Cuarenta años después de Perico Delgado

El 9 de septiembre de 1981 arrancó la primera edición de la Vuelta Ciclista a la Región y lo hizo como una prueba 'amateur'. Participaron nueve equipos y el recorrido fue de 795 kilómetros repartidos en cinco etapas. La definitiva, entre Cartagena y Murcia, la ganó J. A. Moreno, del Flower, pero el gran triunfador fue un joven corredor del Reynolds, llamado Pedro [Perico] Delgado, que ganó casi todo. Se enfundó hasta cuatro maillots: el de ganador de la Vuelta, el de metas volantes, el de la regularidad y el de la general combinada.

La ronda, que arranca hoy en Los Alcázares, cumple cuarenta años y congrega a 18 equipos de nueve países. Alejandro Valverde y Luis León Sánchez, ganadores de las tres últimas ediciones, parten como grandes favoritos al triunfo, mañana, en la Gran Vía murciana.

Alfonso Guzmán, padre del actual director de la ronda, fue el culpable. Era un entusiasta e incansable promotor de ciclismo, que llegó a presidir la Federación Murciana. En 1981, Guzmán puso en marcha en pocos meses una idea que parecía una locura. Pero Alfonso era una persona emotiva, de concepciones drásticas y amigo de encarar los problemas por la vía más recta. Su dinamismo, decisión y valentía a la hora de embarcarse en empresas importantes hizo el resto. Ya había probado suerte con la Vuelta Ciclista al Sureste, que no fue precisamente un éxito. Su intención de promover y organizar no se resintió. Su empeño en poner en marcha una ronda por etapas en la Región quedaba al margen de los posibles resultados y cuarenta años después, tras haber pasado por momentos mejores y peores, y con su hijo al timón, muchos de los grandes ciclistas del momento se ven las caras desde hoy en la carretera, en una edición con dos etapas.

La carrera sale de Los Alcázares y la primera etapa llevará a los corredores a Caravaca de la Cruz, localidad en la que se ubicará la meta en la Basílica de la Vera Cruz. Serán 177,6 kilómetros de trazado y los altos de Cabezo de la Plata, de tercera categoría en el kilómetro 24; La Garapacha, de primera en el 82; y Quípar, de tercera en el 139, cotas de dificultad a las que hay que sumar la subida final al castillo.

La jornada de mañana, con un recorrido de 179,6 kilómetros, tendrá su salida en Santomera y la meta en Murcia, ciudad a la que se llegará después de haber coronado cuatro puertos montañosos. Los ciclistas subirán los altos de La Cola del Caballo, de tercera, en el kilómetro 48; Espuña, de primera en el 74; Collado Bermejo, de categoría especial en el 117 y que es la recordada cima Marco Pantani; y Gebas, de tercera y ubicado en el 141, a 38 de la línea de meta.

Volviendo a sus orígenes, para estar en lo más alto de las carreras 'amateur', Alfonso tenía que inventar cosas cada año. La más arriesgada fue una etapa nocturna, algo que ocurrió por primera vez en la categoría de aficionados, que se disputó por las calles de Murcia un mes de septiembre. Fue un auténtico espectáculo.

En 1989 consiguió entrar en el calendario internacional y lo hizo a lo grande, contando con la presencia de los mejores equipos y ciclistas del mundo. Entonces se decía que antes del ganar el Tour de Francia había que estar en la Vuelta a Murcia. Y en la década de los noventa y mitad de la del 2000, pasaron casi todos, antes y después de ganar en París: Laurent Fignon, Indurain, Pantani, Armstrong, Ullrich, Alberto Contador, Cadel Evans, Bradley Wiggins y Chris Froome.

En agosto de 2000 murió Alfonso Guzmán, pero su apellido siguió al frente de la nave. Su hija Carmen se convirtió en la primera mujer y única directora general de una carrera internacional de ciclismo. Con ella al frente, la Vuelta se mantuvo en lo más alto.

