La historia de Carmen Conde, «una excepción»
El catedrático emérito de la UMU Francisco Javier Díez de Revenga publica 'Carmen Conde, desde su edén', un volumen fruto de su investigación académica a lo largo de las décadas al que suma ahora «interesante documentación» del archivo que legó a Cartagena
Si la imponente e indiscutible figura de Carmen Conde (Cartagena, 1906-Majadahonda, Madrid, 1996) sigue hoy vigente es, en una parte muy generosa, gracias a ... Francisco Javier Díez de Revenga, catedrático emérito de Literatura Española de la Universidad de Murcia, uno de los grandes embajadores de las letras españolas en el mundo académico. Su último libro, 'Carmen Conde, desde su edén', una bellísima edición de la Real Academia Alfonso X el Sabio de Murcia, reúne una serie de trabajos y estudios publicados en revistas especializadas a lo largo de los años dentro y fuera de España, pero enriquecidos gracias a la «valiosa documentación existente», recalca Díez de Revenga, en el Patronato Carmen Conde-Antonio Oliver Belmás de Cartagena. Uno de los más importantes archivos que atesora la Región y que está a disposición de investigadores bajo el auspicio del Ayuntamiento de Cartagena, que ha puesto todos los medios y recursos para su catalogación.
Para Díez de Revenga, Carmen Conde es un objeto de estudio inagotable. Está feliz con el resultado, porque gracias a toda esa documentación analizada, «hasta hace muy poco inédita, hemos podido demostrar la calidad de la formación de la escritora, sus relaciones con grandes maestros de las letras del siglo XX y, sobre todo, su voluntad creadora, su lucha por abrirse camino en un mundo muchas veces adverso y, en definitiva, el valor y la significación de su figura y de su obra en el rico ámbito de las letras españolas del siglo XX». De Carmen Conde muchos recuerdan únicamente que fue la primera mujer en acceder a la Real Academia de la Lengua (en 2019 se conmemoró el 40 aniversario de aquella efemérides). Aunque lo cierto es que estamos ante «una personalidad intelectual y literaria» con una vida ciertamente apasionante.
Perseguida y oculta
Díez de Revenga lo compendia con su habitual y augusta elegancia: «Por diferentes circunstancias le tocó vivir diversas experiencias de un gran interés sociológico: niñez y adolescencia en emigración, juventud creadora abriéndose camino junto a los grandes escritores de España de la época, actividades educativas populares en tiempos de la República, trabajo y activismo en defensa de la mujer y de la infancia durante la Guerra de España, persecución durante la Posguerra, desarrollo de su actividad literaria oculta y de supervivencia en el Madrid de los años cuarenta, actividades literarias y culturales en el Medio Siglo, etapa de plenitud y un final muy activo, con público reconocimiento, a partir de su nombramiento de Académica de la Real Academia Española». Sin duda, una proeza.
Fue amiga de tres Nobel: Juan Ramón Jiménez, Gabriela Mistral (le escribió el prólogo de 'Júbilos') y Vicente Aleixandre, su vecino en 'Velintonia'
El matrimonio Conde-Oliver legó todo su archivo a la ciudad de Cartagena, todos sus documentos, manuscritos, muchísima correspondencia... un maná para los investigadores españoles y extranjeros que está dando interesantes frutos. «Lo que he procurado en los capítulos de este libro –dice el catedrático emérito– es demostrar la enorme categoría como escritora y como mujer de Carmen Conde». Una «gran excepción», dice, «no solo por el hecho que le dio celebridad al final de su vida de ser la primera mujer que entraba en la RAE, porque lo habían intentado muchas. Ella trabajó toda su vida y fue una gran poeta, muy original, muy agresiva, con un lenguaje muy personal siempre y muy bien mantenido, hasta el final».
