Ana Duato: «La vida es resistencia»
El Teatro Romea acoge este domingo 'La Música', una adaptación de la obra de Marguerite Duras que supone el esperado regreso de la intérprete a las tablas después de 25 años
Pide referencias de restaurantes «para comer en Murcia» una risueña Ana Duato, que a sus 57 años celebra estar de gira por España y disfrutar ... este fin de semana «de Murcia y los murcianos». No deja de exprimir la vida la actriz, que tiene «muchísima ilusión» porque además ha visto que «el teatro está casi lleno». Se refiere al Teatro Romea y a las entradas, prácticamente agotadas, para el pase –este domingo, 7 de diciembre, a partir de las 19 horas (precios de 18 a 26 euros)–, de la obra 'La Música'. Un texto de Marguerite Duras con adaptación y dirección de Magüi Mira y con dos intérpretes como Darío Grandinetti y Ana Duato, en lo que supone la vuelta a las tablas de la valenciana después de 25 años.
Durante las cuatro décadas que lleva Ana Duato en activo, la actriz ha participado en algunas de las películas y series más importantes del cine y la televisión, desde la ya icónica 'El perro del hortelano' de Pilar Miró, hasta trabajos con Mario Camus en 'Una cuestión de amor propio', 'Adosados' y 'El color de las nubes', José Luis Berlanga en 'Villarriba-Villabajo', Gracia Querejeta en 'Una estación de paso' y Miguel Narros en 'Fiesta barroca'. El papel de 'Merche' en 'Cuéntame cómo pasó...', interpretando este personaje durante más de veinte años en los que, asegura, no se ha sentido «encasillada». De hecho, está «orgullosa» de un personaje que «representa a tantas mujeres» y de la que ha aprendido mucho como actriz, pero también «como mujer». Porque, además, «Mercedes Alcántara era imposible de encasillar».
«Hacía mucho tiempo que no hacía teatro», admite Duato, que tiene marcada a fuego la última obra que trabajó sobre un escenario; «'El hombre elefante', que dirigía Mariano Barroso, hace como 25 años». Pero nada de oxidarse. Todo lo contrario. «Me siento muy cómoda. Me gusta. Tienes un proceso de ensayos muy intenso. El texto es el mismo y ahí está todo lo que quieres contar con la obra. En este caso, un texto 'encriptado', como dice Magüi Mira, donde cada cosa que se dice, y cómo se dice, es un dardo, y tiene mucha importancia».
«Me siento muy cómoda. Cada día es diferente porque, a pesar de tener el mismo texto y los mismos actores, en esta ceremonia entra la importancia del público»
Disfruta Ana Duato, asegura, de ese «salto al vacío» que tanto «impone» en el teatro: porque «que cada día es diferente, a pesar de que tienes el mismo texto, los mismos actores, pero cada día es diferente porque en esta ceremonia entra la importancia del público, de cada público en cada pase, que te ofrece siempre algo distinto».
Después de 25 años, «era el momento perfecto para volver» a sentir todas estas sensaciones.
–¿Por qué ahora?
–Porque se abría otra etapa después de 'Cuéntame...', y creo que esta obra era perfecta, con este texto de Marguerite que es tan actual a pesar de estar escrito en los años sesenta.
Marguerite Duras, que fue nominada al Oscar en 1961 en la categoría de Mejor Guion Original por su trabajo en la película 'Hiroshima mon amour', decía de sí misma que, en su largo recorrido, «solo había sido fiel al alcohol y a la escritura». Los silencios, la violencia repentina e inexplicable, la mordida de la pasión, el naufragio en el amor, conforman el núcleo de su creación. Una artista «frenética, compulsiva, libre, inclasificable, que ha trascendido convertida en icono popular», señala Okapi, productora de la obra.
–De 'La Música', Duras dijo que es un intento desesperado por «reescribir la imposible partitura del amor». Ni más ni menos.
–Marguerite estaba obsesionada por eso y por otros muchos temas que le tocaban, como la vida y la muerte, el destino y el azar... Esto habla de la libertad, pero también de la dependencia de las personas queridas y luego las heridas profundas que deja un amor, en este caso tóxico. Lo que hace que sea parte de ti para siempre. Ha sido algo importante y forma parte de la identidad de la persona.
«Insoportable amor»
Se apagan las luces y suena 'La Música': «Los dos solos en ese hotel toda una noche. Noche caliente de verano. Hablan y hablan durante horas. Se observan. Hay risas, gritos, furiosas discusiones, y amor desesperado. Insoportable amor. Sus voces se quiebran mientras avanza su última noche. Noche en blanco. Permanecen atrapados en aquella candidez del primer amor. Y lo saben. La llegada del día inexorablemente pon el fin a su historia. O no. Todo ha acabado. Todo puede comenzar».
