Miguel Fernández: «Mari Trini es una víctima de esa confusión que la sociedad española tiene con la Transición»
«Hace 50 julios que soñé y pensé que un día iba a escribir este libro. Por fin, ese día ya ha llegado»
De niña prodigio a icono feminista y LGTBI, esta biografía de Mari Trini es un canto a la libertad, afirma Miguel Fernández (Granada, 1962), autor ... de 'Yo no soy esa que tú te imaginas. Mari Trini, una memoria sentimental' (Plaza & Janés, 2024). Este libro de 336 páginas con muchas fotografías del álbum familiar y mil curiosidades sobre la célebre cantautora e intérprete murciana sale a la venta el próximo 3 de octubre, pero un día antes será presentado en primicia en Murcia en el Aula de Cultura de LA VERDAD. Será el miércoles 2 de octubre, a las 19.30 horas, en el auditorio de la Fundación Cajamurcia de Gran Vía, 23, en el centro de Murcia, con entrada libre, y en compañía de Gonzalo Pérez-Miravete Mille, hermano de Mari Trini y gran promotor de su memoria y legado. Sorprende que en Murcia no se le haya dedicado ni un auditorio ni un centro cultural a una artista que durante varias décadas figuró entre las personas más populares de España, nacida en Murcia y fallecida también en su ciudad natal en 2009. Mari Trini fue nombrada Hija Predilecta de Murcia diez años después de morir. Todos los reconocimientos llegaron tarde para ella. Murió con 62 años de cáncer. Miguel Fernández, una de las voces más reconocidas de Canal Sur Radio, es autor de la novela 'Yestergay' (Premio Odisea 2003) y de biografías de otros personajes rescatados del olvido en los 60 y 70, como Waldo de los Ríos ('Desafiando al olvido', Roca Editorial 2020) y Amparo Muñoz ('La vida rota', Roca Editorial, 2021). En paralelo a esta biografía sobre Mari Trini, que nos acerca «a una de las artistas más populares y quizá más enigmáticas de la música española; una cantautora inigualable que abrió caminos, en todos los sentidos, a las generaciones que la siguieron», el emocionante cancionero de Mari Trini también se recoge en 'Yo no soy esa que tú te imaginas' (Warner Music Spain, 2024), un doble álbum que ahonda en su obra, mostrando los aspectos más importantes de su trayectoria musical. Este formato 'digipack' incluye un libreto de 20 páginas con fotos y textos inéditos, escritos por Miguel Fernández, que hacen un cuidadoso recorrido por cada una de las canciones recogidas en los discos. La edición especial limitada 2 CD estará a la venta el 4 de octubre, y también habrá una edición en vinilo el 11 de noviembre. Ambos formatos ya están disponibles para reserva. ¿Cómo vamos a olvidar a la autora de 'Mañana', 'Ayúdala', 'Una estrella en mi jardín' o 'Amores'?
–¿Deseando que llegue el 2 de octubre para el lanzamiento desde Murcia de un libro tan esperado?
–Sí, claro que sí. Y te diré por qué. Llevo 50 años escribiendo este libro. Hace 50 julios [1974] que soñé y pensé que un día iba a escribir este libro. Entonces, ese día ya ha llegado.
«El machismo no acabó cuando murió Franco o cuando Felipe González ganó las elecciones del 82. La sociedad española tiene una deuda con Mari Trini simbolizando la deuda que tiene con las mujeres»
–¿Cómo aparecía la cantante Mari Trini en ese sueño?
–Yo tenía 12 años, vivía en Granada, que era como vivir en Murcia, es decir, en la periferia. Leía a Virgilio, a Torcuato Luca de Tena, había visto 'Love Story'... yo tenía un cierto ideario sentimental. Y luego un compañero del colegio me dice, ven que mi abuela vive enfrente de donde cantan los artistas en el Corpus, y yo voy y me siento allí a escuchar. Y sale una mujer que sintetiza en lo que canta, y yo no la conocía, aunque sí la conocía, y luego te diré por qué. Ella, Mari Trini, sintetiza todo el ideario emocional de lo que yo pienso que pueden ser las relaciones emocionales. Esa mujer a mí me abrió un mundo a los 12 años. Y desde ese día hasta hoy. Como periodista, luego la busqué, hablé con ella y le propuse unas memorias. Yo tenía 14 o 15 años y me obsesioné con llamarla por teléfono. Porque entonces tú llamabas al 003 y te daban el teléfono de cualquiera. Y obtuve ese teléfono y hablaba con Claudette y la llamaba. Y siempre quise escribir ese libro. Mi madre sufrió por entonces también una parálisis, y ya hablaba siempre de esa cantante que salía por la tele y tenía la boca torcida. Para mi madre era un punto de referencia de resiliencia y de superación. Si esa muchacha había llegado a la tele y había triunfado cantando, a mi madre tampoco le iba a detener su vida esa circunstancia.
