Cobra Spell: «Ser mujer dentro del rock todavía está mal visto»
La banda de la neerlandesa Sonia Anubis, ahora afincada en España, presentará su primer disco en el festival Rock Imperium de Cartagena
La inagotable pasión por los 80 está provocando un resurgimiento de algunos géneros propios de esa década que parecían difuntos, como el 'glam rock', una ... corriente cuya popularidad cayó en picado con la decadencia de sus puntas de lanza, como W.A.S.P. o Mötley Crüe. A pesar de su juventud, una de las formaciones de referencia dentro de ese 'revival' es Cobra Spell, un quinteto femenino formado por la guitarrista Sonia Anubis (Haarlem, 1998) con la idea de recuperar los sonidos y la estética excesiva de ese tipo de bandas, pero dándole la vuelta a las letras rancias y machistas que solían llevar asociadas para ofrecer, en su lugar, mensajes positivos y empoderantes.
Después de varios años perfilando su propuesta, Cobra Spell ha irrumpido con fuerza en el panorama internacional con su primer disco, '666', lanzado el pasado noviembre con una buena respuesta de público y crítica. Su presentación en directo, en la que será su primera visita a la Región, será este sábado en el festival Rock Imperium de Cartagena, que arranca este miércoles con Judas Priest. Antes de la cita, LA VERDAD pudo charlar con la guitarrista Sonia Anubis y la cantante Kristina Vega.
-La historia de Cobra Spell es un poco peculiar. La banda nació en Holanda, pero actualmente está basada en España, después de atravesar varios cambios de formación.
-Sonia Anubis: Fue en el verano de 2019, con la idea de empezar un proyecto paralelo de estilo ochentero, rock y glam. En esa época las bandas eran muy locas. No solo en cuanto a vestimenta, sino también cómo tocaban. Había unos guitarristas increíbles, unos músicos súper talentosos. Quería ver de nuevo ese tipo de grupos que ya no se ven tanto. Al ser un proyecto paralelo no tenía una formación estable, era más por diversión, pero viendo cómo fue evolucionando con el tiempo y el interés de las discográficas empecé a ver que Cobra Spell era algo mucho más grande, y la formación se ha ido estabilizando en un lugar más práctico, para no estar repartidas por el mundo. Yo me he mudado a España, y aquí también está Kristina, que vive en Barcelona. Alejandra vive en el sur de España, Roxy en Vitoria… La única que ahora vive fuera es Noelle, en Berlín.
-Sonia, en ese momento estaba en Crypta, un grupo que tiene bastante peso internacional, ¿en qué momento decide apostarlo todo por Cobra Spell?
-S: Crypta es una banda con mucho potencial, en la que se veían oportunidades de estar fuera de casa hasta un año entero. Cobra Spell, que empecé como una ilusión, empezó a rodar y yo no me puedo partir en dos. Si te vienen dos conciertos en el mismo día es un problema. Me pregunté a mí misma qué es lo que me hace más feliz y tuve que escoger. Fue difícil porque venían oportunidades muy grandes con Crypta, pero no era posible combinar las dos.
-'666' es su primer disco de larga duración y en él van de la mano las temáticas del satanismo y el empoderamiento femenino. ¿Combinar estos dos conceptos ha sido una especie de hilo conductor temático?
-Kristina Vega: La esencia femenina que se apoderó de Cobra Spell llegó de forma un poco accidental. Los integrantes masculinos se fueron marchando y llegó el momento de hacer algo más femenino, con una imagen más cuidada. Algo más empoderante y direccionado. Sonia lo comenta muchas veces: «Qué guay poder ser un ejemplo para muchas niñas que están empezando a tocar sus instrumentos». Yo, que soy un poco más mayor, no tuve referentes femeninos durante mi proceso de aprendizaje. Me habría gustado tener grandes figuras como Ronnie James Dio, que para mí es lo más grande, es mi padre. No las ha habido porque, a un nivel muy arcaico, se ha demonizado la figura de la mujer. Si alguna hacía algo importante era una bruja o había hecho un pacto con el diablo. Si conseguía cosas era mala. Estos dos ingredientes son una manera de decir «somos mujeres, estamos aquí haciendo lo que nos gusta y para expresarnos con libertad, sin miedo».
