Carlos Alcaraz no cae en la trampa de Cilic y ya está en octavos

Con una solvencia a prueba de bombas y un aplomo impropio de sus 18 años, el murciano Carlos Alcaraz derrotó este lunes por la noche con un doble 6-4 al croata Marin Cilic, exnúmero 3 del mundo, y se coló en los octavos de final del Masters 1000 de Miami, donde se enfrentará este martes al griego Stefanos Tsitsipas.

Cilic, de 33 años, ganó el US Open en 2014 y es el segundo campeón de un Grand Slam que hinca la rodilla frente a Alcaraz. El primero fue el escocés Andy Murray, el pasado mes de octubre en Viena.

Cilic no pudo sumar su segunda victoria ante el joven tenista de El Palmar tras vencerle un año atrás en Estoril. Pero ese Carlos, el de hace once meses en la tierra batida lusa, era otro Carlos. Y este lunes volvió a quedar demostrado. El primer set comenzó con un susto para el español después de estar, con un 0-1, al borde de perder su servicio, pero gracias a la ya conocida templanza que le representa, remontó con creces el punto y concretó el 1-1.

En el primer paso por la silla, Alcaraz ya estaba por delante tras hacer el primer 'break' del encuentro para poner el 2-1. Como Juan Carlos Ferrero dice, Carlos Alcaraz es un tiburón y basta solo con ver el siguiente tercio de este set. Una de las cosas más importantes de Alcaraz es su estilo de juego, donde predomina su importante revés. Ese golpe que condena a cualquier rival a jugar por el centro cerrando las dos partes de la pista, sumado a su incesante velocidad en la cancha.

Esto provocó que, por más que el croata intentase hacer cosas diferentes, fuesen en vano. Más cómodo de lo esperado, el resto del set fue de lo más calmado a raíz del 1-2, sin ninguna pérdida de saque en ambos jugadores.

El segundo parcial comenzó con uno de los puntos del torneo. Un globo inimaginable de Alcaraz puso el 0-15 y, pese a no ganar posteriormente el juego, avisó de la dificultad e intensidad con la que competiría el resto del encuentro. De cualquier color supo hacer magia Alcaraz. En el tercer juego y con un 1-1 en el marcador, se vio la mejor y peor cara del joven tenista de El Palmar. Con un 0-40 a favor y todo de cara para completar el segundo 'break' del partido, se relajó y concedió el espacio suficiente para errar la oportunidad y demostrar que, todavía, queda algo de humano en él.

Seguidamente respondió con un juego demoledor para poner el empate y demostrar su entereza pese a las circunstancias. A partir de entonces, Alcaraz creció y apenas concedió errores. Al llegar al momento más tenso del encuentro con el 4-3 en contra, Carlos sacó esa prematura veteranía que tanto le caracteriza para darle la vuelta, una vez más, al resultado y poner contra las cuerdas a Marin Cilic con una remontada, digna de un top 10, para poner el 4-5 a favor. Cuerdas en las que se quedó tras recibir un juego en blanco en el que Alcaraz corroboró, así, su predisposición para ganar a cualquiera.

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