Andrea Carrión: «No me interesa ocultar lo incómodo, lo grotesco, lo feo, lo desagradable»
La murciana presenta este jueves en el TCM con Cía. Ferroviaria su nueva creación, «que trata de la vivencia emocional que hay dentro del sexo»
Andrea Carrión está nerviosa. Con los nervios necesarios antes del estreno en su ciudad de 'Wanting', la segunda parte de la trilogía iniciada con 'Más ... allá de la muerte', pieza de la bailarina murciana (1997) ganadora del CreaMurcia 2021 y Premio Alfonso X 2023 al Mecenazgo. La creadora es la responsable de la idea original, la coreografía y el texto de esta propuesta donde la danza contemporánea es el lenguaje principal, aunque no el único. Un solo de 50 minutos que supone un reto para la artista, donde, a partir de una narrativa inspirada en las relaciones afectivas, la intérprete guiará al público desde la expresión más genuina hasta el espacio donde el placer y el dolor conviven en un mismo tiempo. En 'Wanting' la pulsión sexual se convierte en una experiencia identitaria. Un montaje realizado junto a la Cía. Ferroviaria, dirigido por Paco Macià y que cuenta con la colaboración del Teatro Romea y el Centro de Cultura Contemporánea L'Escorxador de Elche y la subvención del ICA. Tras su estreno el 22 de diciembre en Elche, este jueves a las 20.00 horas el montaje llega al TCM –entradas: 12 euros–.
–¿Nerviosa?
–Claro que estoy nerviosa, ¡madre mía! Si no lo estuviera, me plantearía qué estaría haciendo. Estar nervioso y tener miedo son sensaciones que no son cómodas y, de hecho, puedes llegar a pensar que quieres que desaparezcan. Pero si yo tratase de hacer eso, estaría haciendo algo que de alguna manera podría estropear mi actuación del jueves. Es innegable, estoy nerviosa, tengo presión, tengo miedo y también tengo ganas y muchísima ilusión por enseñar este trabajo.
–¿Qué se va a encontrar el espectador en 'Wanting'?
–Una obra que utiliza la danza contemporánea como primer lenguaje y que trata de la vivencia emocional que hay dentro del sexo.
«No todo es placer y punto, sino que el desgarro emocional también se vive en el sexo»
–¿Por qué decide centrarse en este tema?
–Era lo que me importaba contar y también de lo que puedo hablar de una manera honesta y profunda hasta donde manejo, con la profundidad de ahora mismo. Eso es lo que necesito sentir. Quiero procesar algo corporalmente para poder, precisamente, crear una coreografía y danzar sobre ello.
Vivencias
–¿Qué quiere transmitir?
–Hablo de sexo y de emociones dentro del sexo, que es una dimensión que nos conecta con el placer, pero no todo es placer y punto, sino que el desgarro emocional también se vive en el sexo. Y es por eso que es un lugar en el que el dolor y el placer conviven al mismo tiempo. Presento una autoficción basada en experiencias reales sobre la vivencia emocional dentro del sexo. Es un viaje sobre cómo van creciendo y cómo van transformándose esas emociones dentro siempre de la dimensión sexual.
–¿Cómo ha sido su proceso de trabajo?
–El proceso ha sido largo y me alegro que haya sido así. Me alegro de que la compañía La Ferroviaria, y en especial Paco Macià, que ha sido quien ha estado conmigo durante todo el proceso, mano a mano, me haya permitido dedicarle todo ese tiempo. Normalmente las producciones son de dos meses, por ejemplo, y en ese tiempo hay que procesarlo todo y sacar algo. Pero nosotros hemos tenido seis meses de trabajo en un proceso que ha tenido varias etapas. Yo siento que he crecido muchísimo como artista, intérprete y creadora. Primero porque hacer mi primer solo largo de 50 minutos de duración supone un salto de planteamiento. Yo hasta ahora el solo más largo que había realizado era de 20 minutos. Pero en 50 minutos los tiempos escénicos, el ritmo de contar las cosas, todo es diferente. He aprendido mucho a tener perspectiva de que no solo yo, a pesar de poder ser la única intérprete de carne y hueso en escena, soy el único elemento que está contando cosas. La música, la escenografía, las luces y los objetos están bailando conmigo al mismo tiempo. Y por tanto, tomo conciencia y aprendo a nivelar la intensidad sobre el escenario. Estoy maravillada con este proceso porque siento que me he vuelto muchísimo más inteligente en escena.
«Siento que he crecido muchísimo como artista, intérprete y creadora»
–¿Cómo surge esta conexión con la Cía. Ferroviaria y su director?
–Fue una proposición mía. Quería hacer una revisión dramatúrgica de mi anterior solo, 'Más allá de la muerte' y Cristina Groetsch, bailarina y directora de una academia de danza, me recomendó a Paco Macià. Fue estupendo, porque nos entendimos muy bien artísticamente. A partir de ahí trabajé también en '#noname', que se estrenó en Centro Párraga, lo que me hizo afianzar más la confianza que tenía con él. Yo quería dar este paso artístico para presentarme al panorama nacional con una pieza que hable de quién soy como artista ahora mismo y qué tengo para ofrecer. Y se lo propuse a Paco Macià.
Belleza
–¿Ha sufrido durante la creación de este montaje?
–Trabajar sobre algo tan personal para mí es valioso, primero porque es honesto y en segundo lugar porque supone una transformación y una alquimia. Es decir, hay cosas que me pueden doler y al hacerlas arte de alguna forma hago un traspaso que hace que duelan menos. La poetización permite que el dolor se transforme en una belleza. Una belleza cruda en mi caso y que no me interesa que sea de otra manera. No me interesa ocultar lo incómodo, lo grotesco, lo feo y lo desagradable, pero al final por ser arte todo eso es bello de una manera que no tiene por qué ser canónica.
–¿Por qué decide titular el espectáculo en inglés?
–Es una cosa muy curiosa porque no es que tenga yo una afición por poner cosas en inglés. Mi otra pieza se llama 'Más allá de la muerte' y no se me ocurriría nunca poner este título en inglés, pero me vino el título así a la cabeza, de repente, y creo que, analizándolo un poquito más, el hecho de que sea en inglés responde a un deseo que yo tengo de salir al mundo y de mostrarme e internacionalizarme con el arte que hago.
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