-S: Siempre he buscado ese rol modelo dentro del 'shock rock', como Blackie Lawless, de W.A.S.P., o los músicos de KISS, que diría que desprenden una energía sexual muy fuerte. Si eres hombre es más fácil que te tomen en serio dentro de ese estilo. Yo quiero difundir mi pasión por la música como hicieron ellos, pero como mujer todavía está mal visto, así que se trata de ser un poco rebeldes e intentar algo completamente extremo para enseñar que se puede hacer. Es un poco punk, pero en el estilo 'glam'.
-¿No sienten que el panorama está cambiando en la actualidad?
-S: Sí, claro que está mejorando. Ha mejorado muchísimo. Lo veo en las bandas que están emergiendo, hay cada vez más mujeres y más grupos completamente de mujeres. Pero todavía se necesita trabajar más, y ciertamente cambiar la actitud de mucha gente que sigue teniendo una mentalidad anticuada, diciendo cosas sexistas y equivocadas. Por eso es necesario que cada vez haya más roles modelo femeninos.
-K: Es muy complicado dar el paso adelante. Yo soy instructora vocal y el 90% de mis alumnos son chicas. Casi todas tienen mucho miedo escénico. Tienen miedo a exponerse o a hacer una prueba con una banda porque son todos hombres e incluso tienen problemas para entablar relaciones con otras mujeres. Te metes en una página web y en los anuncios siempre buscan cantante masculino, guitarrista masculino, bajista masculino, batería masculino… Pero, ¿las chicas dónde están? Hay que buscarlas. Por eso hay organizaciones como Rock Ladies. Y además están saliendo muchas bandas de todo el planeta que cada vez tienen más integrantes femeninas, como Jinjer, Spiritbox, Ad Infinitum… Eso es un avance muy grande, pero hay que trabajar un poquito más para que las mujeres se tiren a la piscina.
-S: En cuanto al trato, la industria musical favorece al hombre. El trato es muy diferente. Se nota sobre todo en gente de más edad, te ven como menos profesional.
-K: Nos hacen comentarios como «jolín, para ser una tía tocas muy bien». «¡Guau, sí! Y tú para ser un cuñado eres también muy majo...» (risas).
-En sus canciones tratan el sexo con mucha naturalidad, ¿les ha ocasionado críticas por tratarse de un grupo femenino?
-K: Al ser una banda completamente femenina estamos más expuestas a las críticas, pero en realidad hablamos de cosas que nos pasan a todos. Si tú vas a una discoteca y te fijas en una persona, a lo mejor la acabas conociendo y teniendo una interacción de cualquier tipo. ¿Por qué no contar esa historia con un lenguaje más sencillo y más directo? Eso lo hace W.A.S.P. o lo hace Mötley Crüe y no pasa nada pero lo hace un grupo de chicas y puede haber críticas.
-S: Si un chico tiene un rollo de una noche con una chica todo el grupo de chicos le aplaude y le dice «felicidades», pero si es al contrario le dicen que es una zorra o una chica fácil. Esto es lo equivocado. ¿Por qué si lo hace un hombre es glorificado pero si es una mujer se ve de forma negativa? Eso es un fallo de la sociedad que hay que cambiar y se traduce en muchas otras situaciones. Quizá la gente todavía no está preparada para este mensaje. Recibimos muchos comentarios positivos, pero también negativos.
-K: Este disco ha salido así, pero en el siguiente quizá hablemos de batidos de frutas, aunque espero que no, Sonia, por favor (risas). También hay muchas más temáticas en el álbum, como experiencias pasadas en la adolescencia, de cuando tu novio te engaña, de enamorarte hasta las trancas, de apoyar a todo el colectivo LGTBI… Y también puedes escuchar una canción e interpretarla a tu manera. Por ejemplo, para mí 'S.E.X.' no estoy hablando solo de sexo, estoy hablando del exceso de todo.
-Su primer disco sale amparado por Napalm Records, que es uno de los sellos más importantes de la escena, ¿fue llegar y besar el santo?
