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Lordi adelanta Halloween en Murcia con un trepidante tren de la bruja musical
La banda de monstruos finlandeses ofrece en la sala Mamba de la capital un divertido concierto cargado de efectos especiales y homenajes al cine de terror
En general la vida del hombre soltero sin hijos no está nada mal. No tienes que preocuparte por sus notas, no tienes que ayudarlos a vender papeletas para el viaje de estudios y si te dejas unas miniaturas de Warhammer a medio pintar en el salón te puedes ir con la tranquilidad de que al regresar nadie se habrá sentado encima de ellas. Sin embargo, en ocasiones se echa en falta una alegre progenie con la que compartir algunas cosas. Una de ellas fue, sin duda alguna, el concierto que Lordi ofreció este jueves en la sala Mamba de Murcia, un divertidísimo despliegue de hard rock acompañado de trucos de barraca de feria que habría hecho las delicias de cualquier chaval cuya imaginación todavía no haya sido atrofiada por la exposición continua a TikTok.
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Lamentablemente, parece que no todo el mundo comparte mis ideas sobre la crianza a base de solos de guitarra y calaveras humeantes. No me pareció ver en la sala a ningún padre con hijos, a pesar de que el horario de la cita invitaba a convertirla en plan familiar, algo que recomiendo encarecidamente. Con apertura de puertas a las 18 horas, apenas una hora después Blood White ya se encontraba sobre el escenario. Esa premura es habitual en el resto de Europa, pero todavía resulta extraña en España, donde no poca gente estaría todavía saliendo del trabajo. Es una pena que la mayor parte del público acudiera directamente para ver a Lordi porque la banda invitada resultó una elección afortunada, tanto a nivel de imagen como en el plano musical.
Ataviados como una especie de médicos psicópatas, con batas blancas, maquillaje y máscaras, los alemanes ofrecieron una breve pero efectiva descarga de metal moderno con elementos de metalcore y una pizca del metal industrial de sus paisanos Rammstein. Una fórmula a la que quizá le faltó algo de chispa al principio, pero que dejó buen sabor de boca en la recta final, con canciones que incorporaban interesantes efectos de guitarra y algunos apoyos electrónicos. Un nombre a tener en cuenta, sobre todo si su evolución musical se sigue aventurando hacia sonidos más experimentales y arriesgados.
Siguiendo con el estricto horario europeo, el plato principal de la noche no se hizo de rogar y a las 20.15 horas ya estaba sonando 'God of Thunder', de KISS, a modo de introducción. Todavía está reciente la visita de Lordi a la segunda edición del Rock Imperium de Cartagena, pero en esta ocasión la banda pudo presentarse con toda su artillería, sin las restricciones logísticas propias de los festivales. Así, los monstruos finlandeses salieron atravesando una puerta colocada en el centro de un vistoso decorado inspirado en los diseños del artista H.R. Giger para la película 'Alien, el octavo pasajero', de la cual Mr. Lordi, el cantante y líder de la formación, se confesó ferviente admirador en una entrevista con LA VERDAD. Como si de un espectáculo de variedades se tratara, ese punto de acceso fue el centro neurálgico de un no parar de apariciones inesperadas y despliegue de trucajes macabros propios de un tren de la bruja. Y es que buena parte de las canciones interpretadas se acompañaron de algún tipo de puesta en escena o gag visual relacionado con su letra. Como si no fuera suficiente con la impactante imagen de sus integrantes, embutidos en los aparatosos trajes y máscaras que también diseña y confecciona el mismo Mr. Lordi.
El repertorio arrancó con 'Legends Are Made of Clichés', uno de los temas destacados de su último disco, 'Limited Deadition', que acaparó casi un tercio de la noche. Se trata de una producción bastante notable dentro de una discografía que peca de irregularidad, así que no fue una mala decisión en absoluto, como demostraron después las estupendas 'Syntax Terror' y 'Retropolis'. Siguió 'Girls Go Chopping', durante la cual el cantante se dedicó a salpicar al público con un hacha que llevaba equipada en la hoja una especie de esponja mojada de agua -todo un detalle que no usara sangre artificial o cualquier otro producto difícil de limpiar-.
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Mr. Lordi siguió provocando al personal con una manguera de humo durante 'Who's Your Daddy?' y en la interpretación de 'Fangoria' echó mano de una sierra mecánica que no cortó cabezas pero sí dejó una considerable peste a gasolina, en un guiño a 'La matanza de Texas' que incluyó también la máscara y delantal de su icónico villano. Efectivamente, el cantante se puso un segundo disfraz encima del que ya llevaba.
Otras performances muy celebradas fueron una parodia de la famosa escena del nacimiento de la criatura de 'Alien' atravesando el pecho de su huésped, una maleta que resultó transportar los trozos de una víctima, el numerito de unos payasos locos y un fantasma proyectado hacia el público mediante un sistema de brazo extensible, emulando una escena del videoclip de 'Hellizabeth'.
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Los abundantes momentos de teatralidad obligaron al cantante a ausentarse en varias ocasiones de escena, ya fuera para tomar resuello o para preparar la siguiente sorpresa. El resto de integrantes de Lordi aprovecharon estas idas y venidas para reclamar el protagonismo con algunos pasajes instrumentales muy bien resueltos. Destacó el solo de batería de Mana, al son del tema principal de la serie 'El coche fantástico' y con unas ruedas luminosas giratorias equipados en los bombos. También tuvo un par de momentos de lucimiento Nalle, colaborador habitual de la banda, que tuvo que suplir a Hella por una indisposición de última hora. Una baja que privó al público murciano de sus coros femeninos.
Si el tiempo pasa más rápido cuando lo pasas bien, el final del espectáculo llegó en un suspiro. El himno 'Hard Rock Hallelujah', con el que los finlandeses ganaron el festival de Eurovisión en 2006, fue la obligada elección para despedir por la puerta grande el concierto. Una canción que es para Lordi lo que 'Rock and Roll All Nite' fue para sus admirados KISS. No es esa la única analogía que se puede hacer entre ambas bandas. Y es que, aunque Lordi está a otra escala y apuesta más por el espectáculo granguiñolesco y los entrañables efectos especiales de película de terror de serie B, los cinco monstruitos han sabido heredar tanto su sentido del entretenimiento y como su olfato para componer canciones de hard rock sencillotas pero que entran como un tiro, sobre todo en directo.
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Concierto, espectáculo de circo o un poco de las dos cosas, es complicado no acercarse a Lordi por primera vez con algunos prejuicios. Pero, después de experimentar su propuesta de puro escapismo y diversión sin complejos, lo verdaderamente difícil es abandonar la sala sin la sensación de habérselo pasado como un crío. Y me atrevo a añadir que los padres rockeros que se decidan a llevar a sus chavales saldrán con una sonrisa aún mayor.
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