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Julen Lopetegui, durante un encuentro con la Selección. Reuters
Sueños dorados tras un 2017 impecable
Copa del Mundo

Sueños dorados tras un 2017 impecable

La España de Lopetegui, que aún no conoce la derrota, alimenta las ilusiones mundialistas tras una fase de clasificación impoluta

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Domingo, 31 de diciembre 2017, 10:23

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«No tengo ninguna duda de que vamos a disfrutar del Mundial», repite estos días navideños, confiado, Julen Lopetegui, que tras superar polémicas extradeportivas tras cada lista desde agosto de 2016 ha visto cómo se ponía en tela de juicio la participación de su selección por una supuesta injerencia del gobierno en la gestión de la Federación Española de Fútbol. El seleccionador sólo deseó que «todo el mundo esté a la altura» tras un 2017 «de balance positivo. Primero, se ha conseguido el objetivo principal, la clasificación al Mundial. Segundo, porque lo hemos hecho jugando bien y siendo muy competitivos. Los jugadores han sido tremendamente competitivos y han demostrado una gran ilusión por jugar. Estamos muy contentos por el rendimiento deportivo», explicó el jueves a ‘Minuto 0’.

En apenas año y medio, este vasco de 51 años ha recuperado la ilusión por una selección que tras ganarlo todo (dos Eurocopas consecutivas y el Mundial), acumuló dos rotundos fracasos: la Copa del Mundo en Brasil y la Eurocopa en Francia. Una situación complicada, que unida a los conflictos que rodeaban a la institución convertían la tarea en una misión delicada, en la que debía actuar con inteligencia y mucha mano izquierda. «España ganó mucho en tiempos recientes. Esa época dorada está muy bien para mirar atrás y dar las gracias a la mejor generación del fútbol español, que también es una de las mejores de todos los tiempos. Pero aquello ya pasó», recuerda. «Ahora, quedan algunos de esos jugadores con otros chicos jóvenes y estamos tratando de mezclar a las generaciones, pero sin comparar. Confiamos en los futbolistas que vienen, en su capacidad, en su calidad, en su ambición. Y hay que dejarles que hagan su camino». El grupo transmite energía, su toque se ha acelerado y ya no es anodino: es más vertical y es potente en la estrategia.

A unas hora de entrar en 2018, ‘La Roja’ vuelve estar entre las favoritas para conseguir el título en Rusia. Y eso que no fue cabeza de serie en el sorteo pese a que no ha perdido ni un sólo partido con Julen: 12 victorias y cuatro empates. «Somos muy conscientes de que lo hecho en la fase de clasificación no nos garantiza absolutamente nada. Así como lo que hizo antes: a la selección española, ganando campeonatos maravillosos, no le garantizó nada. Aquí lo único que te garantiza algo es el fútbol que juegas en el momento de la competición y hay que estar preparados para eso». No se puede negar que tengan todo estudiado, ya que eligieron Krasnodar (cerca de Sochi) como sede fija en la cita mundialista del año 2018 tras un estudio de las instalaciones (por los ayudantes del seleccionador, Pablo Sanz y Óscar Caro) apenas unos días después de lograr la clasificación para el torneo, decisión refrendada por la junta directiva el pasado día 20.

El sorteo le emparejó con Portugal, Irán y Marruecos en el grupo B, lo que para el gran público es algo bueno, si bien el cuerpo técnico no es de la misma opinión. «Nos enfrentamos al actual campeón de Europa, donde juega uno de los mejores jugadores de la historia con una gran generación detrás. Irán es el mejor equipo de Asia y Marruecos ha sido este año el mejor equipo de África», argumenta antes de recordar que «un Portugal-España (15 de junio a las 20:00 horas en Sochi) podría ser una final. Nuestra obligación es prepararnos de la mejor manera posible para llegar a ese partido con la máxima humildad pero con la máxima ambición». El cuerpo técnico, que ya trabaja en el amistoso ante Alemania de marzo, reclama cautela cuando se le apunta que evita jugar contra una de las grandes favoritas al menos hasta cuartos, aunque podría encontrarse a la siempre peligrosa Uruguay en octavos si España fuese primera de grupo y el resto de favoritos cumplen con los pronósticos.

En unos supuestos cuartos, esperaría Argentina con Leo Messi que habría sido primera en su grupo –que comparte con Croacia, Islandia y Nigeria– y siempre que superase el primer cruce de octavos de final con el que se clasifique segundo del grupo C, que presumiblemente será Dinamarca o Perú. Tras superar ese ficticio duelo de cuartos siempre que termine primera de grupo y no falle en los cruces, España se enfrentaría en semifinales a Alemania... siempre que los de Joachim Low hubiesen hecho buenos los pronósticos en su lado del cuadro. En la hipotética final esperaría Brasil. Pero eso es fútbol ficción. Primero, la selección debe superar la fase inicial, algo que no hizo en el último torneo disputado en Brasil pese a que entonces era la vigente campeona.

Pequeños cambios

Ahora este equipo parece muy distinto al de 2014. «Los cambios no son sencillos y tienen matices. Nosotros tratamos, sobre todo, de hablar muy claro con los jugadores, de transmitirles el fútbol que queremos y de recuperar sensaciones. Debíamos hacer los cambios necesarios para volver a potenciar al equipo. Esta España no podía jugar como en el pasado simplemente porque no hay dos equipos exactamente iguales. Son grupos diferentes, con jugadores que tienen distintos matices. Por eso, hemos intentado potenciar las virtudes de nuestros futbolistas, y adaptarnos con nuestra manera de entender el juego, intentando ser competitivos, ordenados, agresivos y ambiciosos. Jugar a lo que sabemos y luego ser capaces de adaptarnos a cada situación sin perder la esencia de lo que nos hace más fuertes», recordaba el técnico a FIFA.

Lopetegui se ha beneficiado de que conocía bien la casa. «Varios jugadores de esta nueva generación estuvieron conmigo en selecciones juveniles y han ido quemando etapas. Por evolución natural, algunos de ellos nos acompañan en esta aventura. Muchos han tenido la experiencia de ganar títulos desde jóvenes y han podido desarrollar esa ambición. Los jugadores que han conseguido victorias en categorías juveniles tienen un valor añadido en su ADN. No es un requisito indispensable, ni mucho menos, pero sí es positivo, porque se puede recurrir a esas experiencias en momentos complejos, y esperamos aprovecharlo», insiste. Julen es un hombre que confía mucho en el trabajo y poco en la suerte, por eso sus deseos para 2018 son bastante sencillos: «Que no haya lesiones, que tengamos el grupo a disposición y el resto lo tenemos que hacer nosotros. Ahí pondremos toda nuestra energía para que el Mundial de Rusia sea ilusionante y seamos protagonistas».

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