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Luis Suárez, en su despedida como futbolista del Barça. Foto: EP | Vídeo: Atlas

Luis Suárez elige irse con elegancia del Barça y piensa en rojiblanco

El uruguayo lloró en la rueda de prensa de despedida, pero prefirió quedarse «con estos seis años maravillosos» y no hizo reproches «para no dar el gusto a nadie» antes de declarar: «Me atrae mucho el desafío del Atlético»

P. RÍOS

BARCELONA

Jueves, 24 de septiembre 2020, 13:33

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Luis Suárez se mordió la lengua varias veces, su inconfundible movimiento de cabeza hacia la silla que había dejado libre a su lado Josep Maria Bartomeu le delató cuando le preguntaron por reproches propios o ajenos, amagó con lanzar algún dardo envenenado y lloró, antes y después de su comparecencia, en presencia de varios compañeros (Leo Messi, Jordi Alba, Gerard Piqué, Sergi Roberto y Sergio Busquets) y de su familia en la sala de prensa del Camp Nou. Pero el delantero uruguayo de 33 años logró hacer un ejercicio de contención y acertó al elegir salir del FC Barcelona como un señor, agradeciendo la oportunidad de haber podido cumplir un sueño de niño durante seis años inolvidables, en lugar de hacerlo como un resentido. El Atlético espera a un goleador único, con un carácter arrollador y, ahora también, con un autocontrol que le hace más grande. «No le voy a dar el gusto de reprochar nada a nadie», apuntó.

Se va dolido. «Antes de la llamada de Koeman ya sabía que no se iba a contar conmigo», dijo, dando a entender que la decisión del club por motivos económicos (liberarse de su alta ficha en plena crisis económica) estaba por encima de la opinión del entrenador por motivos deportivos. Está enfadado -«Ha sido un mes de locos, se han filtrado e inventado cosas que te indignan, además de un jugador, se va una persona con sentimientos», manifestó-, pero también se confesó «orgulloso porque es el momento de pasar página». «Ya he digerido la situación y me quedo con estos seis años maravillosos en un club», agregó.

Luis Suárez afirmó que no tiene nada que reprocharse más allá «de no haber podido ayudar el equipo» con su rendimiento «en momentos concretos». Al contrario, se autovalora «por haber jugado con molestias en muchas ocasiones». Lo que no dice es que en muchas de esas veces que jugó 'tocado' el entrenador de turno hubiese peferido no alinearle o cambiarle porque era imposible que rindiera, pero él no entró en razones con la jerarquía para decidir más que el cuerpo técnico que había adquirido gracias a su amistad con el jefe Leo Messi.

Tampoco hizo mención a que el bajón del nivel del Barça no solo es de planificación deportiva y de gestión directiva, que también y mucho. Obvió citar a su control del trabajo diario junto a Messi, impidiendo un desarrollo táctico y hasta físico con sus exigencias. Pero no era el día. En el Atléico mandará menos y el trabajo físico conveniente le dará potencia para seguir marcando goles. Sí era el día de valorar su impresionante etapa azulgrana, reflejada en la foto que se hizo en el césped del Camp Nou con sus trece trofeos, acompañado de su mujer y de sus tres hijos. Los 198 goles en 283 partidos no cabían en la imagen.

Relación con Messi

«Siempre tendrán un culé más, esté donde esté», garantizó al barcelonismo, con lágrimas en los ojos, recordando su llegada en 2014 tras su mordisco a Chiellini: «El Barça sabía en las condiciones que venía, que había cometido un error y siempre le estaré agradecido por eso. Ha sido un sueño hecho realidad, pero nunca me imaginaba llegar a estas cifras. Aquí debes rendir siempre al máximo y no sabes cuántos años puedes estar. Me voy más que orgulloso y satisfecho de unos años espectaculares y maravillosos en el Barça», señaló.

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«Siempre me va a quedar en el recuerdo que mis hijos me hayan visto levantar trofeos y celebrar goles, que me hayan visto jugar al lado del mejor de la historia», apuntó, antes de romperse otra vez al hablar de un Messi muy triste: «Todo el mundo sabe la relación que tengo con Leo. Cuando uno llegó al Barcelona decían: 'Cuidado con Leo', porque yo era delantero. Pero el tiempo que estuvimos juntos, intentamos rendir al máximo. Yo me tengo que ir orgulloso».

Y tuvo palabras para los socios del club: «Al socio le estoy eternamente agradecido. He pasado momentos malos de racha y el socio me ha respaldado. Esto es fundamental. Ellos confiaron en mí y hay gente dolida pero no hay que quitarle el protagonismo a seis años maravillosos».

El uruguayo ya habló, por último, como jugador del Atlético: «Voy con mucha ilusión, a un equipo muy competitivo que siempre llegaba hasta el final peleando por la Liga. Quiero ayudar al equipo a que siga creciendo y conseguir algo importante. Me siento capacitado para seguir compitiendo, más aún de este último año que tuvimos. Me atrae mucho el nuevo desafío».

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