-S: El interés de Napalm Records ya estaba ahí cuando sacamos el segundo EP, 'Anthems of the Night', que es cuando empecé a tomármelo mucho más en serio. Fue cuando empecé a cambiar la banda bastante. Tenía ya contacto porque había trabajado con ellos en Crypta, pero no sentía que Cobra Spell estuviera todavía preparada. Todavía tenía que evolucionar un poco para firmar un disco, que es algo muy serio que va a distribuirse mundialmente. Tenía que estar segura de que la formación estuviera estable y lista para salir de gira y dar un montón de conciertos.
-A nivel musical, el disco es una carta de amor a los 80 pero desde un punto de vista moderno. ¿Cómo fue mantener un equilibrio entre la nostalgia y la frescura?
-S: La cosa es que yo me paso horas y horas escuchando música ochentera porque me mola. No solo el rock, también la música pop, los sintetizadores, todo lo 'über-melódico' de los 80, la música italo-disco… Me encanta. Todas esas armonías y bajos de la música ochentera son súper interesantes. Todo lo que escucho se me queda en la cabeza, lo internalizo, así que cuando compongo me sale música ochentera, porque solo escucho eso, pero producido de una manera moderna y creo que eso es lo que hace que Cobra Spell suene como es.
-K: No es algo que esté estudiado o supermedido. La mente de Sonia actúa como si fuese una IA. Nuestro directo también es muy fuerte y muy ochentero en cuanto al 'show', el movimiento, la interacción entre nosotras… Eso es algo que nos sale de forma automática. Nos nace.
-S: Que suene ochentero va a ser algo automático porque las influencias están ahí, pero eso es algo que debe adaptarse también a las personas que hay en la banda. Es así como se crea algo más auténtico. Ninguna de nosotras está todo el rato viviendo un estilo de vida como Mötley Crüe, con nuestras identidades formamos algo diferente, moderno, y eso nos hace destacar.
-En general, se tiende a idealizar los 80 como una década mágica. No solo en cuanto a música, sino también en otros ámbitos como el cine, las series o los videojuegos, ¿qué tiene esa década que echamos de menos en 2024?
-K: Yo creo que los 80 fueron la revolución de las revoluciones. Todo era nuevo y todo estaba por descubrir. Fue el inicio de los videojuegos, la música era superexplosiva, la televisión era muy energética… Creo que la sociedad empezó a darse cuenta de la libertad que empezábamos a tener y todo era muy nuevo. En 2024 todo es antiguo pero renovado. Cada década tiene algo especial, pero creo que los 80 fueron empezar a derribar las barreras. Creo que lo echamos de menos porque eso ya no pasa. Ahora con el acceso a internet, a toda la información que tenemos, todo es muy automático. No tenemos esa sensación de que todo es nuevo.
-S: En los 80 además era todo muy loco, se pasaba de rosca. Por ejemplo, un coche como el Lamborghini Countach no es práctico, pero es increíble, un coche precioso. Así eran también los músicos. Todo tenía que ser ultra melódico e increíble.
-Actualmente la música de guitarras no tiene una gran exposición mediática entre el gran público y da la sensación de que se está perdiendo esa imagen del gran guitarrista como una especie de superhéroe formidable que era idolatrado en esa época.
-S: Es un interesante comentario. Yo no creo que haya muerto, hay una gran cantidad de guitarristas jóvenes, como Nita Strauss, que están en su momento de mayor potencial, y hay músicos increíbles como los de Polyphia, pero de un estilo diferente. Pero en la música pop ya no se ve mucho. Es todo sintetizador. Los días de gloria de la guitarra pasaron y ya no está en las listas de ventas ni en la música popular. Yo lo acepto. No tengo la necesidad de llegar a ser el top del top. Mi sueño es crear música que me mole y que me inspire, y poder inspirar a otras personas con ella. Mi felicidad no está en hacer algo muy popular, sino en crear algo de lo que me sienta orgullosa y que pueda crear un cambio positivo en la sociedad. No tiene que ser algo popular para ser de calidad.
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