LO LLAMARÉ MAÑANA
PASCUAL GARCÍA
IN MEMORIAM JOSÉ CANTABELLA
Lunes, 27 de mayo 2019, 22:28
Buscar la felicidad ha sido durante cincuenta y seis años el propósito primordial del escritor José Cantabella, buscarla y ofrecerla a cuantos se cruzaran en su camino, y no siempre en ese orden, quizás porque pertenecía a un tipo de hombres que primero se reencarnan en ángeles y después desaparecen por un tiempo. De hecho, acaba de fallecer delante de nuestros propios ojos, como un mortal más, como si sus amigos, sus hermanos y ese ejército de seres que lo han querido no supieran que no era un ser de carne y hueso, que la piel de sus alas asomaba entre los ojales de la camisa y podíamos mirarle sus ojos de luz, igual que si mirásemos a un ser de otro mundo.
Ha estado entre nosotros durante un poco más de medio siglo, se ha ido en silencio, pero ha dejado el bienestar de su sonrisa de hombre bueno y la calma de sus gestos pausados con los que dirigía el bullicio de su mundo, la urgencia por acudir presto a cada una de nuestras llamadas y concertarnos una cita con un médico cualquiera o con un ángel de la guarda o con el propio Dios si así lo pedíamos. Se ha ido en este primer viaje, antes de volver entre nosotros definitivamente, demasiado pronto y en el peor momento.
De hecho, lo necesitábamos para mañana, al otro lado de su móvil como cada día, con su media sonrisa benéfica y su porte de caballero de un tiempo que ya no es el suyo. Seguiremos esperándolo también mañana, le pondré un whatsapp a mediodía y le pediré un teléfono que he olvidado, la cita de un libro que solo ha leído él y nos tomaremos unas cervezas frías en el Jesuso para regresar a aquellas viejas tertulias literarias en las que apenas hablábamos de literatura, quizás porque sospechábamos que se nos estaba yendo la vida en vano, que el amor se fugaba a otra parte y no podíamos permitirlo, que nos estábamos quedando solos.
Lo llamaré mañana y seguirá entre nosotros, por supuesto.