Alaska: «Como dijo Lola Flores, 'a mí me da igual que vengan los rusos que la democracia'»

-¿Es usted especial?

-No lo pienso [sonríe]. Además, el ser especial no va unido a que seas un personaje público, una persona famosa. Ya sabe que [Andy] Warhol llamaba a toda la gente que estaba a su alrededor 'superstar'; aunque fueran unos yonquis desconocidos, para él eran 'superstar'. Y yo, como buena warholiana, pienso que eso es así: que hay muchos famosos que no tienen nada de especial, y mucha gente anónima que es ultraespecial. Por ejemplo, mi madre es una mujer muchísimo más especial que yo, aunque no se dedique a nada que tenga que ver con el arte, ni salga en los medios de comunicación.

-Olvido Gara 'Alaska', en su casa en zapatillas y sin cámaras de televisión, ¿cómo es?

-Exactamente la misma que la que sale a la calle, da un concierto, va a un programa de televisión...; no tengo dos caras, soy la misma pero más fea [risas], porque estoy sin arreglar, sin maquillar. Y con mi uniforme, que también es el de calle: unas mallas y una camiseta con algún dibujo o logo que me guste, de alguna serie de televisión o de lo que sea. Es verdad que a mí, desde siempre, me ha gustado mucho estar en mi casa, soy muy casera y allí puedo hacer muchas cosas, desde escribir y leer, a ver la tele y estar tranquila.

-¿Cómoda en este mundo de 2020?

-Es que yo, cuando cumplí los doce años, decidí que me haría por mi cuenta mi propio mundo. Y así ha sido: sé que vivo en un mundo muy concreto, que es el que yo me he buscado y me he currado, y sé que puedo no coincidir con lo que impera o se lleva fuera, pero es el mundo que quiero para mí y en el que están las personas que más me importan y las cosas que me gustan.

-¿Y tiene ese mundo suyo sus propios mandamientos?

-No, no hay mandamientos, no es un mundo muy rígido, aunque a veces apetece conocer a gente nueva, que te guste y te motive, y otras, en plan introvertido, estamos los que estamos y no cabe nada más.

-¿Quiénes no tienen cabida?

-No tiene cabida la gente intolerante, la que quiere imponer normas, la que no tiene nada que ver conmigo. Pero le aclaro: ahora, no tener nada que ver contigo no es lo mismo que cuando eras adolescente y, si a ti no te gustaban Los Ramones, ya no tenías nada que ver conmigo. La vida no es eso, la vida es que a lo mejor a ti no te interesan Los Ramones, pero nos llevamos tú y yo muy bien por el carácter que tenemos, que va mucho más allá de nuestros gustos.

-¿Apasionante qué le sigue resultando?

-¡Tantas cosas, por suerte! Yo veo un gato y me apasiono.

-¿Cómo está viviendo esta revolución de las mujeres, de los movimientos feministas, a la que estamos asistiendo?

-Es que yo soy ya muy vieja, y esto ya pasó en los 70 también. [Recientemente, el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona acogió, bajo el título de '¡Feminismos!', dos exposiciones que ponían de manifiesto la relación entre el feminismo de los años 70 y los actuales; la primera de ellas, titulada 'La Vanguardia Feminista de los años 70. Obras de la Verbund Collection'.] Yo vengo de un matriarcado muy poderoso, y para nosotras todo esto es como obvio. Lo único distinto es que, ahora, los medios de comunicación hablan mucho más de ello que entonces, pero no es diferente a lo que ha pasado en décadas anteriores.

-Tres funciones en el Romea de Murcia y tres llenos. ¿Qué recuerdos tiene de esta ciudad?

-Muy buenos, siempre hemos sido muy bien acogidos en Murcia. Con Fangoria ya empezamos a venir cuando éramos un grupo muy 'underground' y muy desconocido. Estuve en Murcia incluso cuando se estrenó 'Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón' [del Almodóvar de 1980].

-¿Qué tal la experiencia con 'La última tourné'?

-Muy divertida, nos lo pasamos muy bien nosotros y se lo pasa muy bien el público. Lo que ocurrió con el anterior espectáculo, 'El amor sigue en el aire' [también creado por Félix Sabroso], es que Bibiana [Fernández] y Manuel [Bandera], que protagonizaban 'El amor está en el aire', nos propusieron a Mario [Vaquerizo] y a mí que durante un fin de semana nos incorporásemos a la función para ofrecer algo distinto en Madrid, tras regresar de gira. ¡Y lo de un fin de semana se convirtió en 70 funciones! Así es que, como la experiencia fue tan buena, se nos ocurrió a todos que queríamos ser una pequeña compañía estable, con nuestro propio autor y un nuevo proyecto de vez en cuando. Y estamos muy felices todos, la verdad.

-Nuevo Gobierno, PSOE-Unidas Podemos, en España. ¿Tranquila o preocupada?

-Yo me voy a remitir a un titular de Lola Flores, del año 77, que lo voy a usar ya para el resto de mi vida. Lola decía, en el 77: «A mí me da igual que vengan los rusos que la democracia». Pues, como decía Lola Flores, lo mismo digo yo.

-De corazón.

-Sí, de corazón. Primero, por mi amor a Lola Flores, y segundo porque tiene razón: en las pequeñas cosas de cada día a todos nos influye que haya un Gobierno, que haya tres, que sea uno, que sea otro...; pero, luego, cuando yo por ejemplo veo mi vida con perspectiva, tengo que decirle que no me acuerdo de quién era presidente cuando me pasaron las cosas mejores o peores de mi vida, que no tienen nada que ver con eso.

-Cuando se siente muy frágil, mal, ¿dónde encuentra consuelo?

-Lo encuentro sola. Es muy agradable tener un marido con el que te entiendes, es muy agradable tener a tu madre y a tus amigos..., pero es que, lo tengo claro, el problema y la solución los sueles tener tú nada más.