Fernando Tejero: «Hace falta más carnaval en la vida; más unión entre todos»
«Quiero ser un trovador durante el pregón, muy al estilo de Sabina, y contarle a la gente qué habría pasado si hubiera nacido en Águilas», afirma el actor y pregonero del Carnaval 2020
Aunque está inmerso cada día en varios proyectos, el actor Fernando Tejero (Córdoba, 1967) no se quita el Carnaval de Águilas de la cabeza, pues ... su mente está puesta en el próximo 22 de febrero. Durante esa velada, el reconocido actor se asomará al balcón del Ayuntamiento para pronunciar el pregón. «Me encanta disfrazarme y que nadie me reconozca; es lo que hago cuando voy a los Carnavales de Cádiz», confiesa en voz baja y con una gran amabilidad.
-¿Le he despertado?
-¡No, qué va! Es que llevo varios días griposo y por eso tengo la voz así (risas). Ahora mismo me pillas estudiando.
-¿Cómo se encuentra?
-Estoy grabando ocho capítulos de la serie ('La que se avecina'), que no sé si serán los últimos. También estoy trabajando en una miniserie de cara al verano, además de una obra de teatro con la productora de Pedro Larrañaga. Y a final de año grabaré una película en Murcia , precisamente. Se llama 'El último kilómetro' y también participan Jaime Lorente y Pepa Aniorte, que son de allí. Eso es lo que puedo contar.
«Me encanta disfrazarme y que nadie me reconozca; así disfruto como una persona más»
-¿Conoce Murcia?
-Sí, pero no como a mí me gustaría. He ido muchas veces a hacer teatro a la capital y a los pueblos. También confieso que tuve una pareja de Murcia, y además allí viven muchos amigos.
-¿Y Águilas?
-Sí la conozco, pero de paso. Tenía constancia de su Carnaval, que es muy conocido y además está catalogado de Interés Turístico Internacional. Es uno de los más potentes de España.
-¿Qué supone para usted ser el pregonero?
-Me hace mucha ilusión. Cuando uno va a un lugar a abrir las fiestas es muy especial. Parece peloteo, pero cuando me llaman para una cosa así me tocan el corazoncito. Espero estar a la altura, que yo creo que sí (risas). He visto los pregones de otros años y voy a intentar mejorarlos, o por lo menos hacerlo igual. Estas cosas me ponen muy nervioso.
-¿En qué se ha inspirado a la hora de escribir el pregón?
-Me voy a convertir en un trovador; será algo muy al estilo de Joaquín Sabina. Mi idea es trasladar qué hubiese pasado si yo hubiera nacido en Águilas. Ese será el foco y el hilo de todo el discurso.
«Envidio mucho las zonas con mar; tengo amigos aquí y me río bastante con ellos»
-¿Se va a disfrazar?
-Sí, por supuesto. Voy a intentar que sea un disfraz muy bonito, porque al Carnaval se va disfrazado; si no, uno que se quede en su casa. Hay que dar ejemplo. Cuidado, respetando a todo el mundo, que hoy en día hay que llevar cuidado con lo que se dice. Creo que si uno va a pregonar un carnaval, tiene que vestirse. Pienso que lo mejor de esta fiesta es todo lo que se genera: la alegría, el jolgorio, la libertad, las ganas de vivir... Cuando voy a los Carnavales de Cádiz, me encanta disfrazarme y que nadie me reconozca, para poder disfrutarlos como una persona más.
-¿Qué tiene el Carnaval que no poseen otras fiestas?
-A mí los carnavales me generan alegría y ganas de vivir, de cantar, de bailar... Y eso es muy necesario en los tiempos que corren, porque hay que echarle un par de cojones para despertarse cada día. Hace falta más carnaval en la vida; más unión entre las personas. La comunicación entre la gente es muy necesaria, y hoy en día estamos contaminados con tanta 'pollez' de redes sociales y tecnologías. Si uno está comunicado con la persona que tiene en frente, también lo está consigo mismo.
-Me ha comentado un conocido suyo que se ríe mucho con los murcianos...
-(Risas). Sí, tengo mucha gente de Murcia a mi alrededor. Una de mis mejores amigas se llama Pili, es murciana y me río mucho con ella. Además, mis representantes son de allí. La gente de Murcia, y esto no lo digo por peloteo, son muy similares a los que nacemos en el sur. Son humildes y siempre tienen ganas de agradar. Y el mar, La Manga. Yo soy de Córdoba, y envidio mucho las zonas costeras. Algún día me gustaría vivir mirando el mar.
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