Un novillero mexicano, entre la vida y la muerte tras sufrir una cornada en el cuello en Calasparra
El estado de César Pacheco, que permanece ingresado en la UCI de La Arrixaca, era anoche muy grave pero estable
Francisco Ojados
Miércoles, 4 de septiembre 2024
La segunda novillada de la Feria del Arroz de Calasparra finalizó este miércoles abruptamente tras la lidia del quinto novillo de la tarde. Un astado que corneó de forma espeluznante al novillero mexicano César Pacheco al entrar a matar, viviéndose momento de angustia y con el público temiéndose lo peor cuando el novillero fue izado por las cuadrillas con el cuerpo prácticamente inerte y la cara ensangrentada.
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Había lidiado con valentía al manso de Los Chospes el joven espada de Zacatecas y se tiró sobre el morrillo del burlaco buscando el triunfo soñado, arriesgando de tal forma que el novillo, de nombre 'Entretenido', marcado con el número 54, lo prendía de la pierna y, con el torero ya en suelo, lo buscó con saña hasta ser certero con el pitón que caló de lleno en el cuello del muchacho con orificio de entrada y de salida.
En el habitáculo habilitado como enfermería, el equipo médico dirigido por Ricardo Robles logró estabilizarlo con destreza y prontitud para emprender raudo camino en la UVI móvil hasta el hospital de Caravaca de la Cruz, avisado para una intervención de urgencia. Doce minutos que pueden salvar una vida, lo que se tarda desde la plaza de toros portátil de Calasparra al complejo hospitalario del Noroeste. Posteriormente fue traslaadado a La Arrixaca, donde ingresó en una unidad de cuidados intensivos (UCI). Según señaló el equipo médico a este diario, su estado anoche era muy grave, aunque permanecía estable.
Con los estómagos encogidos, el público no tenía ya ganas de toros ni de fiesta y fue un alivio el anuncio realizado por megafonía de la suspensión de la novillada. Poco importaba ya lo que se había vivido desde una hora y tres cuartos antes en la plaza, cuando el festejo comenzaba con una ovación que obligó a saludar a la tarde tras realizar el paseíllo.
Feria del Arroz
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Plaza de toros de Calasparra (portátil) Segunda novillada con picadores. Menos de media entrada.
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Pablo Páez, de marino y oro Silencio y silencio.
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César Pacheco, de lila y oro Oreja tras aviso y cornada.
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Angelín, de verde y manzana Una oreja.
Atrás quedaba la oreja que había cortado César Pacheco al segundo de la tarde, un novillo que recibió un excelente puyazo de Dani López. Se lució el novillero en el quite por gaoneras. En banderillas hizo hilo el bovino hacia los adentros y en apuros puso a Jesús Rodríguez que, al borde de la cogida, arriesgó en dos pares que el público agradeció obligándoles a saludar. Brindó Pacheco y de hinojos comenzó su faena, conectando desde el inicio con los tendidos. Ya de pie, el novillo repitió con nobleza y César estuvo muy bien en una tanda final cuando dejó la muleta en la cara para ligar y el astado fue detrás de ella con el hocico por el suelo. El metraje de la faena tuvo como consecuencias que sonara el aviso antes de un pinchazo y en la estocada a ese novillo ya salió ileso de milagro, pues se volcó sobre el morrillo siendo prendido y quedando colgado del pitón. En el quinto, no tuvo tanta suerte.
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A la puerta de chiqueros
Debió ser una tarde en la que también se hablara del debut con los del castereño de un novillero murciano, Ángelín. Fue ante el tercero de la tarde, de nombre 'Fulano', marcado con el número 28. Angelín se marchó a la puerta de chiqueros para saludarlo con una larga cambiada. Fue novillo largo, con caja y astifino, que empujó en el caballo tras el animoso saludo de capa del muchacho de Beniel. Brindó a su gente y firmó un electrizante inicio de faena, citando de rodillas en los medios y cambiando dos veces la embestida por la espalda. El viento no dejó fluir el trasteo como Angelín hubiera querido, que dejó la muleta puesta para ligar tandas muy meritorias. La espada, en una estocada al encuentro, cayó demasiada baja, lo que no impidió que paseara un trofeo. Al sexto no pudo torearlo por las razones ya expuestas.
Abrió plaza el novillero de Ronda Pablo Páez. Apenas pudo lucir con el capote, antes de un accidentado tercio de varas. Acusó el astado el segundo puyazo y duró poco en la faena de muleta que Páez brindó al respetable. Molestó mucho el viento al novillero, que comenzó doblándose por bajo con el burel y luego no pudo ligar las series. Una estocada y un descabello despenaron a este primero de Los Chospes. Más deslucido resultó el cuarto, novillo para torero más experimentado. Demasiado tiempo estuvo delante Páez, sin despertar el interés de la grada. Mató de media eficaz. Como director de lidia tuvo que despenar al quinto por la cogida de Pacheco.
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