–¿Qué es lo que veía en Mari Trini para que su sola presencia y sus canciones conectaran tanto desde la perspectiva emocional? Aquello podía haber desembocado en una obsesión lunática.
–No crucé esa línea sino que, además, Mari Trini me encauzó en todo aquello que me ha llamado la atención en la vida: la literatura, la poesía. Me compré las obras completas de Gloria Fuertes porque leí en una revista que Mari Trini era amiga de Gloria Fuertes. Y me hice un lector contumaz de Gloria Fuertes también. Pero es que por ella descubrí también a Pepe Hierro, y la poesía de los 50 y los 60. Hay una parte de lo que se llamó la nueva sentimentalidad en la poesía, por ejemplo, de Luis García Montero, que yo no veo tan lejana de ese universo estético de Mari Trini. O de Ángeles Mora, por ejemplo. Digamos que Mari Trini fue la puerta por la que yo me adentré en otros mundos. En un disco de Mari Trini había una cita del poeta libanés Khalil Gibran, que dice: 'Y dejar que el día de hoy abrace al pasado con nostalgia y al futuro con inusitada ansiedad'. Y me compré 'El profeta', 'El jardín'... todos los libros. Por Mari Trini conocí a Jacques Brel y con 20 años me conocía todas sus canciones, y también las de Juliette Gréco. Ella fue una expansión, un punto de salida.
–Mari Trini le ha construido...
–A mí, ¡y a una generación! Por eso digo que el libro es una memoria sentimental, y está escrito desde la memoria. De forma directa, a veces casi atropelladamente. La memoria es eso. Si te pones a pensar te sale otra cosa, la memoria surge a borbotones.
–¿Qué empezó a llamarle más la atención de Mari Trini conforme fue haciéndola más suya?
–Por un lado, hay un punto siempre de ambigüedad en esas canciones, que están escritas a la inmensa mayoría. Cuando tú escribes poesía social como Blas de Otero a la inmensa mayoría queda como cosa de dogma o diatriba, pero si lo haces en lírica la gente se pregunta por quién será el destinatario o la destinataria de todo eso. Si no se explicita es porque ahí hay una nebulosa, una dificultad por identificar el objeto del deseo, la voz a ti debida... De ella eso me sorprende. Pero hay algo en la vida de Mari Trini que ocurre y es similar a cosas que suceden a mi alrededor. Por ejemplo, mis padres tienen varias amigas que viven juntas, como Mari Trini y Claudette, que en las revistas es presentada de muchas formas, como su «secretaria», su «amiga»... Pero son señoras que viven juntas, y a las que nadie les pregunta nada, y no extraña. Y a esas amigas de mis padres también les gusta Mari Trini. Yo empiezo a establecer correspondencias, y a generar una tela de araña sentimental porque aquí hay algo que empieza a estar conectado. Cuando muere Franco en 1975 yo tengo 13 años, cuando son las primeras elecciones tengo 15, cuando Felipe González alcanza La Moncloa tengo 18. Yo crezco al mismo tiempo que pasan estas cosas, y en el horizonte están las canciones de Mari Trini, que se hacen más explícitas. No es lo mismo 'Amores' que 'Una estrella en mi jardín'. Yo ya estaba en la Facultad estudiando Filosofía y Letras, y empiezas a preguntarte por qué una estrella de repente cae, a qué se refiere el jardín... hay connotaciones con la poesía sáfica.
–Desde sus primeros éxitos, Claudette se convierte en la más directa colaboradora de Mari Trini, a la que las revistas presentan como su asistente. Siempre en segundo plano, organiza su agenda, la acompaña en el camerino durante las giras, acude a las sesiones de grabación e, incluso, diseña las portadas de sus álbumes... Lo que las une es el amor.
