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La familia y los amigos íntimos asistieron al entierro de Maradona. Afp

Maradona descansa en paz junto a sus padres

El mito argentino fue enterrado esta madrugada en el cementerio de Bella Vista tras una joranda marcada por la emoción y el caos

Javier Varela

Madrid

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Viernes, 27 de noviembre 2020, 09:37

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Diego Armando Maradona ya descansa en paz. Y lo hace en el cementerio de Bella Vista -a 40 kilómetros de la Casa Rosada- junto a Doña Tota y Don Diego, sus padres y mayor motivación para convertirse en crack del fútbol, fallecidos en 2011 y en 2015. Apenas 30 horas después de su muerte por una parada cardiorrespiratoria, la despedida tuvo lugar a última hora de la noche con una ceremonia religiosa íntima, con cerca de 30 personas, con su familia más cercana y autoridades, nada que ver con lo que se vivió en las horas previas. Y eso que el entierro fue retransmitido por las televisiones argentinas gracias a drones.

Si el entierro fue 'tranquilo' y en la intimidad, la capilla ardiente fue todo lo contrario. Su familia era partidaria de hacer algo íntimo y huir de una despedida pública, pero se antojaba imposible por la repercusión en el pueblo argentino de un personaje como Maradona. Su exesposa Claudia Villafañe y sus hijas Dalma y Giannina, tuvieron la posibilidad de estar a solas con el féretro. También estuvieron en la Casa Rosada, Verónica Ojeda -otra de sus ex- junto a Diego Fernando, el hijo menor de Maradona. También estuvo su hija Jana, nacida de un idilio con Valeria Sabalain.

Los que no estuvieron fueron su última pareja, Rocío Oliva, a la que se le negó la entrada y Diego Júnior, su hijo mayor fruto de su relación con Cristiana Sinagra, que reside en Nápoles y no pudo salir por estar contagiado de covid-19.

El velatorio, con el féretro y la Copa del Mundo.
El velatorio, con el féretro y la Copa del Mundo. Afp

Junto a la familia estuvieron excompañeros de Diego Armando Maradona y campeones mundiales en México 1986 como Óscar Ruggeri, Óscar Garré, Ricardo Giusti, Jorge Burruchaga, Sergio Batista y Luis Islas. También estuvo Guillermo Cóppola -exagente del 'Pelusa'-, Rafael Di Zeo (líder de la 'barra brava' de Boca Juniors), y dos exfutbolistas de Boca, Carlos Tévez y Martín Palermo.

Lágrimas y cargas policiales

Si su vida estuvo marcada por la polémica, el caos y los tumultos, su adiós no se libró de nada de eso. Tuvo el cariño y las lágrimas de los aficionados que en cientos de miles quisieron rendir el último homenaje al '10', pero también caos, polémica y altercados. Lo que tenía que haber sido una jornada de luto, sentimiento y respeto, terminó en cargas policiales, saqueos en comercios, los disturbios y heridos.

La despedida se desbordó por completo a pesar de la participación del Gobierno argentino, que ofreció su Casa Rosada, para facilitar el último adiós a Maradona. El deseo de la familia de no prolongar por dos días el velatorio hizo que comenzaran los nervios entre los aficionados que esperaban fuera del recinto y que se produjeran enfrentamientos, batallas en las calles y el asalto a esa sede central. Se pensó en dar tres horas más al velatorio, hasta las 19 horas, para tranquilizar los ánimos, pero el aumento de tensión hizo que se tuviera que cambiar el féretro 'del Diego' y suspender el homenaje.

Fuera de la Casa Rosada comenzaron los aficionados y los cuerpos de seguridad en los alrededores de la Plaza de Mayo y zonas aledañas. La Policía cargó con balas de goma, tanques de agua y gases lacrimógenos y una parte de la inmensa multitud respondió con el lanzamiento de piedras y botellas, en especial en la intersección de Avenida de Mayo con 9 de julio. Lo que había empezado como una jornada emotiva se teñía de caos y violencia.

La noticia de la suspensión del velatorio provocó el caos total. Aficionados colándose por las ventanas y las puertas con el deseo de poder despedirse del '10'. Cargas, caos, nervios. La situación era tan caótica que se trazó el plan de traslado del féretro al cementerio Jardín de Bella Vista para evitar males mayores. Hasta el presidente del país, Alberto Fernández, llegó a acercarse a una de las vallas de la Casa Rosada para pedir calma a los aficionados. Pero nada frenaba el deseo de los hinchas de despedir 'al Diego'.

El coche fúnebre, retenido por los aficionados
El coche fúnebre, retenido por los aficionados EP

Despliegue policial en el cortejo fúnebre

Mientras los enfrentamientos seguían en la calle, el cortejo fúnebre se puso en marcha para cubrir los 40 kilómetros hasta el cementerio, acompañado por miles de personas en su recorrido que seguían rindiendo homenaje a Maradona. La Policía abrió paso como pudo y en algunos momentos el coche fúnebre fue detenido por la cantidad de aficionados que se agolpaban con el deseo de tocar el automóvil que llevaba los restos mortales del ídolo. La locura.

Finalmente, el despliegue policial alrededor del cementerio permitió un final tranquilo para que la familia y los más íntimos pudieran decir adiós a Diego Armando Maradona tras una jornada de luces y sombras, como fue la vida del '10'. Maradona ya descansa en paz y Argentina se despierta haciéndose a la idea de que no volverán a ver al '10'.

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