Churry Silva: «El circo clásico tiene que evolucionar»

Esa migración del hábitat natural de un espectáculo circense le trae, a él y a todo el equipo de la obra ideada por Emilio Aragón, a partir de este jueves y hasta el próximo domingo, al Nuevo Teatro Circo de Cartagena. Será la segunda vez que actúe en la Región después de ocupar, con algunos 'sold out', varios días el Teatro Romea, el pasado noviembre. Desde entonces, Churry y el resto de artistas del espectáculo de Productores de Sonrisas han seguido desplegando su circo por casi quince provincias españolas, en las que han cosechado «éxito tras éxito», confirma el 'clown'.

Tampoco miente cuando dice que la representación «siempre acaba con una ovación y la gente de pie». A parte de la calidad que desprenden los 30 artistas de diferentes partes del mundo que conforman el elenco, su éxito tiene mucho «de cómo Emilio ha contado esta historia, cómo se ha arropado de un gran equipo, de un increíble vestuario y de un manejo excepcional de luces por parte de Juanjo Llorens, ganador de un Premio Max», cuenta Churry a LA VERDAD.

No hay duda de que la gente se mete de lleno en la trama que se desarrolla en 'Circlassica'. Basada en hechos reales, el espectáculo narra la historia de amor entre Nim y Margot. El primero, interpretado por Luigi Belui, intentará conquistar el corazón de Margot (Nardelis Jiménez), mientras se suceden impresionantes números de acróbatas, bailarinas, trapecistas, equilibristas y domadores de seres fantásticos, entre otros.

Dentro de ese guion, el personaje de Silva se cuela con su papel de 'clown', junto con Nim y otros dos artistas, en la primera parte del espectáculo. En la segunda mitad son «un poco más payasos», según explica el de Orense. «Cambiamos la caracterización, el vestuario, y nos encargamos un poco más de la risa y del número fuerte», añade.

Después del descanso, también es el momento en el que se produce la entrada de los payasos, capitaneada e ideada por él, junto con Emilio Aragón. Churry Silva trabajó personalmente con Milikito para la invención de los cuatro 'clowns' del espectáculo. «Empezamos a trabajar en el proceso de creación para ver cómo iban a ser esos personajes, cómo se iban a vestir, cómo se iban a maquillar, que carácter iban a tener y cómo iban a ser las entradas de los payasos», relata el actor. De Emilio solo tiene buenas palabras: «Trabajar con él es una maravilla, porque es una persona supercreativa, es un profesional que lo ha demostrado durante todos estos años, que viene de familia de circo, pero que ha trabajado en televisión, en audiovisual y que es un músico extraordinario». Lo dice y lo repite: «Ha sido un placer trabajar con Emilio Aragón».

Su apuesta por el espectáculo de Milikito coincide con los 35 años de vida de Ale Hop, su propia compañía de circo. José María Silva fue pionero en la creación de una escuela de circo en su tierra cuando aún no existía ninguna en Europa, y su compañía es un referente en la capital: «Podemos decir que somos precursores del nuevo circo en Madrid, e incluso en España». El artista no le debe nada a nadie porque, aunque pertenece a la dinastía de los Feijoo Silva, afirma que su familia no es la típica familia de circo. Su padre era veterinario y su madre, profesora. A ambos tuvo que dejarlos en Galicia para estudiar teatro en Barcelona y embarcarse en lo que sigue siendo su trabajo soñado: «Esto es lo que me gusta, lo que me apasiona», sostiene.

No se le pasa por la cabeza dejar de formar parte del ambiente circense, un mundo que, evidentemente, debe actualizarse al siglo XXI. El propio espectáculo de Productores de Sonrisas es un homenaje a ese circo moderno que surgió hace ya 250 años en Inglaterra. Han pasado muchas cosas desde que Philip Astley transformara la industria del circo, y «todo ha cambiado bastante: la manera de coreografiar, de iluminar y de poner música al espectáculo es radicalmente diferente», comenta Churry. Sin embargo, el gallego defiende que «el circo clásico tendría que ser asignatura obligada por la variedad de espectáculos que puede haber en nuestro país y en Europa».

«Existe el circo contemporáneo, gente joven y moderna que hace circo de otras maneras, pero igual que existe el teatro clásico y el teatro de vanguardia, tiene que existir el circo clásico», argumenta. La pervivencia de su profesión pasa por la convivencia de distintos géneros y por la adaptación. «El circo clásico tiene que existir, como en este caso nuestro espectáculo, cambiando, tiene que evolucionar», señala.

Habla en su nombre y en el de su compañía cuando dice que seguirán trabajando «hasta que la fuerza les acompañe». Es un veterano en lo suyo, y lo seguirá siendo durante un tiempo. «No tengo una meta de decir 'cuando llegue aquí paro y ya he hecho lo que tenía que hacer'». Todo lo contrario, después de la actuación en Cartagena, volverá a enfundarse su traje de payaso hasta terminar la gira de 'Circlassica', a finales de marzo. Antes pasará por su Galicia natal, en la que sueña con tener una casita para «volver un poco a la tranquilidad». Una tranquilidad que, sin embargo, seguirá rompiendo con proyectos propios y ajenos, entrada la primavera.