–Claudette es su viuda, la heredera de los derechos de sus canciones. Etiquetas como la de lesbiana se le puede poner hoy, pero Mari Trini fue un ser que vivió, no en la discreción o en la rebeldía como se empeña en decir mucha gente, porque había que ser discreto porque te aplicaban la ley de peligrosidad social y te mandaban a Cádiz o a Badajoz. Es que no había paños calientes. ¿Y la rebeldía a qué? Porque si eras rebelde también te aplicaban la ley. No. Eso es una forma de pensar que el franquismo era una cosa leve, y que la homofobia era una cosa simpática. Pues no. Mari Trini simplemente vivió. Apareció desde el año 69 en las revistas con una señora al lado que es siempre la misma. Marguerite Yourcenar también tuvo una «secretaria». Y Gertrude Stein también tuvo una «secretaria». Esto no es nuevo. Pero es que resulta que esa señora hace adaptaciones al francés de las canciones de Mari Trini. Y se encarga del diseño de las carpetas de los discos. Y Nativel Preciado en 1974 dice en mitad de una entrevista: «Y llegó Claudette diciendo que la grúa se ha llevado nuestro coche».
–La gente sabe leer entre líneas.
–Yo creo en el poder transformador del arte. Y hay muchos artistas, pero, ¿cuántos tuvieron un papel transformador de la sociedad? Mari Trini es un ser resiliente desde el primer momento, cuando se tiene que pasar seis años en una cama y abrirse camino, cuando en 1965 va a Francia porque quiere cantar allí sus canciones. Es lo mismo que estaba haciendo Françoise Hardy en 1964, cuando se estaba partiendo la cara para que le dejaran cantar sus canciones. Eso lo hace Mari Trini en 1965. Y yo no sé si Mari Trini sabía lo que estaba haciendo Françoise Hardy, porque el mundo no estaba tan conectado. Ella fue una mujer luchadora, y eso lo aplicó siempre con absoluta naturalidad, y eso, además, ejerció un papel transformador en la sociedad. Las mujeres que tenían 17 y 18 años entonces se enfrentan a una canción que dice «yo no soy esa que tú te imaginas, una señorita tranquila y sencilla...». Faltaría más, yo soy la dueña de mis destinos... y yo hago lo que tenga que hacer. Eso es un aliento para las mujeres, cuando el movimiento feminista está en pañales en Estados Unidos. Eso lo hace Mari Trini, que había escrito esa canción en 1965 y la había grabado en francés. Eso tiene un valor notable.
–Un rato antes de que en la televisión digan que parece que Felipe González ha ganado las elecciones de 1982, sale Mari Trini cantando «por qué a mí se me ha caído una estrella en el jardín».
–Todo tiene un simbolismo. Para lo bueno y para lo malo, porque Mari Trini pagó las consecuencias. Porque era un símbolo de aquello. En 1985 se hartó de hacer galas, y en 1986 la contrataron por la cuarta parte o menos. En un pueblo de Castellón hubo una bronca porque la reina de las fiestas y cuatro más se alzaron diciendo que cómo iba a cantar Mari Trini siendo una mujer «muy antigua». A ella se la asocia a otra época, a la de nuestros padres. La envejecieron de la noche a la mañana y sin solución de continuidad. Su nombre, por cierto, dio lugar a una polémica con cartas en el 'ABC' y todo. Con partidarios y detractores, porque cómo una cantante se podía llamar Mari Trini. Cada paso que ella daba generaba polémica. Y el salir desnuda en la portada de 'Interviú', también, y hay que decir que así no salían todas. Cantautoras que hayan salido desnudas en 'Interviú' debe ser la única. A ella le daba igual que la retratasen si las fotos eran bonitas.
–¿La música de Mari Trini sigue acusando esas injusticias acumuladas sobre el personaje?
–Creo que Mari Trini ha sido una víctima de esa confusión que la sociedad española tiene con la Transición. No sabemos qué hacer con la Transición. A ratos decimos que fue un proceso ejemplar, a ratos decimos que fue un espanto, o que los que cantaron con una bandera detrás fueron los héroes y los que no cantaron con esa bandera fueron nada y cayeron en el olvido. En el fondo eso le ha perjudicado a Mari Trini. Eso, y el machismo. Porque el machismo no acabó cuando murió Franco o cuando el PSOE ganó las elecciones en el 82. El machismo ha perdurado en la democracia. Si repasas la nómina de artistas cantautores, solo se citan hombres. Cecilia, porque murió joven; María Ostiz porque se retiró y la acusaron de no sé qué. Las mujeres, nada. Cero. La sociedad española tiene una deuda con Mari Trini simbolizando la deuda que tiene con ese porcentaje de la sociedad española.
–Siendo ella murciana, esa confusión aquí en torno a su figura ha sido todavía más sangrante.
