Algunos hallazgos del archivo fotográfico de José Ballester Nicolás

Existía también una caja con fotos y postales, algunas familiares pero la mayoría fruto de su relación con artista murcianos y su obra: fotos de pinturas, esculturas, exposiciones y con los mismos artistas: Planes, Pedro Flores, Garrigós, Garay, González Moreno, etc. Igualmente hay fotos sobre paisajes de la huerta de Murcia, edificios de la ciudad, e incluso de noticias relativas a la Segunda Guerra Mundial, para insertar –como muchas otras– en el propio diario LA VERDAD, como figura a menudo en la trasera de las fotos. Efectivamente, muchas de ellas tienen que ver con su trabajo en el periódico LA VERDAD, donde entró a trabajar en 1923 y fue sucesivamente redactor, redactor jefe, director, crítico de arte y columnista, prácticamente hasta su muerte (véase entre otros, López Rico, J.: 'José Ballester. Escritos inéditos y autobiográficos', Murcia, 2009). Por último, destacamos una serie de 15 fotografías –si pueden llamarse así– de pequeño tamaño sobre cartón, muy deterioradas, que reproducen instantáneas del Mercado que existió en el Plano de San Francisco antes de que se construyera el de Verónicas. Pienso que podrían fecharse a finales del siglo XIX.

Esta colección de fotos llegó a mis manos en los años ochenta del pasado siglo, y aprovechando el obligado confinamiento las he revisado y ordenado. He separado aquellas de carácter familiar, que son más privadas, y el resto considero que deben conservarse –al menos una copia escaneada– en un archivo murciano. Me puse al habla en primer lugar con el diario LA VERDAD, de donde sin duda procedían muchas de ellas, y su responsable de Cultura, Manuel Madrid, me aconsejó el depósito en el Archivo Municipal de Murcia. José López Rico me indicó además que era allí donde existía ya un repositorio de documentos y libros de José Ballester, aunque no estaban todos, pues en algún momento algunos se trasladaron a la Academia Alfonso X El Sabio. En cuanto al archivo fotográfico, apoyó encarecidamente que estuviera en el Archivo Municipal, junto a los otros libros y documentos donados por Carolina Ballester, su esposa e hija del escritor.

En ello estamos, y esperamos entregarlos allí antes de finales de este año, si la pandemia lo permite.