¿Hay que preocuparse por el mercurio presente en los peces?
Su liberación al medio ambiente se produce como consecuencia de la actividad volcánica y la erosión de las rocas, y mediante la acción del hombre y sus actividades
Poco a poco el Año Internacional de la Tabla Periódica se va acabando. Pero antes de que esto ocurra quería dedicarle un artículo en 'La ... Verdad' a uno de mis elementos químicos preferidos: el mercurio. Sin embargo, hoy no me centraré en su descubrimiento ni en sus propiedades químico-físicas. Tampoco en sus muchas aplicaciones. Un reciente informe publicado por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) sobre las recomendaciones de consumo de pescado por posible contaminación por mercurio ha desatado muchísimas reacciones. Hablemos de ello.
Lo primero que debemos saber es que el mercurio forma parte de la composición natural de la corteza terrestre, principalmente como mineral de cinabrio (sulfuro de mercurio) o bien como impureza de otros minerales como la pirita (sulfuro de hierro). Su liberación al medioambiente se produce a través de procesos naturales como consecuencia de la actividad volcánica y la erosión de las rocas mediante la acción del agua y el viento. También puede liberarse debido a la acción del hombre a través de numerosas actividades como la industria, la minería, quema de combustibles fósiles, eliminación de residuos, etc. El mercurio, una vez liberado, sufre una serie de transformaciones y ciclos entre la atmósfera, océanos y suelo, y se puede presentar de tres formas distintas: mercurio metálico o elemental, mercurio inorgánico o como mercurio orgánico. Este último es el que se encuentra en el agua, principalmente como metilmercurio, y los animales marinos absorben este compuesto. En la cadena alimenticia marina el metilmercurio se biomagnifica. Cuando los predadores se alimentan de peces más pequeños, lo que hacen es absorber el metilmercurio que tienen las presas en su organismo y por tanto se acumula más. Es por ello que cuanto más arriba esté el pez en la cadena trófica mayor probabilidad tiene de contener altas cantidades de mercurio.
Los efectos tóxicos del mercurio se conocen desde al antigüedad pero fue en 1968, a raíz de la contaminación de la bahía de Minamata (Japón) por un vertido de mercurio procedente de una industria química, cuando se relacionó su toxicidad con el consumo de pescado contaminado. Tanto el metilmercurio como el mercurio inorgánico son genotóxicos (capacidad para causar daño al material genético) in vitro, pero estudios realizados con animales en laboratorio y en humanos no han permitido concluir que sean genotóxicos in vivo.
Después de una ingesta oral, el metilmercurio se absorbe en el cuerpo mucho más rápida y ampliamente que el mercurio inorgánico, dada su naturaleza lipofílica, que hace que pueda atravesar fácilmente la placenta y la barrera hematoencefálica. El metilmercurio afecta al sistema nervioso central en desarrollo, de ahí que el feto y los niños más pequeños sean los más sensibles a este metal. También se han observado efectos sobre la ganancia de peso corporal, la función locomotora y la función auditiva. Estudios recientes indican que presenta efectos inmunotóxicos en el desarrollo a bajas dosis, pero se necesita más información. Como podrán deducir de todo lo que les he contado las
mujeres embarazadas, o que puedan llegar a estarlo, y durante la etapa de lactancia, así como los niños más pequeños, constituyen la población más sensible al mercurio.
Desde que en 1972 se realizó la primera evaluación del riesgo por la ingesta de mercurio por el Comité de Expertos FAO/OMS, se han hecho continuas reevaluaciones y recomendaciones adaptadas a los nuevos descubrimientos científicos. Pues bien, hace unos días la AESAN ha emitido las ultimas recomendaciones de consumo de pescado respecto de su contenido de mercurio. El objetivo de este informe es compatibilizar los beneficios del consumo de pescado minimizando al máximo el riesgo de exposición al mercurio. Estas recomendaciones son muy importantes llevarlas a cabo, y más cuando los últimos datos señalan que las concentraciones de mercurio en la población española se muestran más elevadas que las referidas a otros países europeos.
En primer lugar AESAN establece tres grupos de peces según su contenido en mercurio sea alto, medio y bajo. Especies con alto contenido en mercurio son el pez espada/emperador, el atún rojo (en concreto de la especie Thunnus thynnus), el tiburón
(cazón, marrajo, mielgas, pintarroja y tintorera) y el lucio. Dentro de las especies con bajo contenido de mercurio se encuentran la anchoa/boquerón, el calamar, el lenguado, la merluza, la lubina, la sardina, el pulpo, el salón y algunas otras que pueden leer en la pagina oficial de AESAN. Las especies que no aparecen en esa lista se consideran de contenido medio en mercurio.
Pues bien, para la población en general se aconseja el consumo de hasta 3-4 raciones de cualquier tipo de pescado por semana, procurando en todos los casos variar las especies entre pescados blancos y azules. Sin embargo se establecen dos grupos de 'población vulnerable' que sí deben tener precauciones con las cuatro especies identificadas con un alto contenido en mercurio. Por un lado los niños entre 10 y 14 años deben «limitar» el consumo de pez espada/emperador, atún rojo, tiburón (cazón, marrajo, mielgas, pintarroja y tintorera) y lucio a solamente 120 gramos al mes. Eso sí, deben consumir 3-4 raciones por semana de cualquier otro tipo de especie de pescado. Por otra parte las mujeres embarazadas, que planeen llegar a estarlo o en período de lactancia y los niños hasta 10 años deben «evitar» el consumo de esas cuatro especies. Es importante recordar que una ración suelen ser unos 125 gramos para adultos y 75 para niños.
Estimados lectores, todo lo expuesto no significa, ni mucho menos, que haya que dejar de comer pescado y marisco...al contrario. No solo es seguro consumir pescado y marisco, sino que es muy recomendable. Los organismos oficiales de todo el mundo recomiendan su consumo varias veces por semana por sus efectos beneficiosos para la salud. Los beneficios superan de forma importante a los riesgos, siempre y cuando se tengan en cuenta la excepciones citadas en este artículo acerca de determinados pescados y ciertos colectivos.
Les dejo que hoy toca comer caldero en Lo Pagán y no llego a tiempo. ¡Salud!
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