Ramón Gaya en la plaza de toros de La Condomina en 1991 saludando a Carlos Collado (PSOE), expresidente de la Comunidad de Murcia. Martínez Bueso

Homenajes a Ramón Gaya este miércoles en Murcia y Madrid por el 20 aniversario de su muerte

Arte ·

A partir de las 11.30 horas, trabajadores del Museo (en la plaza de Santa Catalina de Murcia), artistas, amigos y visitantes leerán fragmentos de textos escogidos y poemas, acompañados de la proyección de fotografías de Ramón Gaya; por la tarde se inaugurará una exposición con algunas de las últimas obras que pintó el artista y escritor

Martes, 14 de octubre 2025

Este miércoles 15 de octubre se cumplen veinte años de la muerte del pintor y escritor murciano Ramón Gaya (1910-2005), Hijo Predilecto de Murcia y primer Premio Velázquez de las Artes que concedió el Ministerio de Cultura en 2002 y autor de textos fundamentales sobre el arte de la pintura como 'Velázquez, pájaro solitario', 'El sentimiento de la pintura', 'Diario de un pintor' y 'Naturalidad del arte, artificialidad de la crítica', publicados por la editorial valenciana Pre-Textos.

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Dos décadas hace que nos dejó el artista, pero su legado sigue aún más vivo, si cabe. Para esta conmemoración, el Museo Ramón Gaya, dirigido por Rafael Fuster y custodio del legado fotográfico de Juan Guerrero Ruiz, con más de mil negativos que retratan a artistas e intelectuales de la Generación del 27, ha preparado una serie de actividades que rinden silencioso tributo a uno de los grandes artistas del pasado siglo. «Es bien sabido que Ramón Gaya no solo fue un magnífico pintor, sino también un extraordinario escritor», asegura Fuster. El Pleno del Ayuntamiento de Murcia aprobó hace dos años que la estación de ferrocarril del AVE lleve su nombre, una petición trasladada al Gobierno de España, aunque no ha trascendido aún cuándo podría llevarse a efecto la petición, de ser tenida en cuenta. En Murcia fueron fundamentales las aportaciones de Manuel Fernández-Delgado, exdirector del Museo, y del periodista de LA VERDAD Pedro Soler para devolver a Gaya al lugar que merecía.

La creación de un museo inaugurado un 10 de octubre de 1990, hace 35 años, y dedicado a su figura y a los artistas de su círculo, con José Méndez (PSOE) en la alcaldía de Murcia, pudo consolidarse con el apoyo de todos los gobiernos municipales.

Este miércoles, a las 11:30 horas, está prevista una lectura compartida en la que trabajadores del Museo (en la plaza de Santa Catalina de Murcia), artistas, amigos y visitantes leerán fragmentos de textos escogidos y poemas, acompañados de la proyección de fotografías de Ramón Gaya. A las 12:30 horas se proyectará el documental 'Pájaro solitario. Testimonios del propio pintor sobre su vida y obra'.

Actos programados para este miércoles. Museo Ramón Gaya

Durante toda la jornada. En la recreación de la casa-estudio del pintor, ese rincón donde reposan sus objetos, sus mesas, sus copas y sus pinceles, los amigos más cercanos de Gaya han dejado ocasionalmente flores. La intención, según recuerda Fuster, es invitar también a los visitantes a depositar allí una flor o una nota breve, un gesto sencillo y personal que prolongue la memoria del artista. Las flores (jazmines, claveles, rosas de huerta...), las copas y los espejos aparecían constantemente en sus bodegones. Su viuda, Isabel Verdejo, ha donado al Ayuntamiento de Murcia la mayor parte de pinturas, objetos y recuerdos que le acompañaron en vida, así como sus libros y fonoteca.

