Odile Rodríguez de la Fuente: «Uno de los problemas es que el cambio climático se ha ideologizado mucho»
Acaba de publicar 'Somos naturaleza', un libro con el que pretende que los adolescentes se relacionen de forma horizontal con el entorno
Con la intención de que abandonemos la idea de que nuestra especie es el ombligo del mundo publica Odile Rodríguez de la Fuente (Madrid, 1973) ... el libro 'Somos naturaleza'. Un título que forma parte de la colección 'Chic@s genial', de la editorial Bold Letters, y está pensado especialmente para los adolescentes, «aunque, en realidad, va dirigido a todos los públicos. Lo puede leer cualquiera a partir del final de Primaria», cuenta la bióloga y divulgadora, hija del carismático divulgador ambientalista Félix Rodríguez de la Fuente, autor de la serie documental 'El hombre y la Tierra'. La autora, que ha centrado sus esfuerzos divulgativos en el reto que el cambio climático supone para la humanidad, explica en este libro cómo apareció y evolucionó la vida hasta el momento actual, da a conocer curiosidades sobre el entorno y demuestra que todo en la naturaleza está conectado.
–Ha titulado su libro 'Somos naturaleza'. ¿A veces se nos olvida?
–A veces no, siempre. Lo último que tenemos en nuestra cabeza es la conciencia de que en realidad, cuando hablamos de la naturaleza, de la conservación de las especies, parece que estamos hablando de algo totalmente ajeno a nosotros y está muy en nuestra cultura como seres humanos considerarnos una especie aparte. Esto lo hemos heredado de culturas y visiones anteriores, pero siempre nos hemos colocado en la cúspide, en el ombligo de todo el universo. Todo está hecho a nuestra medida. Esta idea está también muy presente en muchas religiones. Creemos que la naturaleza está puesta a nuestro servicio.
–¿Esta visión influye directamente en nuestra falta de concienciación sobre el cambio climático?
–Claro. Ahora parece que empieza a estar más presente, pero durante mucho tiempo no ha habido prácticamente criterios de sostenibilidad. Todo ello está muy relacionado con cómo nos percibimos. Si nos percibimos como una cosa separada y aparte, pues a lo mejor nuestro bienestar, nuestra identidad, nuestro progreso, no tiene que ver con la naturaleza. Y si eso es así, pues el impacto que causemos en la naturaleza... ¡peor para ella!, pero no para nosotros. Ese es el origen de muchos de los problemas.
«Recomiendo no dejarse llevar solo por los titulares y buscar la parte positiva»
–¿Cree que niños y adolescentes están mas concienciados con el cuidado del medio ambiente?
–Sí, yo creo que muchísimo más. La cuestión está mucho más presente en los libros de texto y en los medios de comunicación que en mi infancia. Sin embargo, aunque esté más presente intelectualmente, está menos presente desde el punto de vista de la experiencia. Cada vez estamos más urbanizados y, en ese sentido, más desnaturalizados, porque entre los niños y los jóvenes que crecen en las urbes, desafortunadamente hay muchos que no saben de dónde vienen los huevos. No tienen relación directa con los olores de la naturaleza, con los cambios de las estaciones y su sentido de percepción está también muy disminuido por no estar expuestos a los estímulos de la naturaleza.
–¿Los negacionistas del cambio climático están en expansión?
–Uno de los problemas actuales es que, a mi juicio, se ha ideologizado mucho el tema de la conservación de la naturaleza y los retos que tenemos por delante, como el cambio climático. Incluso la ciencia parece que es algo discutible, cuando no lo es. Todo tiene que ver con la politización y la ideologización de temas que tienen que ser políticas de Estado, temas absolutamente transversales, porque nos afectan a todos como parte de la vida y de la naturaleza. En el momento en el que entra la política y la ideología, hay personas que se identifican con determinadas políticas y hacen lo que dicen aquellos a los que siguen.
–Por otra parte, también parece que son más los que sufren ecoansiedad.
–Es verdad que la ecoansiedad está afectando a gente, a nivel ya de trastorno. En un tiempo en el que nos encontramos con catástrofes y hablamos de las potenciales consecuencias, es normal que la gente sienta, como mínimo, ansiedad. Yo le recomendaría a esa gente que se informase, que no se dejase llevar solamente por los titulares. Es verdad que hay aspectos muy preocupantes, pero también hay aspectos muy esperanzadores. Tienen que buscar la parte positiva. Actualmente, hay gente muy creativa y con una visión muy colaborativa trabajando en este ámbito.
Búsqueda de consenso
–Dice en su libro, «es increíble pensar cómo la presencia o ausencia de una sola especie como el lobo puede llegar a influir tanto en un ecosistema». ¿Qué le parece que vuelva a estar permitida la caza del lobo en determinadas comunidades autónomas?
–Este es un tema demasiado largo. Es un tema que trae cola y está relacionado con una decisión errónea que se tomó, la de proteger al lobo en toda España en un momento en el que yo creo que no hacía falta y que los criterios no eran los adecuados para que se protegiese al norte del Duero, sin haber contado con el consenso de las comunidades autónomas y, sobre todo, de los actores en el territorio. No estoy de acuerdo en que sea una especie cinegética, pero creo que esa decisión es una reacción a una decisión errónea que se tomó hace unos años. Son decisiones que se tienen que tomar con muchísimo cuidado cuando se trata de especies complejas como esta. Tiene que haber consenso y hay que contar siempre con las personas implicadas e involucradas en el territorio.
«Mi padre ya nos anunció, en los 70, cómo iba a ser el mundo [...]; fue muy visionario»
–¿Qué sentiría su padre al observar el mundo en 2025?
–Es curioso porque yo creo que él ya nos anunció en los 70 cómo iba a ser el mundo en algunas décadas y lo que decía tiene muchísimo que ver con lo que está ocurriendo. Es asombroso. Fue una persona muy visionaria y que se adelantó mucho a su tiempo y pudo intuir lo que se nos venía encima. Por otro lado, el estaría profundamente preocupado e implicado en tratar de seguir despertando conciencias.
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