También fue una mujer muy bien relacionada. Desde su época de formación, desde Cartagena, siendo esa jovencita de 20 años, conoce a Juan Ramón Jiménez (Nobel de Literatura 1956), al prosista Gabriel Miró (nació en el mismo año que la madre de la cartagenera, 1879; decía que «vivirá para siempre entre los que saben leer, aquí y en el extranjero»), a Gabriela Mistral [estaba de embajadora de Chile en Madrid; Nobel de Literatura 1945)... «Posteriormente tuvo gran relación con los poetas de la Generación del 27, fundamentalmente con Jorge Guillén, y después de guerra con Vicente Aleixandre (Nobel de Literatura 1977), porque vivían en la misma casa en Madrid, la mítica Velintonia». Hay que recordar, dice Díez de Revenga, que es Antonio Oliver quien pone a Carmen Conde en contacto con Juan Ramón Jiménez. «Como tenía aquí relación con José Ballester [director de LA VERDAD] y con Juan Guerrero, a Juan Ramón Jiménez le cae de maravilla Carmen Conde, siendo jovencísima, y le ayudaría también muchísimo Gabriel Miró, que murió pronto, y Carmen se haría amiga de sus hijas».
«Hay que valorar una vez más y manifestar nuestro respeto y nuestro entusiasmo por la fuerza de voluntad de una mujer que, desde muy joven, luchó por afirmar sus capacidades»
Francisco J. Díez de Revenga. Catedrático emérito de Literatura Española en la UMU
El matrimonio incluso intenta su apertura internacional. Por ejemplo, hay una colaboración de ellos en una revista de Cuba. Carmen aparece en una de las primeras antologías de la poesía contemporánea, la de Matilde Pomès.
La autora de 'Júbilos. Poemas de niños, rosas, animales, máquinas y vientos' (1934), con prólogo de Gabriela Mistral, conoce en Murcia a Amanda Junquera, mujer de Cayetano Alcázar, catedrático de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Murcia. «Con ella hizo una gran amistad. Cuando Cayetano se traslada a Madrid y es director general de Universidades con el ministro Ibáñez Martín, tiene alquilada la planta alta de la casa de Vicente Aleixandre, y Carmen Conde se refugia en la casa de Cayetano Alcázar y Amanda Junquera en Velintonia. Aleixandre vivía en el bajo, y entre ellos se establece una amistad de hermanos, vamos, y, además, de años. Porque esa amistad sigue incluso cuando ella se establece en su casa de la calle Ferraz, y cuando ingresa en la RAE [en 1979] los dos apoyos más fuertes que tiene son los de Dámaso Alonso y de Vicente Aleixandre».
Polémica en la RAE
La elección de Carmen Conde en la RAE resultó polémica porque se cruzan los nombres de María Moliner, filóloga, archivera, primera mujer que dio clases en la Universidad de Murcia (Facultad de Filosofía y Letras), y Rosa Chacel. «Pero claro ahí entraba un componente político», opina Díez de Revenga, «porque Carmen Conde también había sido perseguida tras la guerra, pero ella se había integrado en España, y podíamos hablar incluso de un exilio interior. De lo que se trataba era de que entrara una mujer, y había muchas candidatas y muy valiosas, evidentemente».
«Todo lo que cuenta Carmen Conde de Francisca Sánchez lo han utilizado para hacer la novela 'La princesa Paca' [de Rosa Villacastín]»
Sin duda, la parte más sentimental y emotiva de este libro es la relación de la autora de 'Brocal' (1929) y 'Mientras los hombres mueren' (publicado en 1967 pero escrito entre 1938 y 1939) con Miguel Hernández. «Se conocieron muy pronto, y tenían una muy buena relación, fue invitado por ellos en 1933 a la Universidad Popular de Cartagena, y estuvo en La Unión, La Manga y Cabo de Palos». Una amistad iniciada en 1932 en Orihuela, en un homenaje a Gabriel Miró. Volvería a Cartagena para el centenario de Lope de Vega, y disertó sobre su relación con los poetas de hoy. En muchas ocasiones coincidieron en Madrid. En junio de 1937, camino de Valencia, es la última vez que se van a ver. Carmen pasa unos días «de intimidad» en el parador de Ifach con Amanda Junquera. Miguel Hernández le pregunta con inocencia: «Carmen, ¿qué te pasa que irradias alegría?».
