Pablo Ramírez, el mejor jugador de la LNFS que casi acaba como central

El doble reto de Ramírez de ganar la liga y ser el pichichi lo ha conseguido con creces, y Cartagena seguirá disfrutando de su calidad hasta 2028. Una renovación que es un paso de gigante para el equipo melonero. Ahora es el mejor jugador de fútbol sala de la élite española, pero sus inicios están ligados al césped. A pesar de haber jugado en Segunda B de fútbol sala con el Coineña tuvo que elegir si su futuro iba a ser entre estadios o entre pabellones. Antes de la pandemia, Pablo tenía la opción de jugar como central, para aumentar la contradicción, en un equipo de Tercera de fútbol. Pero la llamada del UMA Antequera le hizo decantarse por el parqué.

El bueno de Pablo Ramírez lleva relativamente poco tiempo en la élite del fútbol sala. Llegó en 2021, después de la pandemia y tras rechazar la oferta del fútbol 11, se alistó a las filas de la UMA Antequera en Segunda División. Allí fue 'llegar y besar al santo'. En su primera temporada fue campeón de la Copa del Rey con un equipo de la categoría de plata, y logró su primer ascenso a la que de verdad es su categoría; la Primera División. Su llegada a la máxima categoría fue a lo grande porque, a pesar de estar en un recién ascendido, logró ser el jugador revelación.

Aún formando parte del equipo antequerano, a Pablo Ramírez le llegó la oportunidad de ir convocado con la Selección Española absoluta con 21 años. También fue internacional sub-21 previamente, pero el debut con la absoluta no se le va a olvidar jamás. Tomelloso siempre lo va a recordar por ser el escenario de su estreno con la selección y, a su vez, de su primer gol con el combinado nacional en un encuentro ante Finlandia.

A partir de esa oportunidad, Ramírez es un habitual en el combinado nacional y se mostró al mundo con su primer 'hat-trick' ante Moldavia. Sin embargo, para Fede Vidal el mejor jugador de la categoría no daba el nivel para representar a España en el Mundial. Algo que, a pesar de todo, le sentó bien al bueno del pívot malagueño porque le sirvió para «cambiar el chip» y se centró en trabajar más.

Tanto que ha sido el líder de un Jimbee que comenzó con dudas la temporada y que ha vuelto a demostrar ser uno de los gigantes de la Primera División. El equipo melonero ya se puede considerar como uno de los conjuntos que entran en las apuestas para todas las competiciones.

Pablo Ramírez seguirá siendo el buque insignia de la escuadra de Jiménez Bosque y continuará formando parte de la Selección Española si sigue al nivel que ha demostrado. La temporada del pívot malagueño ha sido de matrícula de honor, de ahí las conmemoraciones que ha recibido. Ha demostrado tener algo diferente al resto que, aunque no le haya permitido ir al Mundial, le ha servido para levantar dos títulos en Cartagena: la Supercopa y la liga. La espina clavada sigue estando en la Champions, pero esta campaña tendrá otra oportunidad para ganarla.

El equipo melonero comienza a armar al equipo para otra ilusionante campaña con todas las competiciones posibles en la agenda. La primera incorporación es el ala Cristian Povea (Sevilla, 2001), procedente del Real Betis tras subir a Primera División y acabar primero en la categoría de plata de manera destacada. El sevillano fue internacional sub-21 y sub-19 y fue campeón de Europa en ambas categorías. Además, conoce la Región por su pasado en el filial de ElPozo antes de poner rumbo al Betis B. En su palmarés también está una Copa del Rey conseguida en 2024 ante el Jimbee.