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Carlos Valcárcel y Castillo-Puche, en un homenaje en 1998. JUAN LEAL
La narrativa española de su tiempo

La narrativa española de su tiempo

ÓSCAR BARRERO PÉREZ

Lunes, 18 de febrero 2019, 21:55

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Desde la publicación, en 1951, de 'La colmena', de Cela, la narrativa española pareció empeñada en aproximarse a la realidad, a veces cierta, a veces imaginaria y politizada, de una España que empezaba a dejar atrás el trauma de la Guerra Civil. En ese contexto de la nueva década se dio a conocer una serie de talentosos escritores jóvenes: Aldecoa, Fernández Santos, Martín Gaite, Matute, Sánchez Ferlosio... En los años cincuenta estos autores, y otros muchos injustamente olvidados, firmaron algunas de las novelas destinadas a figurar en los libros de texto: 'Los bravos', 'El Jarama', 'Entre visillos', 'Los hijos muertos'...

Castillo-Puche estaba instalado en una incómoda situación generacional, en una tierra de nadie: más joven que Cela, Delibes y Torrente Ballester, los tres grandes nombres de la novela de la inmediata posguerra, pero mayor que cualquiera de los integrantes de aquel grupo juvenil. De este lo separaba, además, su intensa inquietud existencial, la que él mostró en sus primeras novelas extensas: 'Sin camino' y 'Con la muerte al hombro'. Por entonces (1947-1955), el existencialismo parecía destinado a introducir un soplo de aire fresco en la narrativa española.

Castillo-Puche dedicando su libro 'Tronco y yo' a escolares en el Día del Libro de 2002, en Murcia.
Castillo-Puche dedicando su libro 'Tronco y yo' a escolares en el Día del Libro de 2002, en Murcia. JAVIER CARRIÓN

La posible europeización de nuestra novela se vio frustrada por el asfixiante realismo de los años cincuenta. Ese realismo empobrecedor no fue, sin embargo, la opción elegida por Castillo-Puche en sus novelas posteriores a aquellas iniciales. Prefirió integrar sus inquietudes existenciales en un paisaje social frecuentemente relacionado con temas de actualidad: las distintas reacciones ante el final de la guerra, en 'El vengador'; las diferentes posturas ante una herencia, en 'Hicieron partes'; la vida de los soldados estadounidenses radicados en Madrid, en 'Paralelo 40'; la vocación religiosa, que ya se percibía como un problema para la Iglesia, en 'Como ovejas al matadero'; el terrorismo, en 'Jeremías, el anarquista'. Casi siempre concediendo más peso a lo individual que a lo social.

Trascendencia humana

Desde 'Tiempo de silencio' (1962), de Martín-Santos, nada podría ser igual en los años inmediatos: el realismo social estaba muerto, y bien muerto, y los escritores realistas se sumieron en el desconcierto o el silencio. Los más jóvenes, incluso alguno de los escritores mayores, abrazaron un experimentalismo saludable, pero minoritario. La escritura de Castillo-Puche seguía, sin embargo, respetando los postulados de un realismo formal que escondía, en su fondo, la trascendencia existencial y humana que sacó a la luz en los tiempos de la transición política.

Presentación en Murcia en 2003 de 'Trilogía de Hécula', con Fernando de la Cierva.| Julia Figueira, viuda del yeclano, con Gonzalo Sobejano y Juan Cano Ballesta. | El escritor en 1962. J. C. | MARTÍNEZ BUESO
Imagen principal - Presentación en Murcia en 2003 de 'Trilogía de Hécula', con Fernando de la Cierva.| Julia Figueira, viuda del yeclano, con Gonzalo Sobejano y Juan Cano Ballesta. | El escritor en 1962.
Imagen secundaria 1 - Presentación en Murcia en 2003 de 'Trilogía de Hécula', con Fernando de la Cierva.| Julia Figueira, viuda del yeclano, con Gonzalo Sobejano y Juan Cano Ballesta. | El escritor en 1962.
Imagen secundaria 2 - Presentación en Murcia en 2003 de 'Trilogía de Hécula', con Fernando de la Cierva.| Julia Figueira, viuda del yeclano, con Gonzalo Sobejano y Juan Cano Ballesta. | El escritor en 1962.

Fue entonces cuando se publicó esa obra tan llena de aciertos que fue la 'Trilogía de la liberación' (1977-1982), poderosa confesión vital y espiritual escrita en un lenguaje renovador, torrencial. El título de la última de esas novelas demuestra que el Castillo-Puche existencialista de la juventud no había muerto: 'Conocerás el poso de la nada'. Aún publicaría, antes de su muerte, 'Los murciélagos no son pájaros', otra novela existencialista, pero con toques alucinatorios. No llegó a ver la publicación de 'Roma, ramera y romera'.

En un segundo plano

Los estudiosos de la literatura utilizamos los registros bibliográficos para determinar la vigencia histórica de un escritor. Quince años después de la muerte de José Luis Castillo-Puche, los libros, artículos y tesis doctorales que se han escrito sobre él superan en número a los registros bibliográficos existentes sobre casi cualquier narrador del tiempo en que él empezó su carrera literaria. Acaso por la singularidad de su voz narrativa, ha sido demasiado habitual situar su figura en el segundo plano de las fotos generacionales. Ya parece posible, sin embargo, apartar una hojarasca que ha ocultado nombres al menos tan interesantes como los que siempre citan los libros de texto.

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