Miguel Ángel Martínez Antolinos. CEDIDA

Imprescindible para Brahms

Música inesperada ·

Miércoles, 22 de marzo 2023, 16:47

Murcia tiene uno de los mejores auditorios de España, tanto desde el punto de vista arquitectónico como acústico. Es el lugar idóneo para el atrevimiento ... cultural con la programación de proyectos de envergadura. Esta semana se ha proyectado una interesante e intensa doble sesión constituida por las cuatro sinfonías de Johannes Brahms, el célebre compositor alemán del periodo romántico que reactivó con brillantez este género musical tras la contundente herencia que dejó Beethoven.

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El solista de trompa de la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia para los dos programas es Miguel Ángel Martínez Antolinos, un músico que de niño estaba tan loco por tocar el tambor, que sus padres lo apuntaron en la Agrupación Musical Montesinos. La institución, por motivos de organización, le ofreció tocar la trompa o la trompeta: «Esa noche llegué a casa enfadado y nada convencido porque desconocía esos dos instrumentos. Al día siguiente asistí a las clases para probar y cuando escuché el sonido de la trompa ya no me acordé del tambor».

Desde ese momento nuestro invitado ha recorrido un brillante trayecto hasta lograr ser trompista profesional. Miguel Ángel considera que la ilusión por mejorar cada día y los profesores que lo han formado son los ingredientes clave en haber logrado su sueño: «He sido muy afortunado con todos los profesores, a los cuales les agradezco su labor y paciencia conmigo. Con José Vicente Pérez estudié durante mis primeros diez años y con Bernardo Cifres los últimos doce. Son más que unos profesores para mí y sigo aprendiendo mucho de ellos».

En escena, uno de los papeles más comprometidos es el del solista de trompa ya que además de tener un cometido relevante en la mayor parte del repertorio sinfónico, los compositores aprovechan su versatilidad camaleónica y gama de colores para emplearlos como nexo de unión con la cuerda, viento madera y viento metal, nos explica Miguel Ángel. En este sentido, afirma que «la mayor dificultad para nosotros radica en pasar desapercibidos dentro de la orquesta. A partir del Romanticismo, como se puede comprobar en las sinfonías de Brahms, la partitura contiene solos de trompa acompañados de otro instrumento. En ellos, el objetivo es la adaptación a través del timbre y la afinación, además de acompañar a la melodía sin estar por encima de ella. En esto consiste el desafío».

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Brahms era un maestro en general, pero si hay que destacar a un compositor para la trompa, sería él, afirma Martínez Antolinos. El legado que nos dejó en las cuatro sinfonías esta plagado de melodías heroicas, evocadoras y nostálgicas: «Utiliza la sección de este instrumento a la perfección, ya sea como acompañamiento o en los pasajes de solista. Brahms divide las cuatro trompas en parejas de dos a las que asigna un importante papel.»

A la hora de escoger un momento especial que cause impacto en el oyente, Miguel Ángel lo tiene muy difícil, porque para él, interpretar a Brahms es muy emocionante por mucho que lo haya hecho antes. A pesar de ello, recomienda que prestemos atención a los momentos mágicos de la trompa en el movimiento final de la Primera Sinfonía, el primero de la Segunda Sinfonía o el tercero de la Tercera Sinfonía: «Uno de los instantes más impactantes es el cuarto movimiento de la Primera Sinfonía, cuyo tema principal es muy reconocible y que viene antecedido por una intervención de dos de las trompas que recrean el sonido de la trompa alpina, un instrumento totalmente recto que tiene un timbre muy redondo».

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En las dos veladas en las que escucharemos las cuatro sinfonías de Brahms (jueves 23 de marzo las impares y sábado 25 de marzo las pares), estén muy atentos, ya que un excelente músico camaleónico estará infiltrado en escena dentro de la paleta sonora de nuestra orquesta sinfónica.

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