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«Cumplió aquella máxima que él mismo enunció y repitió tantas veces: 'Los escritores deben morir escribiendo, y los pintores, pintando'», incide Rafael Fuster, director del Museo Ramón Gaya

Durante toda la jornada los más pequeños podrán participar en una propuesta especialmente pensada para ellos: una mesa con papel, lápices y acuarelas donde los niños podrán realizar sus propias versiones de sus obras. A las 18:00 horas se ha programado la inauguración de una pequeña exposición que reúne algunas de las últimas obras del pintor, realizadas pocos meses antes de morir, cuando su salud estaba quebrada y apenas podía hablar. Aun así, nunca dejó de pintar, recuerda la institución ubicada en la Casa Palarea. «Cumplía así aquella máxima que él mismo enunció y repitió tantas veces: 'Los escritores deben morir escribiendo, y los pintores, pintando'», incide Fuster. A las 18:30 h. habrá una nueva proyección del documental 'Pájaro solitario'.

En el Ateneo de Madrid, a las 19:00 horas, se ha organizado también un homenaje a Ramón Gaya a cargo de María Teresa Pedraza y Antonio Charraza Montiel, presentado por María Carmen Martínez Coello.

Ramón Gaya en el Museo del Prado, y con los Reyes Juan Carlos y Sofía en 2022 cuando recibió el Premio Velázquez.

Su ficha en la web del Museo del Prado, donde se exhibe obra suya desde este 2025, 'Doña Mariana', dice así: «Se formó con los pintores Pedro Flores y Luis Garay. En sus inicios artísticos mostró interés por la pintura impresionista y las vanguardias parisinas, que observó de primera mano en un viaje a París en el año 1928. Esta experiencia no fue gratificante para el pintor, lo que le llevó a centrarse en los artistas clásicos como Rembrandt, Rubens, Tiziano y Velázquez, haciendo hincapié en el último, quien se convertiría en el pintor más influyente de su carrera».

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«Fue quizá», continúa el resumen biográfico tomado del Ministerio de Cultura, «el artista del siglo XX más concernido por la importancia del Museo del Prado, que visitó con asiduidad, y por la difusión de sus obras, desde su temprana colaboración en el Museo del Pueblo o Museo Circulante de las Misiones Pedagógicas, promovido por Manuel Bartolomé Cossío en 1931. Como intelectual al servicio de la Segunda República, participó en distintos proyectos literarios y artísticos del momento, como la revista valenciana 'Hora de España', en la cual fue el único viñetista, y como escritor en revistas como 'Verso y Prosa', 'Litoral' o también en 'La Barraca'. En ese ámbito creó lazos amistosos con otros intelectuales como Juan Ramón Jiménez, Luis Cernuda, Rosa Chacel, Jorge Guillén, Manuel Altolaguirre o, la que sería más cercana, María Zambrano. Después de la Guerra Civil española, se vio abocado al exilio, primero en un campo de concentración francés y después en México, donde permanecería hasta el 1952. A partir de ese año regresó a Europa, alternando su residencia entre Italia, Francia y España hasta que decide situar su estudio en Valencia en el año 1974 y en 1984 instalarse en Madrid. El artista fue galardonado en varias ocasiones, como la Medalla de Oro a las bellas Artes en 1985; el Premio Nacional de Artes Plásticas en 1997 o siendo el primer premio Velázquez de Artes Plásticas, en 2002». Tuvo una hija, Alicia, con su primera esposa, Fe Sanz.

Todo un símbolo para muchos; sus seguidores son llamados «gayistas», y hace unos días muchos de ellos se reunieron en el homenaje a uno de sus discípulos, Pedro Serna. Entre ellos, Eloy Sánchez Rosillo, José Mateos, Antonio Parra Pujante, Antonio Moreno, José Rubio y Juan Ballester. Desde Madrid han remado por su reconocimiento escritores como Andrés Trapiello, Juan Manuel Bonet, Luis Alberto de Cuenca, Noelia Ibáñez y Jonás Trueba, y desde Valencia, donde falleció, el equipo de Pre-Textos, entre muchas otras personalidades. Su leyenda sigue viva.

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