–La industria creó en torno a Mari Trini el aura de pobre niña enferma. Luego, que si poco agraciada físicamente, que si era de carácter antipático... yo he hablado con mucha gente y se cabreaba como cualquiera, como yo. Nadie está libre de la antipatía. Pero ese aura se ha prolongado cuando se dice de ella que se movía en la discreción y cuando se apela a su rebeldía... son conceptos muy usados. Pero, en realidad, era una forma de silenciar el papel activo de la mujer en la Transición, pues son muy pocas mujeres las que salen. Y eso también le ha pasado factura a ella. En el libro dice Rozalén que ella no hubiera existido sin Mari Trini, que sin ella probablemente no estuviera sobre los escenarios. Hoy hay tantas cantautoras como cantautores. La primera vez que la industria se decide a apostar por un disco grande, de 33 revoluciones, de una mujer, es con Mari Trini y 'Amores'. En ese momento Karina solo había grabado discos pequeños. Y Massiel había grabado discos pequeños. Y no es solo una apuesta, sino una gran apuesta, porque se produce una entente con Waldo de los Ríos, porque ellos se entienden y ellos saben por qué, y a la par que hacen el 'Himno a la alegría' hacen 'Amores', que es un disco con 50 músicos. Y le salió bien porque fue número uno y estuvo 52 semanas en lista. La deuda de Mari Trini es no solo con ella sino con las mujeres de su tiempo. Una señora me dijo que cuando en su casa alguna mujer quería ser rebelde la llamaban Mari Trini.
En tragos cortos
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Un sueño cumplido 'Yo no soy esa que tú te imaginas. Mari Trini, una memoria sentimental'.
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Una canción De Mari Trini me quedo con una canción estremecedora, 'Querida enemiga', en la que ella retrata su encuentro con la muerte, escrita 24 años antes de morir. Me gusta 'Una estrella en mi jardín', por esa naturaleza que tiene al amor de sorprender cuando todo está organizado.
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Un libro de cabecera 'Ensayo sobre la ceguera', de José Saramago.
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Dos artistas inolvidables Mari Trini y Luis Eduardo Aute.
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Un viaje pendiente Murcia.
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¿Qué le gustaría ser de mayor? Un hombre tranquilo.
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¿A quién está agradecido? A la familia de Mari Trini, a los hermanos. Me maravilla de toda esta historia, la naturalidad de esta familia. A ellos les preocupa el reconocimiento artístico de su hermana, porque asumen que fue una mujer trabajadora, tenaz e inteligente. Y solo buscan su resarcimiento social, el reconocimiento de Mari Trini.
–En estos quince años que han pasado de su muerte el mundo no se parece. ¿Qué supuso para usted conocer su fallecimiento?
–Me enteré casi en tiempo real. Estaba jugueteando con el ordenador en mi casa, saltó por la mañana una última hora y recuerdo que empujé para atrás la silla donde estaba. Pensé en que había muerto una parte de mi vida y que me empezaba a hacer viejo. Que ironía del destino, porque este libro se publica cuando yo tengo la misma edad a la que ella murió, con 62 años. Ese día no murió solo una cantante sino un icono de la cultura española de los 70. Mari Trini estaba siempre en la lista de personajes populares hasta mediados de los 80. Y estos días insisto en que cómo esta mujer no tiene todavía la Medalla al Mérito de las Bellas Artes, un reconocimiento estatal; cómo no han llamado a su familia desde el Instituto Cervantes para que entregue una caja con cosas de ella; por qué no tiene una calle en Madrid, ciudad a la que cantó tanto. Un gesto, un algo. No se lo merece ella. No se lo merece tampoco nuestra memoria.
–Ni un teatro o un centro cultural en Murcia... Nunca perdió el contacto con la Región de Murcia.
–Nunca perdió el contacto, nunca. Hay una deuda generacional con ella. Yo recuerdo que en 2006 llamé a Mari Trini, ella ya vivía en Murcia, yo había escrito las memorias de Amparo Muñoz ya. Ella me dijo que lo pensaría, dudaba. Echamos conversaciones larguísimas. Y eso ahí se quedó. Yo escribí entre medias el libro de Waldo de los Ríos, importante para explicar muchas cosas de Mari Trini, como la homofobia. He hablado con más de 200 personas para este libro, y doy detalles como el día que firmó el contrato con tal discográfica, o la noche en que brilló no sé donde... había que llenar ese vacío. No ha sido algo rápido. Ha sido un parto complicado. Y el libro ha sido un entusiasmo contagiado, tanto en Plaza & Janés como en Warner han querido rescatarla ahora.
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