Lori Meyers despide a lo grande la tercera edición del Hermosa Fest

No recuerdo las veces que me han contado este chiste, pero, desde luego, sobrepasa con claridad la decena. Sin embargo, siempre me hace reír. No me canso de ese absurdo giro final, de imaginar la delirante estampa de dos tipos liderando una búsqueda y captura de cocodrilos ataviados con zapatos brillantes. Lo he escuchado infinidad de veces, sí, pero la falta de sorpresa nunca anula la carcajada. Y lo mismo sucede, como en tantas otras cosas de carácter artístico, con el directo de algunas bandas. Vamos con un ejemplo rápido y pertinente. En los últimos cinco meses, hemos recibido tres veces a Lori Meyers sobre distintos escenarios de la Región de Murcia. Fortaleza Sound (Lorca), B-Side Festival (Molina de Segura) y, ya hemos llegado, Hermosa Fest (La Manga). El guion está escrito y no sufre apenas alteraciones, así que uno puede casi anticiparse a cada gesto, chascarrillo, interacción o discurso que se produce en el espectáculo, pero el nivel de pasión, entrega y electricidad que pone siempre la veterana banda granadina hace que, lo que a priori podría ser bostezo y pereza, mute en desenfreno y efusividad.

Con un Antonio López (Noni) ejerciendo de líder serpenteante, travieso y adicto a poner toda la carne en el asador sin excusas ni reservas, Lori Meyers sacó a relucir en el recinto Trips Summer Club ese arsenal de pop/rock que va del sintetizador abrumador a la descarga guitarrera con una actuación en la que no faltó prácticamente ninguna de sus canciones más populares. Y redondas. De 'Seres de luz' a 'Alta fidelidad', pasando por 'Impronta', 'Luciérnagas y mariposas', 'Religión' o esa inesperada visita a su magnífico debut de 2004, 'Viaje de estudios', con 'Ham'a'Cuckoo', el grupo repasó una trayectoria que suple la falta de nuevo material, recordemos que su último disco de estudio, 'Espacios infinitos', fue publicado hace ya tres años, con certeras lanzas de nostalgia. Sí, nos lo sabíamos prácticamente de memoria, pero el sensacional directo de Lori Meyers volvió a pasarnos por encima y dejarnos con ganas de más.

Una impresión semejante a la dejada por unos Sidecars que convencieron con esa propuesta tan suya basada en enchufar los amplificadores y generar el reflejo, tanto el suyo como el nuestro, en los irrompibles espejos del rock and roll. Importa la actitud, la pose voluntaria, pero nada forzada, el desgarro, el nervio y el sudor. Importan los maestros musicales a los que rezar y agradecer cada noche, la asimilación de conocimientos externos para construir un discurso propio, el riff ajustado, el estribillo más grande que la vida y el romanticismo callejero de pitillos ajustados, cigarrillo gastado a medias y ruedas dispuestas a protagonizar la penúltima fuga sin mirar atrás. Pero, por encima de todo, importan las canciones. Y en ese patio de juegos, Sidecars cuenta con un buen número de espléndidas atracciones. Ahí están 'De película', 'Los amantes', 'Contra las cuerdas' y 'Mundo imperfecto' como principales banderas de una banda que se mantiene fiel a sí misma, a su filosofía artística, a su público y a un repertorio que se disfruta de inicio a fin al compás del directo.

PISTA DE BAILE BAJO LA LLUVIA

En otros parajes musicales completamente distintos se encuentra Delaporte, proyecto liderado por Sandra Delaporte y Sergio Salvi que desembarcó en La Manga para presentar 'Aquí y ahora', su último y más inspirado disco. Techno en vena para liberarse y olvidar, saltar y arder, vibrar y latir, marcharse y volver. Músculo de drum and bass, mirada de rave, revolcón con ritmos latinos, múltiples guiños a otros artistas como El columpio asesino o The Rolling Stones, y gusto por el aullido electrónico. El concierto de Delaporte se vivió entre estas sensaciones y sonoridades, además de bajo una lluvia que potenció la épica, convirtiendo cada mínimo espacio del lugar en una pista de baile propia e intransferible, además de empapada, donde despertar desde le agitación permanente. Como reza 'Soy de aquí', uno de los temas más potentes de su repertorio, «muerte al que no me reviente el suelo». Alto número de supervivientes en el Hermosa Fest.

ENCUENTRO Y CONSOLIDACIÓN

En lo que respecta al resto de jornada, los gerundenses Carmen 113 y Querido Diablo, joven grupo murciano que sobrepasa ligeramente al año desde su creación, fueron las bandas encargadas de abrir el recinto con dos conciertos que, si bien evidenciaron la diferencia de experiencia y veteranía entre ambas formaciones, marcaron una senda similar de canciones abiertas, de melodías fáciles de abrazar, estribillos accesibles y capacidad de despertar el interés por lo creado y lo que está por venir. Dos últimos apuntes positivos con los que terminar de dibujar lo que ha sido este tercer encuentro con una cita que, edición tras edición, ha ido creciendo hasta convertirse en otra de las fechas marcadas en el calendario cultural de la Región.

Ya se consiguieron buenos resultados en las entregas previas, pero, observando el aumento de público, las facilidades organizativas, la comodidad del espacio, la calidad del cartel y aspectos tan relevantes como, por ejemplo, el nivel de las sesiones con las que La Nenu Dj convirtió en fiesta cada pausa entre concierto y concierto, podemos afirmar que el Hermosa Fest ha terminado de encontrar su espíritu y consolidar su principal meta: transformar octubre en un gozoso epílogo musical para el verano.