré que compaginarlo con los estudios. Quiero hacer Nutrición y Dietética y preparar las oposiciones de bombero.
-En el tatami, en su modalidad de combate, se zurran bien.
-Practico un deporte de contacto y hay lesiones. Es lo normal. Pero no he tenido nada grave. Solo esguinces y problemas puntuales en las muñecas. Cuando llego a casa y veo mis moratones y mis arañazos, me quedo tranquilo porque sé que ese día he entrenado duro. Es una sensación gratificante.