Second, el alma de una despedida

Porque no se trata exclusivamente de la valía de sus trabajos, incapaces de bajar del notable, sino de la coherencia, respeto, compromiso, dedicación, sensibilidad y entrega con la que han llevado a cabo cada uno de los pasos de una ruta que, como ha hecho hasta ahora, seguirá siendo un espejo en el que mirarse para un buen número de jóvenes que, desde sus habitaciones, salas de ensayo o primeros escenarios, sueñan con vivir contando historias a través del incomparable lenguaje de las canciones.

Una serie de virtudes a las que resulta inevitable y justo sumar la elegancia, otro factor fundamental que brilló con especial fuerza en el comunicado con el que la formación anunciaba el desenlace. Un texto con extractos tan emocionantes como el siguiente: «Desde nuestros rincones exquisitos, miraremos orgullosos si, aunque solo sea por un instante, os hemos hecho sentir algo con nuestras canciones y conciertos o hemos removido algún átomo de vuestro ser. De eso trata la música y el arte. Vamos a poner toda la pasión y fuego en cada una de estas últimas citas. No lo entendemos de otra forma. Va a ser muy emocionante. Así nacimos y así nos iremos».

Una palabra dada que se convertirá esta semana en latido conjunto dentro de un Teatro Circo de Murcia que acogerá tres noches consecutivas de emociones fuertes, memoria compartida, agradecimiento y admiración eterna. Veladas, atención, que contarán con una esencia propia y diferenciada. De esta manera, el jueves 28 será el turno de 'Llevo tu pulso', espectáculo donde la banda estará acompañada por una sección de cuerdas, mientras que el viernes 29 contará con numerosos artistas invitados bajo el nombre de 'Todos se divierten', finalizando el sábado 30 con 'Para todo el universo', concierto que será retransmitido en 'streaming' para llegar a cualquier persona que quiera sentirse parte directa del epílogo.

En resumen, una manera única, genuina y redonda de dejar caer el telón por parte de Sean Frutos, Jorge Guirao, Nando Robles y Fran Guirao, miembros actuales de un grupo irrepetible que, como ellos mismos señalaban en su citada carta de despedida, «no tenían ni idea de todo lo bonito que estaba por venir, de las personas tan maravillosas que iban a cruzarse en su camino y de que, gracias a ellas, iban a ser capaces de lanzar un mensaje para todo el universo».

No lo imaginaron, imposible que hubiera sido de otra manera, pero lo cierto es que, efectivamente, las palabras y estribillos, arreglos y melodías, épica y delicadeza de su propuesta han terminado llegando al corazón y alma de varias generaciones que encuentran en Second su particular lugar feliz, su refugio contra los huracanes del día a día, la esperanza de una posible reinvención, la belleza de la recuperación, el disfrute contra el gélido invierno, la vía soñada para escapar de la temible rutina, la inspiración para dar con la respuesta que exige la urgencia y sus correspondientes plazos, la isla desierta en cuya arena dejarse caer cuando pesa la ciudad y la banda sonora que adorna postales adheridas a los brazos de la maleta. Ya habrá tiempo de agradecer un regalo de semejantes dimensiones, pero, hasta entonces, volvamos una y otra vez al magnífico legado artístico que nos deja Second.

Desde las primeras notas de piano de la sensacional 'My little girl', canción reivindicable donde las haya, el debut de Second transmite una sensación de melancolía que combina con acierto el arañazo eléctrico y la fragilidad de hielo y nudo en la garganta. Estamos todavía lejos de encontrar las cotas de grandeza que alcanzaría la banda, pero temas como 'Watching the moon' ya dejaban claro que Second llegaba para quedarse.

Producido por Robbie France y Tim Oldfield, este segundo trabajo supone una evolución considerable para una banda que se muestra más segura, compacta e inspirada. Y no hay más que escuchar canciones como las que conforman el brutal arranque, 'Accident', 'Behind the pose' o una 'The red bullet' de irresistible aroma Pulp, para comprobarlo. El tiempo lo ha dejado en un lugar algo desenfocado, pero conviene abrazar sin miedo al estupendo 'Pose'.

