Modigliani viaja a Murcia con los artistas más ocultos de la Escuela de París

El día que Amadeo Modigliani murió, los barrios parisinos de las artes, Montmartre y Montparnasse, se pusieron de luto. Su amigo Manuel Ortiz de Zárate pagó su entierro y encargó a Celso Lagar que inmortalizara el momento en un cuadro que estos días puede verse en Murcia, junto con dos dibujos del maestro italiano y otras 70 obras que recorren la trayectoria de la denominada Escuela de París.

Se trata de la exposición 'París Vivant. De Montmartre a Momparnasse', que reúne obras procedentes en su mayoría de colecciones privadas que pueden verse juntas por primera vez dando una panorámica de lo que fue la vida parisina y su inmensa ebullición artística entre 1860 y 1960.

Cada una de las 67 obras que se seleccionaron para la ocasión, explica el comisario de la muestra, Juan Pérez Ferra, tiene detrás una historia que plasma la vida de París y las relaciones entre los centenares de artistas de la época, muchos de los cuales quedaron eclipsados por grandes maestros como Picasso, Braque, Matisse o el propio Modigliani. De él se exponen en esta muestra, que se podrá visitar hasta el 10 de noviembre en el Palacio Almudí de Murcia, dos dibujos cedidos por el Ayuntamiento de Villa del Río (Córdoba) que retratan, en grafito sobre papel, a Abdul y Beatriz Hastings.

El resto de la colección se articula en torno a «grandes pintores y, sin embargo, menos conocidos por el gran público a pesar de su extraordinaria relevancia para el mundo del arte», subraya Martín Páez , encargado del montaje y recopilación de las obras. Así, el recorrido comienza con obras de Gustave Madelaine y de Leon Suzanne, grandes amigos de Modigliani, al igual que el citado Ortiz de Zárate, de quien se expone un delicado bodegón de frutas.

Otro de los íntimos de Modigliani que se da cita en esta muestra es Isaac Dobrinsky, que logró librase de un campo de concentración comprando su libertad con dos obras del maestro. También se pueden ver obras de Alphonse Quizet, gran amigo del maestro Utrillo, a quien guardaba sus obras; Marcel Cosson o Henri Ottmann, el gran retratista de la sociedad parisina.

Se suman también a la lista Ginés Parra, íntimo de Picasso, a quien el artista malagueño envió importantes sumas de dinero cuando se puso enfermo; o Juan de Echevarría y Joaquim Sunyer, quienes fueron los anfitriones del autor del Guernika a su llegada a París, acogiéndolo en sus casas. La muestra rinde homenaje también a los pintores murcianos a través de la figura de Pedro Flores, de quien se exponen cinco obras, y otros españoles que también pasaron por París en aquellos años, como Mariano Andreu, Pere Creixams, Ismael de la Serna, Francisco Bores o Emilio Grau Sala.

Agustin Grass-Mick, Pierre Farge, Pierre Dumont, Edmon Heuzé, Georges Filiberti, Nathan Grunsweigh, Leonardo Benatov, Hubert Malfait, Leon Schwartz Abrys o Charles Lvapil son algunos de los 40 artistas cuyos trabajos se pueden también apreciar en este recorrido por el París más cosmopolita y de mayor eclosión artística de la historia.

Tres esculturas completan el paseo por el arte de finales del XIX y principios del XX: 'Le celliste', de Emmanuel Mané-Katz; 'Tete de femme', de Margaret Cossaceanu-Lavrillier, y 'La couple', de Albert Bouquillon, gracias a la colaboración de la Fundación Antonio Campillo, que ha participado en la iniciativa para rendir así homenaje al escultor que le da nombre en el décimo aniversario de su fallecimiento y que conoció a muchos de los artistas que integran la muestra, y al que fue su último presidente, Clemente García, fallecido también la pasada primavera.

El alcalde de Murcia, José Ballesta, definió esta exposición como «brillante» y «única», puesto que ofrece una composición completa del panorama artístico de la época a través de artistas que habitualmente no se pueden ver reunidos en España.