Rosalía: «Lo que la gente considere sobre mi trabajo prefiero no pensarlo demasiado»

-¿Está de acuerdo?

-Lo que la gente considere sobre mi trabajo no lo puedo controlar y prefiero no pensarlo demasiado. Eso podría condicionarme a la hora de seguir haciendo música con soltura. Me siento músico, ese es mi oficio, igual que cualquier otro.

-¿Qué le mueve?

-La música es el medio de expresión que he elegido. Desde muy pequeña, cantar era para mí una necesidad. Descubrí el flamenco cuando tenía trece años, escuchando a Camarón de la Isla. El flamenco se caracteriza por su carga emocional y además es una de las músicas con mayor abanico expresivo: en el flamenco convive la tragedia, el amor y el desamor, la juerga, la espiritualidad...

-«Mi voz suena a toda la música que he escuchado». Es una frase suya. ¿A qué o a quiénes?

-Hacer una lista representativa de todas mis referencias musicales sería imposible, esa lista no tendría final... Mis influencias van desde Bob Dylan hasta Mozart o Kendrick Lamar. Siempre digo que no hay una música mejor que otra y que la música puede tener muchas funciones.

-¿Cree que hay fronteras en el arte?, ¿usted las tiene?

-No sé si hay fronteras o no, incluso encuentro dificultad en delimitar qué se considera arte y qué no. Yo trato de hacer música con la mayor libertad posible, más allá de lo establecido como correcto y más allá de los géneros.

-¿Qué ha volcado en 'Los Ángeles', su disco?

-Mi imaginario, mi forma de entender un proyecto que gira en torno a la muerte. Este disco ha sido concebido desde un profundo amor por el flamenco, pero también desde la necesidad de reinterpretar este género de forma personal. Hemos tratado de investigar y construir canciones buscando letras, melodías, texturas de sonido y estructuras que condujeran a la emoción.

-¿Qué le engancha a un escenario?

-Es un espacio de diálogo contigo mismo, con los demás músicos, con el público... A veces, sobre él, siento fragilidad, otras poderío, según lo que esté cantando. Para mí, lo importante es intentar conectar con las letras de los cantes o canciones y contar historias.

-Dice que es el único lugar en el que puede permitirse todo, ¿qué no se permite fuera?

-A lo que me refiero es que en tu día a día no puedes desatar tu temperamento como te plazca, hay muchos factores a tener en cuenta para no hacer daño a la gente que tienes a tu alrededor. En cambio, en el escenario se establece una especie de pacto con el público, se entiende que el intérprete encarna algo para conseguir que la audiencia vibre.

-¿Cómo mira al mañana?

-Con muchísima ilusión. Quiero seguir desarrollándome como intérprete, compositora, arreglista y productora. Siempre pienso a largo plazo y veo mi futuro como una carrera de fondo. Quiero seguir grabando discos cuando tenga 60 años, como Johnny Cash. Descubrir nuevas maneras de hacer música a medida que el sonido de mi voz y mi forma de pensar vayan cambiando con el paso del tiempo.

-¿Con qué más sueña?

-Con aprender a hacer cada vez mejor mi trabajo y mantener las ganas de hacer música por muchos años. Me hace feliz ganarme la vida con aquello que más me gusta y me siento una privilegiada por ello. También es muy importante para mí pasar tiempo con los míos.

-¿La de hoy es su primera visita a Murcia?, ¿qué espera encontrar?

-Sí, es mi primera visita. La verdad es que no espero nada en particular... Llegar a un sitio y sorprenderme es mucho más divertido.