Tener teléfono móvil no vacuna contra la exclusión digital
Una investigación de la UMU sobre 1.600 personas de asentamientos marginales revela las dificultades de este colectivo también en la utilización cada vez más esencial de los dispositivos electrónicos
«No estará tan mal con el pedazo de teléfono que lleva». Seguro que alguna vez habrá escuchado, o incluso pronunciado, un comentario similar sobre alguien de aspecto menesteroso portando un 'smartphone'. No es justo, y se suma al rosario de discriminaciones a los que se enfrentan muchas víctimas de exclusión social, que también suelen serlo en el ámbito digital. Así lo señala un estudio en el que ha participado el investigador Diego Pascual López Carmona, del Departamento de Sociología de la Universidad de Murcia (UMU).
'La exclusión digital en asentamientos informales en España: un fenómeno dentro de la exclusión social', que es el explicativo título del artículo científico sobre este asunto firmado por López Carmona junto a otros dos especialistas de la Universidad de Santiago de Compostela, se basa en una encuesta a 1.600 personas que viven en asentamientos informales de siete comunidades autónomas, incluida la Región de Murcia.
«Nuestro objetivo principal ha sido encontrar respuestas al problema de la exclusión residencial», apunta López Carmona. Pero, en este caso, con el añadido de un elemento inusual. «Aunque en entornos de exclusión residencial hay aproximaciones al estudio de la exclusión social, en España pocas de ellas introducen la exclusión digital como dimensión dentro de su análisis», explican los autores. La generalización de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) entre todas las capas de población no ha impedido «que se establezcan diferencias estructurales entre quienes tienen acceso y conocimientos en el uso de dispositivos y aplicaciones y aquellos que no los poseen».
Fragmentación social
El resultado es lo que la investigación denomina exclusión digital, «un concepto más versátil que el de brecha digital y mejor adaptado al estudio de los procesos de fragmentación social provocados por la digitalización».
López Carmona: «No nos podemos permitir que miles de personas, la gran mayoría con trabajo, vivan en condiciones inhumanas» en este tipo de enclaves
El trabajo utiliza los datos de la denominada encuesta KËR, de la fundación Cepaim para la inclusión social, en la que se refleja el 'I Mapa estatal sobre discriminación racial y/o étnica en el ámbito de la vivienda y asentamientos informales en España», con financiación de la Unión Europea (UE) y el Gobierno central. Y además cuenta con el apoyo de más de setenta profesionales y voluntarios de diversas entidades, tanto públicas como privadas, especialistas en el ámbito de estudio, como el Samur Social de Madrid y el Servicio de Atención Social al Sinhogarismo en el Espacio Público (Sassep), entre otras.
«Queremos aportar nuestro grano de arena para erradicar el fenómeno de los asentamientos informales en España», afirma el investigador. «Como sociedad, no nos podemos permitir que miles de personas, la gran mayoría con trabajo, tengan que vivir en las condiciones inhumanas de los asentamientos», donde se encuentra en una situación de «extrema vulnerabilidad», incluidas «un gran número de familias con menores».
En sus conclusiones, el artículo en el que se recoge el trabajo, publicado en la revista científica 'Sociedad & Tecnología', acaba «poniendo de manifiesto que, si bien el acceso a dispositivos móviles es elevado, la exclusión digital se manifiesta, de manera significativa en la forma de uso y en las oportunidades que brinda el entorno digital».
La generalización de las nuevas tecnologías no ha impedido diferencias estructurales entre quienes tienen acceso y conocimientos en su uso y quienes no
La situación laboral, la edad y el nivel educativo son más determinantes en la exclusión digital, en estos contextos de asentamientos informales, que la identidad étnica o la renta.
Mientras que el uso del teléfono móvil para la comunicación está perfectamente generalizado en estos ámbitos, de acuerdo con el estudio, «su utilización para fines laborales y administrativos es menos frecuente y está condicionada por factores socioeconómicos».
De esta manera, los autores abogan no solo por facilitar el acceso a la tecnología a la población que sufre de exclusión social, sino que también se promueva «la alfabetización digital y el uso efectivo de las TIC en actividades esenciales como la búsqueda de empleo, la educación y la participación ciudadana».
«Queremos aportar nuestro grano de arena para erradicar el fenómeno de los asentamientos informales en España», afirma el experto
El investigador Diego Pascual López Carmona, que firma junto a los también expertos Francisco Eduardo Haz Gómez y Bran Barral Bruceta, este estudio inusitado sobre el uso de las tecnologías de la información y la comunicación entre las capas de población más vulnerables, subraya la importancia de conseguir fondos para emprender proyectos de este tipo. En este caso, «se financió en el marco de la convocatoria de subvenciones del 0,7%, por eso siempre animamos a la ciudadanía y a las empresas a marcar esta casilla en las declaraciones anuales», detalla.
Encuesta de Cepaim
El investigador adelanta que ya se encuentran preparando desde Cepaim «una nueva oleada de encuestas para poder tener datos más actualizados», ya que la encuesta en la que se ha basado este trabajo es de 2022.
De momento, con el estudio 'La exclusión digital en asentamientos informales en España', tenemos que, aunque el acceso a las TIC es ahora más sencillo para las personas víctimas de exclusión social, la exclusión digital sigue alcanzándoles por las dificultades para lograr hacer un buen uso de esas tecnologías. Una cosa es tener un 'smartphone' y otra es saberlo usar bien. Lo que para la mayoría nos supone un problema de dejadez, para los más marginados implica otro factor más que les impide salir de su dura situación.
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Un fenómeno que está más ligado al uso que a la posición socioeconómica
El objetivo principal de la investigación sobre exclusión digital del especialista de la Universidad de Murcia (UMU) Diego Pascual López Carmona, entre otros autores, es poner a prueba un modelo sobre cuáles son los principales factores que pueden describir el fenómeno sobre las dificultades de uso y acceso a las tecnologías de la información y las comunicaciones entre los habitantes de asentamientos informales en España. La hipótesis fundamental de la que partió el trabajo plantea que la exclusión digital (concepto que los autores consideran «más adecuado que el de brecha digital») no viene determinado por posiciones socioeconómicas que impidan un acceso a dispositivos, si no que está producido por el uso y las competencias digitales que los individuos poseen. De ahí que, incluso en contextos de total exclusión sí existe un acceso a dispositivos generalizado, que, sin embargo, no impide las limitaciones que finalmente tienen lugar a la hora de utilizar bien estos recursos, por las dificultades de alcanzar el necesario nivel de competencias entre los miembros de estos colectivos de personas en exclusión.
Los investigadores advierten de que, al igual que en otros países, en España también resulta «particularmente complicado obtener información precisa, tanto de la magnitud de personas afectadas como de sus características, ya que, se trata de colectivos particularmente invisibilizados en los registros y estadísticas oficiales». De ahí gran parte del valor de este estudio sin casi precedentes en el que también se ha implicado la Universidad de Murcia.