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El investigador Federico Dicenta, delante de tarros con distintas variedades de almendra. CEBAS-CSIC
Federico Dicenta«La industria española necesita producir el doble de almendra»
Jefe del Grupo de Mejora Genética de Frutales del Cebas-CSIC

Federico Dicenta«La industria española necesita producir el doble de almendra»

Martes, 6 de mayo 2025, 00:53

La fuerte inversión en promoción de la almendra que desde hace unos años protagoniza el sector californiano, líder mundial, ha impulsado un incremento de la demanda que está tirando de la actividad también en España. En este contexto, el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (Cebas-CSIC) ha desarrollado unas variedades que permiten llevar su cultivo a nuevas áreas y asegurar las cosechas en las ya tradicionales ante los retos del cambio climático.

–La almendra es una de las principales importaciones de Estados Unidos que realiza España. ¿Cómo puede influir la guerra arancelaria en los desarrollos que ustedes han hecho?

–España exporta muy poca almendra a EE UU (algo de marcona y almendra ecológica), pero importa una cantidad similar a la que producimos en nuestro país (unas 100.000 toneladas). La industria española necesita el doble de almendra de la que producimos actualmente para el consumo nacional y la exportación. La imposición de aranceles propuesta a los productos españoles podría tener la misma respuesta por parte de las autoridades españolas. Si se pusieran aranceles a las almendras americanas, previsiblemente se reducirán las importaciones de California, lo que podría suplirse en parte por la importación de almendra australiana. El descenso de oferta podría hacer subir los precios y sería una gran oportunidad para los productores españoles, para aumentar su superficie cultivada y su producción, con unas ventas a buen precio aseguradas. Las nuevas variedades obtenidas por el Cebas-CSIC, penta y makako, que han permitido la expansión del cultivo en zonas muy frías de la península, podrían llevarlo a cabo. También sería una buena oportunidad para producir almendras de tipo americano en España, y que aquí importamos tradicionalmente. El Cebas-CSIC ya sacó en 2022 al mercado dos variedades (Florida y Alaska) de este tipo.

«Europa debería reducir la presión de la sostenibilidad sobre nuestros productores para mantener la competitividad»

–¿Podría beneficiar el nuevo contexto a sus investigaciones?

–Sin lugar a dudas esta situación podría propiciar el aumento de la producción y el consumo de la almendra obtenida y cultivada en España, y supondría un impulso adicional para las variedades obtenidas en nuestro país. Las variedades del Cebas-CSIC están mejor adaptadas al cultivo en España y, por su genética mediterránea, tienen un sabor y unas cualidades nutricionales superiores a las americanas. Además, las citadas florida y alaska, de tipo americano, y que son auto compatibles (no necesitan cultivarse con variedades polinizadoras), tienen ventajas sobre las estadounidenses. La florida, por ejemplo, es la variedad de maduración más temprana que existe. Y la alaska es la primera variedad de cáscara blanda extra tardía. Además, al producirlas en nuestro país se reducen los costes económicos (no necesitan tanto transporte) y medioambientales.

–Precisamente la sostenibilidad medioambiental no es un elemento que preocupe a la nueva administración de EE UU. ¿Esto puede trasladarse a Europa o por el contrario podría impulsar el liderazgo europeo en este ámbito?

–Para mantener la competitividad respecto a los productos americanos, Europa debería reducir la presión de la sostenibilidad sobre nuestros productores para mantener la competitividad respecto a los productos americanos. Pero no significa la eliminación de todas las normas, sino la implantación de reglas equilibradas que permitan un cultivo rentable y respetuoso con el medio ambiente. Si no encontramos un equilibrio entre sostenibilidad y rentabilidad, las nuevas generaciones irán dejando el campo y tendremos que importar desde terceros países los productos tradicionalmente producidos en España. Pero por supuesto que siempre debe de haber un hueco de mercado para la agricultura ecológica, y la Región de Murcia es líder en esto. Para ello, los precios deben de compensar los mayores costes de producción y la menor productividad de las plantaciones ecológicas.

«Los aranceles a la almendra de California supondría una gran oportunidad para los productores españoles»

–¿Qué le falta a la investigación agraria en la Región de Murcia?

–Como al resto de investigación y en la mayoría de las regiones, a la investigación le hace falta más financiación. Los investigadores dedican mucho tiempo a la captación [de fondos] y a la gestión de los recursos económicos que le permiten desarrollar su actividad. Algunas iniciativas como los grupos de excelencia de la Región de Murcia han sido muy aplaudidas por los investigadores, al garantizar la financiación durante cinco años a los grupos más competitivos de la región. Por otro lado, las fincas experimentales son imprescindibles para validar los resultados obtenidos y desafortunadamente son escasas y mal dotadas de medios y personal. Los investigadores paliamos estas deficiencias mediante acuerdos con productores que nos permiten utilizar sus fincas como campos experimentales. La experimentación en las futuras zonas de producción es imprescindible para garantizar que las nuevas variedades tendrán un comportamiento adecuado en su etapa comercial. Otra carencia que poco a poco va resolviéndose es la implicación del sector en la investigación. Tradicionalmente los resultados son trasferidos y bien recibidos por el sector, pero creo que sería necesaria su participación precoz desde la identificación del problema y el establecimiento de los objetivos. Cada día más, las empresas se van implicando, pero deberían de disponer de más herramientas que financiaran esta actividad, sobre todo para las pequeñas y medianas empresas, a las que participar en los proyectos de investigación supone un mayor esfuerzo.

«Las empresas se van implicando cada vez más, pero deberían disponer de más herramientas para financiar la investigación»

–¿Qué investigaciones sobre mejora de frutales destaca de entre las que están realizando?

–Nuestro grupo desarrolla actualmente tres programas de mejora de almendro, albaricoquero y ciruelo. Las nuevas variedades, que han sido obtenidas mediante mejora genética clásica por cruzamientos intervarietales, han resuelto problemas importantes de producción y son más competitivas que las tradicionales. Para lograrlo se precisan muchos estudios científicos. También trabajamos en la interacción de estas variedades con el medio ambiente. La época de floración es uno de los caracteres más estudiados, para evitar las heladas o para determinar la zona correcta de cultivo de cada variedad. Es uno de los caracteres a los que más está afectando el cambio climático. Nuestro grupo de investigación trabaja en el desarrollo de modelos que predicen estos efectos. Otros trabajos importantes abarcan la calidad de los frutos. Y la composición química y las características organolépticas son caracteres cada vez más importantes para determinar los posibles destinos industriales de estos frutos. La resistencia a las enfermedades también es importante, y ahí nuestro grupo ha sido puntero en la obtención de variedades de albaricoquero resistentes a virosis. Desde hace menos tiempo estamos incorporando a nuestro grupo técnicas muy novedosas de caracterización basadas en cámaras hiperespectrales, capaces de percibir muchas más características que el ojo humano, y de una manera más rápida y precisa. Incluso estudiamos la integración de la inteligencia artificial a nuestros programas de mejora como herramienta en la toma de decisiones.

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