El Algar sueña una hora antes de la goleada

Fútbol a la antigua usanza es lo que propuso el CD Algar. Presión, intensidad y corazón a falta de calidad. Ese era el plan establecido por el entrenador algareño, David Bascuñana. Los muchachos salieron extramotivados al partido más importante de sus vidas y siguieron el plan al pie de la letra. Salió de maravilla y pilló completamente a contrapié al Celta, bastante nervioso, impreciso y sorprendido en un inicio admirable de los algareños.

De ese cóctel se contagió hasta el portero del Celta, Iván Villar, que echó balones fuera cuando los entusiastas Nico Carrasco y Carlos Ventura corrían como leones, con más corazón que cabeza, a generar problemas. Un saque de esquina en el minuto 15 puso patas arriba el Artés Carrasco. Villar se tragó la bola y Cristian Muñoz, que pasaba por allí, la introdujo con la chepa. 1-0 y sorpresa mayúscula en Lorca. El equipo de sexta categoría ganaba al de élite en un escenario inimaginable.

No podía ni mirar el recién aterrizado técnico vigués, Carlos Carvalhal, alucinado con la puesta en escena de los suyos. Aguantó quince minutos más, a la espera de una reacción de los suyos que no llegaba. Carvalhal se cansó, cogió el toro por los cuernos y en el minuto 34 introdujo dos cambios claves, sin esperar al descanso: Franco Cervi y Larsen. Se lo tomó realmente mal Pablo Durán, uno de los sustituidos de forma prematura.

Ese golpe de timón le dio otro aire al Celta, ya repuesto, insistente y que quiso dejar rematada la faena en los diez minutos previos al descanso. Cervi colocó el 1-1 en su primer contacto con el balón. Y el portero sanjaviereño Juanma Conesa, sobresaliente pese a la goleada, mantuvo el 1-1 en el marcador en el pase por vestuarios. Resistió el CD Algar, jabato e ilusionado.

Le faltaron piernas, fuerzas y recursos futbolísticos a los de Bascuñana para salir de su parcela en la segunda parte, sin posibilidad de estirarse ni de registrar disparos a puerta. La gasolina duró lo que duró para un club humilde, lleno de obreros y que entrenan tres veces por semana. Todo terminó cuando el Celta estableció en un parpadeo el 1-4, en ocho minutos de vértigo donde Carles Pérez, Óscar Rodríguez y Larsen enmudecieron al Artés Carrasco.

Era el minuto 62 y todo quedó visto para sentencia en una tarde histórica para el CD Algar, con excesivo castigo tal vez, que se le hizo realmente pesada al final. Acaso algún balonazo para Ventura y un córner muy pasado al que no llegó Jawad, suficiente para levantar los aplausos en la grada. Javi Galán de penalti y Kevin Vázquez en el último suspiro pusieron la guinda para el Celta.

Males mucho mayores evitó el guardameta Conesa, de dulce pese a la goleada; y del capitán Muñoz, esforzado hasta el final en un duelo titánico con Carles Pérez. Acaba la mejor aventura para los carpinteros, hosteleros, administrativos y policías que forman la obrera plantilla del CD Algar, todos este lunes de regreso a la normalidad en sus puestos de trabajo. Lo de este domingo no lo olvidarán nunca.