Este libro, afirma Díez de Revenga, «es la recolección final de todo lo que yo he hecho sobre Carmen Conde. No me he cansado de ella, y todavía hay tela por cortar. En el libro hay, por ejemplo, alguna ponencia de un congreso que todavía no se ha publicado, que es precisamente su participación en el frente de Jaén en la Guerra Civil. A Antonio Oliver Belmás, que era funcionario de Telégrafos, colaborador de la República, lo destinan al frente de Jaén para la emisora de radio y ella va a verlo varias veces, y hay una serie de textos muy interesantes». En 2007 se realizó la exposición titulada 'Carmen Conde, voluntad creadora'. Todo eso todavía está vigente, incide el catedrático. «Hay un artículo sobre sus intentos de obra teatral, que culmina en el drama 'Mineros', porque ella escribió mucho teatro breve, para la radio primero, y luego para televisión, y lo intentó muchas veces, pero solo logra ver publicadas dos obras». En este volumen, Díez de Revenga aplaude ampliamente la labor de Mariano de Paco y Virtudes Serrano para rescatar textos «reivindicativos y de espíritu combativo». Una voz defensora «de los más débiles» y siempre «con afán de libertad y de afirmación personal como mujer».
La última vez que Carmen Conde y Miguel Hernández coinciden, él le pregunta: «Carmen, ¿qué te pasa que irradias alegría?»
La princesa de Rubén Darío
Cuando Antonio Oliver Belmás estaba de profesor de Literatura Hispanoamericana en la Universidad Complutense y Carmen Conde está trabajando de bibliotecaria conocieron a la mujer española de Rubén Darío, Francisca Sánchez. «Era una mujer del campo de Ávila, que vino a Madrid porque a su padre lo nombran jardinero del Palacio Real, y ahí es cuando un día Valle-Inclán y Rubén Darío, que están paseando por los jardines, conocen a la chica. Él estaba malcasado, porque no conseguía divorciarse, y viven muchísimos años juntos y tienen hijos y todo. Cuando muere Rubén Darío (1916), ella vuelve a su tierra de Ávila y allí se casa con el abuelo de Rosa Villacastín y forma otra familia. En los años 50, Antonio Oliver y Carmen Conde van a verla para que done el baúl de Rubén Darío al Estado. Y ella lo hace, a cambio, entre otras cosas, de que le dieran carrera a su nieta [la periodista Rosa Villacastín, que estudió Periodismo en la Complutense]. Carmen Conde escribe un libro, que se llama 'Acompañando a Francisca Sánchez', que no lo consigue publicar en España, y lo publica en Nicaragua y se hacen 5.000 ejemplares de ese libro». Según Díez de Revenga, «todo lo que cuenta Carmen Conde de Francisca Sánchez luego lo han utilizado para hacer la novela 'La princesa Paca' y todas las intervenciones de Rosa Villacastín». Díez de Revenga tiene localizados tres ejemplares de esa obra original de Carmen Conde: en la Biblioteca Tomás Navarro Tomás del CSIC, en la Residencia de Estudiantes y en el Patronato de Carmen Conde en Cartagena, del que es miembro Díez de Revenga.
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¿Ha perdido valor la figura de Carmen Conde? ¿Ha ganado consideración con los años? El catedrático emérito de la UMU, cronista oficial de Murcia y autor de 'Carmen Conde, desde su edén', piensa que ahora se la está conociendo más como la gran escritora que es: «Yo la conocí, estuve con ella bastantes veces, tenía un carácter muy duro, y en eso coincide todo el mundo. Era muy cariñosa, muy simpática, pero cuando se enfadaba era tremenda, y eso le perjudicó en la polémica de la Academia, y la gente se distanció de ella. Sin embargo, ahora se están publicando libros de ella. El año pasado se publicaron las cartas a Katherine Mansfield, que nunca se habían publicado en libro, y, sin embargo, una editorial de culto, La Bella Varsovia, lo hizo gracias a Fran Garcerá [becario predoctoral FPI en el CSIC], que se ha convertido en un gran estudioso de la obra de Carmen. Está pasando a otro plano, no diría yo que al plano de los clásicos, pero sí que a partir del centenario de 2007, que llevamos la exposición a Cartagena, Murcia, Madrid y Melilla, la concepción desde el punto de vista académico es distinta».
En fin, «una mujer en tierra de nadie», como se define en uno de sus incontables y certeros textos.
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