Entre las muchas anécdotas vividas en estos 40 años destaca una que protagonizó Armstrong en la edición de 2004. El corredor norteamericano era un asiduo. Le gustaba Murcia, hasta el punto de que un año llegó a San Javier en un 'jet' privado y lo hizo acompañado de una mujer, su novia, que acabó siendo uno de los grandes problemas para los organizadores de la Vuelta. Era Sheryl Crow, una de las grandes cantantes de rock de Estados Unidos. Pasó seis días en la Región en el más absoluto anonimato. «Costó lo suyo, porque alguien que ha cantado con artistas como Stevie Nicks, Keith Richards, Neil Young, James Taylor, Eric Clapton, Sting y Michael Jackson, entre otros, no pasa precisamente desapercibida», recuerda Paco Guzmán, actual director de la ronda ciclista e hijo y hermano de los dos primeros directores generales.

En 2006 llegó el primer susto. El Ayuntamiento de Murcia, poco antes del comienzo de la carrera, retiró su ayuda. ¿Motivo? El dinero sería destinado a pagar parte de los gastos del equipo Nicolás Mateos, recién creado y que recibió una subvención de 100.000 euros. La Vuelta, acostumbrada a desenvolverse con un presupuesto muy ajustado, quedó tocada, aunque salió.

La cosa fue a peor en 2007. De forma inesperada, la organización se vio privada de una nueva ayuda oficial y no podía sufragar los gastos que originaba la retransmisión en directo. Sin televisión no se podían cumplir los compromisos con los patrocinadores. La carrera se suspendió. Pero 24 horas después, la Federación de Ciclismo buscó, y encontró, el respaldo financiero para sacar la Vuelta. La organización, ya encabezada por Paco Guzmán, también recibió una propuesta económica de una empresa constructora.

Aquello provocó un choque entre la Federación y el club organizador. Aquel año ganó Valverde y Rojas estrenó su palmares como ciclista, al conseguir ser el primero en Fortuna, en el final de una etapa que, en su primer tramo, no se disputó por culpa del viento.

En aquellos años de crisis económica, la Vuelta a la Región vivió sus peores momentos. Año tras año se perdían patrocinadores, públicos y privados. El ciclismo, como el país, entró en crisis. Comenzaron a desaparecer carreras y en Murcia se optó por la reducción de etapas. Primero a tres días, ganó Contador; después a dos, victoria de Nairo Quintana, y por último a un día, con Valverde, Gilbert y Luis León como vencedores.

La Vuelta lo estaba pasando muy mal y estuvo a un paso de echar el cierre. El Ayuntamiento de Murcia seguía sin dar noticias, la Comunidad retiró todas la ayudas y hasta Cajamurcia, patrocinador incondicional de su gran premio, lo dejó. ¿Qué hacer? Pues recortar, recortar y recortar y buscar el 'trueque'.

En 2012, los organizadores visitaron cientos de empresas. No se pedía dinero, solo servicios a cambio de publicidad. Como ocurrió con el Balneario de Archena, que facilitó el hospedaje de los equipos. De allí salió la Vuelta aquel año. Ganó Nairo Quintana.

También se creó el grupo de Los Amigos de la Vuelta, una fórmula para recibir ayudas directas de los seguidores, a través de la página web. Se pueden ingresar desde 5 a 500 euros. Gracias a esta iniciativa llegó a la Vuelta un matrimonio inglés, que cada año, desde hace diez, sigue la Vuelta, como invitado, en un coche de la organización.

Parece que empieza a escampar. «Todavía hay dificultades, pero cada edición se afianza más, el pasado año aumentó un día la competición, este se mantiene, y a punto ha estado de volver a ser de tres jornadas», dice Paco Guzmán.

La edición que arranca hoy cuenta con el aliciente de ver en acción a cuatro de los cinco ciclistas profesionales de la Región pues además de Valverde y Luis León, quienes acudirán como líderes del Movistar Team y el Astana kazajo, respectivamente; estarán presentes en esta cita Rubén Fernández y Antonio Jesús Soto, ambos del Fundación Euskadi Orbea. José Joaquín Rojas (Movistar) es baja por gripe.