Y llegó el estallido. Si empiezas un disco con un trallazo del tamaño de 'Invisible', claro, sales con una goleada a tu favor desde el pitido inicial. Por suerte, además de firmar este hit instantáneo, Second no bajaba el nivel a lo largo de un trabajo repleto de diamantes como 'Nada te dirige', 'Tu inocencia intacta', 'On an island' o 'Fortune day'. En definitiva, el primer gran disco de un grupo que, tres años después, superaría toda expectativa con una cima incontestable.

Permítanme que insista: 'Fracciones de un segundo', al menos para un servidor, es el punto más alto de la trayectoria artística de Second. Doce canciones que siguen sonando con la misma frescura, intensidad, emoción, músculo y solidez del primer día y a las que el tiempo ha otorgado, de forma más que justa, el estatus de clásico. De 'Rincón exquisito' a 'Cómo sería', una absoluta delicia de alcance inagotable.

Con la banda llevando a cabo tareas de producción junto al gran Raúl de Lara, otro nombre fundamental dentro del universo artístico de Second, 'Demasiado soñadores' se enfrentaba al enorme reto de mantener el listón que 'Fracciones de un segundo' había ubicado a una altura intimidante. Y lo consiguió. ¿Qué herramientas utilizó para lograr semejante hazaña? Muy sencillo: grandes canciones. Infalible.

Quienes tuvimos la enorme suerte de estar allí, en un Teatro Circo de Murcia donde esta semana se cerrará el círculo, todavía temblamos de pura felicidad al recordar lo que supuso la grabación de este '15' que sirve, por encima de todo, para ejemplificar el apabullante nivel que tiene Second también en directo. Por arte de sudor, energía y precisión, todas y cada una de las canciones interpretadas en este disco superan a su versión de estudio. Obligatorio.

Profundamente marcado por la estética de obras maestras como 'Blade Runner', 'La fuga de Logan' o '1984', 'Montaña rusa' es otro espléndido trabajo con el que Second arriesgó y ganó. Manejando con inteligencia las dosis de experimentación, el grupo entrega algunas de sus composiciones más sobresalientes como 'Caramelos envenenados', '2502' o, sobre todo, una 'Las serpientes' que arrebata desde la primera escucha.

Partiendo de una fabulosa producción del genial Juan Antonio Ross, 'Viaje iniciático' era una especie de nuevo comienzo para Second. Tocaba abrir una etapa más independiente y libre, sí, pero también más compleja e incierta, situación que la banda solventó con su destreza habitual. Y con un conjunto de canciones que unificaban desde la pasión el pálpito del presente con el valioso aprendizaje adquirido durante el trayecto.

Hay trabajos discográficos que no requieren más análisis que el de ser escuchados con atención, otorgándoles el tiempo que merecen y tratando de desentrañar los múltiples detalles que conviven en su interior. 'Anillos y raíces', el penúltimo álbum de estudio de Second, es uno de ellos. Con un Sean especialmente poderoso al frente, la banda construye una obra sin fisuras que conmueve en sus baladas y revienta en sus huracanes.

A estas alturas, y con todo lo dicho/escrito previamente, a nadie se le escapa que la carrera de Second ya llegaba a este punto con un número considerable de motivos para ser recordada. Sin embargo, resulta todavía más hermoso comprobar cómo este último disco de estudio, 'Flores imposibles', presenta la mejor versión de la banda desde 'Fracciones de un segundo'. Una despedida a la altura.

De acuerdo, su publicación todavía no se ha producido, toca esperar hasta el próximo 27 de diciembre, pero no podíamos dejar fuera de este repaso por la trayectoria de Second a 'Para todo el universo', sobre todo por su condición de regalo. Grabado en directo en el Teatro Circo Price de Madrid a comienzos de 2023, este último trabajo resplandece con la luz única de los abrazos que se dan entre risas y lágrimas a la orilla del vagón.