Juan Carlos Ferrero, la paz necesaria para Alcaraz en medio del oleaje
El técnico de Ontinyent aporta serenidad a un Carlitos que aprende a convivir con un ruido extradeportivo difícil de gestionar
La última semana del mes de abril fue complicada para todo el equipo de Carlos Alcaraz, fundamentalmente para su entrenador, Juan Carlos Ferrero (Ontinyent, 45 ... años). Todo el foco se alejó del tenis y se centró en el documental 'A mi manera' que Netflix estrenó el 23 de abril. En él, la imagen que se proyectaba del tenista murciano no era la mejor. Se hacía énfasis en sus ganas de pasarlo bien fuera de las pistas y aparecían algunas discrepancias entre entrenador y pupilo. La realidad es que Alcaraz es un atleta único, que vive por y para el deporte. Y en el documental se vendía otra cosa distinta. Ferrero, con su forma de ser y la serenidad que aporta a su pupilo, ha conseguido que el oleaje no supere a un Alcaraz que poco a poco está aprendiendo a convivir con un ruido extradeportivo que siempre es difícil de gestionar.
Porque más allá de las batallas que hay que librar fuera de las pistas, Ferrero y Alcaraz están recogiendo los frutos del esfuerzo de ambos. Ya han levantado cinco Grand Slams y en este Wimbledon pueden conseguir el sexto. El agente del tenista murciano, Albert Molina, confesó en su día que Ferrero venía de entrenar a Alexander Zverev, con quien no se entendió jamás, y que de repente él le presentó a un chico de Murcia de 15 años, diciéndole a Juan Carlos que de su mano conseguiría ser una gran estrella. Y Ferrero se olvidó del circuito y se centró en trabajar a diario con aquel chaval que desbordaba talento. La apuesta no pudo salirle más redonda.
Esa paz que desprende Ferrero, quien también fue número uno pero no tuvo una carrera como la que ya empieza a construir Alcaraz, tiene mucho que ver con las cosas que le han pasado en su vida. Es tímido y no es muy dado a estar en el foco. Sus orígenes se sitúan en la localidad de Ontinyent, en el seno de una familia de clase media. Su padre, Eduardo Ferrero, tenía una empresa textil mientras que su madre, Rosario Donat, cuidaba de sus dos hermanas mayores, Ana y Laura y del pequeño de la casa, Juan Carlos.
Su progenitor murió en 2022 justo cuando Ferrero se encontraba con Alcaraz disputando un torneo en Estados Unidos. Su madre, Rosario, falleció cuando él tenía 16 años. Fue un golpe tan duro que incluso se planteó abandonar su carrera. Sin embargo, optó por seguir y honrar así su memoria. «Le gustaba mucho verme en la pista. Si decidí seguir jugando al tenis fue básicamente por ella», decía cuando ganaba torneos y se los dedicaba.
Un segundo padre para él ha sido Antonio Martínez Cascales, quien comenzó a entrenarlo con solo diez años y ahora es su socio y confidente en la Ferrero Tennis Academy, fundada en 1994 por el propio Martínez Cascales en Villena. Comenzó con dos pistas de tierra batida y una pequeña casa donde impartía clases a sus primeros alumnos. Y hoy es una de las mejores escuelas de tenis de Europa.
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