«Me siento tan orgullosa de una Mercedes Alcántara que representa a tantas mujeres que en ningún caso pienso que me he encansillado. Ha sido un privilegio»
–Meterse en un papel con un asunto como este, que a todos nos toca de una u otra manera, ¿exige mayor prepación que otros?
–Yo afronto mis trabajos con la importancia, ya sea para audiovisual, para cine, para teatro... Tienes que partir desde un lugar común, que es la verdad. Partes desde la verdad y desde ahí ya trabajas. Puedes hacerlo mejor o peor. Estar más acertada o menos acertada. Pero el compromiso tiene que ser siempre el mismo. A lo mejor la técnica es diferente, que cada una luego tiene la suya, ¿no? Pero claro, el compromiso tiene que ser el mismo.
–Para compromiso, el que adquirió usted con Mercedes Alcántara, con la que hemos reído, llorado y crecido, en definitiva, a lo largo de los últimos 20 años. Se dice pronto. ¿Tenía ganas de sacudirse el personaje? ¿Se ha sentido encasillada con 'Merche'?
–No, no. Qué va. Me siento tan orgullosa de una Mercedes que representa a tantas mujeres que en ningún caso pienso que me he encasillado. Al contrario. Ha sido un privilegio representar a Mercedes Alcántara como mujer. He aprendido muchísimo de ella como actriz, pero también como persona. Como actriz, me ha ayudado a crecer porque a lo largo de las temporadas ha ido creciendo, evolucionando. Y, a nivel personal, también he aprendido mucho porque claro, me he tenido que nutrir de mujeres maravillosas, reales, del pasado y del presente, a veces también de la literatura. Es decir, que me he llenado de mujeres con sus experiencias y emociones. Y eso ha sido un privilegio. ¿Encasillarme? Es que creo que a Mercedes Alcántara no se le podía encasillar.
Asegura Ana Duato que siempre ha tenido un lema por bandera: «Crecer cada día, aprender y tener mucha resistencia». También para «aguantar esta profesión, que tiene altos y bajos». Y por el camino, sobre todo, «intentar llenarse de vida, de amor, de seres humanos». La vida, al final, «te lleva por muchas vías y es un aprendizaje constante». Por eso decimos, recuerda, que «la vida misma es el mayor teatro del mundo». Y ella apuesta por «vivir muchas experiencias», todas las que se pongan por delante –y las que no, que se busquen–, «y vivirlas en su totalidad».
–¿Qué le diría a esa persona joven que ama el cine y el teatro, que no tiene la seguridad necesaria para lanzarse al 'salto al vacío' porque, como le dirán sus padres y usted mismamente contradice con su carrera, 'no se pueda vivir de la interpretación'?
–Que la vida es resistencia. Totalmente. Que en esta profesión, como en todas las funciones de teatro, hay altos y bajos. Pero hay que confiar. Que hay épocas buenas y malas, hay épocas mejores y peores, pero eso es también como la vida misma, ¿no? Pero que confiar y creer en uno mismo es fundamental.
Más trabajo que antes
–Con cuatro décadas de carrera a sus espaldas, ¿cómo cree que ha cambiado su profesión y el sector en el que trabaja?
–Pues yo veo que hay muchísimo más trabajo del que había antes, y eso que somos más actores y actrices. En España creo que hay una industria, tanto en el ámbito audiovisual como en lo teatral fuertísima. Llena de talento, contando nuestras historias, nuestras propias historias que no solo nos tocan a nosotros, sino que te das cuenta que tocan más allá de nuestras fronteras. Ahora mismo hay un talento con mucho compromiso y profesionalidad. También la sociedad se ha dado cuenta de la importancia de contar historias, de que esas historias trasciendan.
Historias como la que se relata en 'La Música'. Una historia sobre «él y ella». Sobre «personas que se han amado y se han separado. Hicieron como todo el mundo, se casaron, formaron un hogar y después, de pronto, se vieron arrancados uno del otro por la fuerza terrible de la incomunicación. Han llegado a esta ciudad para ejecutar el último acto de su separación, el juicio del divorcio. Siguen sin saber que les pasó. Vinieron cada cual por su lado para volver a verse por última vez, casi sin desearlo. Ella parecería ser más libre, más capaz de olvidar los detalles de su pena, del infierno que vivieron, de sus golpes recíprocos. Pero no puede olvidar lo esencial, lo que ella veía claramente y con cierta lógica: el desastre al que están destinados los amantes que se prometen la vida». En él, «el sufrimiento aún está latente. Pelea. Quiere arrancar ese dolor de su vida. Todavía cree en la felicidad eterna. Él se expone al dolor. Ella lo sabe. Sabe también que sin ella, él puede ser cruel».
'La Música', ya sabemos, como «un constante reescribir la imposible partitura del amor».
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