Jon E. Illescas: «Millones de niños juegan a montar un laboratorio de cocaína y a traficar con ella»
El docente y ensayista cultural abre hoy el ciclo 'Cartagena piensa' abordando los peligros del 'imperio de las pantallas'
Si usted le pregunta a Jon F. Illescas, cuya formación en disciplinas tan diversas como la Sociología y las Bellas Artes es apabullante, por lo ... que él piensa que ven sus hijos en sus pantallas inseparables -sus hijos, los de usted; él no tiene ni uno-, le responderá que hay muchas posibilidades de que, entre otras basuras no menos preocupantes, «videoclips con mensajes violentos, sexuales y que hacen apología de las drogas». Autor de 'Educación tóxica. El imperio de las pantallas y la música dominante en niños y adolescentes', hoy abre el ciclo 'Cartagena piensa'. La cita será en el salón de actos de la UNED, a las 19.30 horas. No se permite la entrada a menores de 16 años.
-¿Usted tiene hijos?
-No.
-¿Qué tiene claro sobre las herramientas que nos ofrecen las nuevas tecnologías?
-No soy un tecnófobo, ni mucho menos, me gustan los avances y disfrutar de las posibilidades que ofrecen, pero siempre que sea el ser humano el que los controle, y no al revés.
-¿Qué está pasando con lo que usted denomina el 'imperio de las pantallas'?
-Están provocando una situación muy preocupante, que al mismo tiempo es una especie de revolución antropológica: el ensimismamiento de la población, incluidos niños y adolescentes, que es lo más alarmante, se ha disparado a raíz de la irrupción en nuestras vidas del 'smartphone' [teléfono inteligente]. Está todo ahí: las redes sociales, las noticias, los vídeos, la música...; y eso lo que hace es que la mirada al mundo, muchas veces, y esto lo veo en los niños y en los adolescentes, sea una mirada desencantada hacia la realidad, porque lo que necesitan continuamente es sentirse estimulados por lo que les ofrece ese 'smartphone'. Por supuesto, todo esto en detrimento de hábitos tan saludables como la lectura.
«No debe haber pantallas en las habitaciones de los menores, y no deben tener móvil antes de los 12 años»
-¿A partir de qué edad?
-A partir de los 15 años leen menos, los que leían antes, y ahí tienen mucho que ver las pantallas, que dejan atontados a niños y adolescentes.
-¿Tanto es el consumo que llevan a cabo?
-Mire, participé en un estudio, realizado en centros de Primaria y de Secundaria de la Región de Murcia, que nos permitió conocer que, por ejemplo, un alumno de Secundaria consume de media nueve horas diarias frente a la pantalla. Le dedican más horas a la pantalla que a dormir; a medida que aumenta el consumo de pantallas, descienden las horas de sueño, y por eso es tan frecuente que nos encontremos en las aulas con chavales que se cogen la cabeza con las dos manos porque se caen literalmente de sueño. Te dicen sin rubor que se han quedado dormidos a las tres de la mañana porque estaban enganchados a Instagram o a lo que sea. Es penoso, porque internet, con control, es una herramienta fantástica para aprender; y en YouTube, por ejemplo, hay un montón de vídeos con los que pueden aprender, desde a tocar un instrumento a otras muchísimas cosas, y eso es una gran riqueza que no teníamos antes.
-¿Qué les dice a sus padres?
-'Educación tóxica...' no es tanto una crítica a los menores como a los adultos, a quienes les digo: Nosotros somos responsables de los menores; los padres y las madres son responsables de los hijos, los profesores somos también responsables hasta cierto punto también de nuestros alumnos, y el Estado y el conjunto de individuos sociales somos responsables de la educación que están recibiendo los menores, que, no lo olvidemos, son personas mucho más indefensas que los adultos. Y estamos hablando de aplicaciones sumamente adictivas, que si efectivamente crean adictos entre los adultos, ¿cómo no los van a crear entre los menores, los adolescentes y los jóvenes?
«Cuando llegan los padres a casa, cansadísimos de trabajar, lo último que quieren es batallar con sus hijos, y se dicen: 'Niño con pantalla, niño callado'»
-¿Qué contenidos 'tóxicos' consumen en las pantallas?
-Contenidos que fomentan la apatía, la agresividad, la violencia, la insensibilización hacia el otro, el narcisismo, el hiperindividualismo, la cosificación de las personas y, en algunos casos, una imagen totalmente denigrante de la mujer. En cuanto a la música, los niños están expuestos a una temática en las letras de las canciones de un machismo muy claro. En las aulas les decimos que tienen que fomentar la paz, ser respetuosos, defender los Derechos Humanos y la igualdad... y después lo que consumen por su cuenta va en sentido totalmente contrario; su realidad es otra. Fíjese, uno de los juegos más vendidos hoy es uno con el que millones de niños juegan a montar un laboratorio de cocaína y a traficar con ella.
-¿Cuándo lo hacen y dónde? Son menores pero no invisibles.
-Con respecto a la crianza, es evidente que hoy los padres dedican menos tiempo a ella. Y la ecuación es muy sencilla: cuantos más papás y mamás fuera, más pantallas dentro. Los chavales pasan tiempo solos en casa, o están acompañados por los abuelos, que no tienen la misma energía educadora. Por otra parte, cuando llegan los padres, cansadísimos de trabajar, lo último que quieren es estar batallando con sus hijos, y se dicen: 'Niño con pantalla, niño callado'.
Dieta digital
-¿Qué hacer?
-Por ejemplo, plantear una dieta digital en los hogares: establecer unas normas que hay que seguir y, desde luego, demorar lo máximo posible el entregarle un 'smartphone' al niño. Hay padres que, incluso, se sienten orgullosos de que sepan manejarlos antes de saber leer y escribir, piensan que cuando sean mayores trabajarán todos en la NASA. Todos los pediatras coinciden: lo último que hay que hacer es poner a un niño menor de dos años ante la pantalla. Y, de hecho, los propios gerifaltes que trabajan en Silicon Valley, y se lucran de todo este gran negocio, tienen a sus hijos en escuelas en las que están con tizas de colores hasta los 14 años. Incluso los hay que les hacen a sus niñeras que firmen por escrito que no utilizarán el móvil delante de sus hijos.
-¿Qué más?
-No debe haber ninguna pantalla en las habitaciones de los menores, y no deben tener un móvil antes de los doce años. Y cuando lo tengan, deben utilizarlos en sitios públicos, no en espacios donde estén solos o a escondidas. Se les está dando dinamita.
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